(Marionetas de técnica Bunraku en Iida. Foto de Mitsuhiro Koyoma)

Cargando Maletas de Madrugada. Así suelen empezar los viajes para muchos de nuestros compañeros de profesión. Los titiriteros. Dedican su vida a este arte poco comprendido. Porque digan lo que digan, es poco comprendido.  Pero siempre vale la pena. Siempre.

Como decía anteriormente era una Madrugada calurosa, a finales de julio. Iba a ser un viaje largo. Muy largo. Así es que como suelo hacer, cargué el coche y partí al aeropuerto de Barajas. Como siempre- y aprovecho de pasar el dato- es cómodo y barato dejar el vehículo en el aeropuerto. Te espera alguien en la puerta, le entregas tu coche, coges tus maletas y te largas. Cuando vuelvas los llamas al aterrizar y te esperan en la puerta y vuelves a casa. Las tres B que más me gustan: Bueno, Bonito y Barato.

Y me fui, no sin antes ser interrogado sobre el contenido de “esas cajas”. La respuesta siempre es la misma: “Llevo títeres”. La cara de Póker de los empleados de la línea aérea es siempre la misma.

Escala en Helsinki. Escala en Tokyo. Destino Nagoya. Casi 24 horas, y faltarían dos más de coche para llegar a destino: La hermosa y fantástica ciudad de Iida, donde se celebraban los 40 años del “Iida Puppet fest”. 29 países participantes, 631 espectáculos… Un festival impresionante.

En la puerta del aeropuerto estaba esperándome Katsumi Kitabayashi, secretario y productor del Iida Puppet Fest. Un hombre incansable, que no duerme y siempre está con una sonrisa en la cara, dispuesto a atender todos y cada uno de los requerimientos que se le hagan.  No se suele dar la mano en Japón así es que lo saludé con una torpe, impostada y ridícula inclinación de cabeza. Se me cayó la gorra.


Katsumi Kitabayashi con David Zuazola.

Después de mi vergonzosa entrada triunfal, cargamos la furgo y nos fuimos en dirección a Iida; una ciudad perteneciente a la Prefectura de Nagano con una población estimada de 102.020 personas. Iida es Miembro de AVIAMA y esta ciudad está hermanada con Charleville-Mézières, la también llamada Capital Mundial de las Marionetas. De hecho, como parte de las actividades del festival, se realizó la asamblea de AVIAMA (Association Internationale des Villes Amies de la Marionnette). Contó con la presencia de Juan Luís Clavijo, encargado de presentar la candidatura de la ciudad de Sevilla para ser miembro de esta asociación que reúne a ciudades amigas de la Marioneta (ver aquí). El resultado, en otro artículo.

EL viaje transcurrió entre montañas verdes, pequeños pueblos y ciudades, ríos sinuosos y carreteras llenas de conductores respetuosos, como son los japoneses. Gente siempre amable, dispuesta, cortés, y con una educación cívica envidiable.  Y entramos en esta ciudad de Iida, repleta de casas bajas y jardines bien decorados (es una ciudad modelo para el medio ambiente en Japón), poco tráfico, y mucho calor.


Los gigantes de Tolosa en una calle de Iida.

El Festival se preocupa de sus invitados, y en un hotel fantástico me fui a descansar. Al otro día tenía trabajo que hacer. Iba a encontrarme con Mister Harada, director del Festival de Iida.

Y así llegó el “otro día”. Con un Jet Lag impresionante me fui al Centro Cultural de Iida, centro neurálgico de este festival.  Es un lugar inmenso, con un Teatro de Títeres –de esos con las dimensiones justas que nos encantan a los titiriteros – y también con varias salas y otro gran teatro. Estaba repleto de carteles, lienzos, anuncios y folletos que se entregaban en unas mesas atendidas por los siempre amables miembros de este festival. Reverencias, saludos y sonrisas. Así te reciben ahí. Agradeciendo el aire acondicionado, en compañía de Katsumi y un traductor, entramos en la oficina principal de este centro.

Me recibió amablemente el Señor Masahiro Harada, que si me dio la mano y me evitó la vergüenza de seguir inclinando la cabeza como si tuviera problemas de espalda. Nos sentamos y comenzamos una interesante charla…

DAVID ZUAZOLA – Por favor en pocas palabras, preséntenos su festival.

Mr. MASAHIRO HARADA- Iida puppet festa es el festival de títeres más grande de Japón y pienso también que es probablemente uno de los festivales más grandes del mundo.


El señor Masahiro Harada junto a David Zuazola.

– ¿Cuándo y cómo comenzó el festival?

– Nuestro Festival actual ha tenido más éxito que la versión previa del festival de Iida.

– ¿Cuándo y cómo comenzó este festival?

– El Festival anterior comenzó en 1979, pero nuestra versión actual y exitosa comenzó en el año 1999. El festival es único porque toda la ciudad se involucra para llevarlo a cabo.

– ¿Cuál es el objetivo del festival?

– Uno de nuestros objetivos es ofrecer espectáculos interesantes para el público infantil. Otro objetivo muy importante para nosotros  es que los sponsors, el staff y los espectadores disfruten de los espectáculos. Es muy importante porque la gente trabaja en conjunto para realizar el evento y posteriormente disfruta en conjunto de algo que hacemos posible entre todos.

– ¿Hay alguna técnica que prefieras?

– No nos centramos en ninguna técnica en concreto. Preferimos trabajar para enseñar diferentes tipos de técnicas de títeres.


Barbara Melois, titiritera francesa presente en Iida.

– Como director ¿qué necesidades tienes?

– Yo soy el director desde hace 5 años y siempre he querido ser progresista y entregar piezas únicas e interesantes para la audiencia. Cada año traigo una pieza única, es mi deber,  y a unas personas les encanta y otras no lo comprenden, pero pienso que esto es muy importante. Por supuesto muchos espectáculos deben ser fáciles de entender, pero cada año debo traer uno o dos espectáculos muy difíciles que podrían crear controversia y curiosidad en el espectador

– ¿Cómo  “El Juego del Tiempo”?

Risas de todos los que estaban en la oficina.

– Me gusta crear debate y controversia -dice Harada sonriendo.


Espectáculo de Bunraku en Iida.

– ¿Cómo las compañías pueden postular a tu festival?

– Tenemos una aplicación para que postulen las compañías extranjeras. Ellos nos envían su material y nosotros organizamos reuniones y discutimos a quien invitar y las razones para ello.

– ¿Invitáis programadores a vuestro festival?

– Los programadores suelen venir a nuestro festival por su cuenta aunque nosotros no les invitamos específicamente. Si es posible en un futuro lo haremos. Hoy día Iida Puppet Festa está conectado con festivales de Taiwán y Corea, es decir la parte este de Asia. Entre estos tres festivales hay un intercambio de titiriteros y espectáculos. Nos gustaría que esta red gradualmente fuera más grande tanto en Asia como en el mundo.

– ¿Cómo es la situación del mundo de los títeres en Japón?

– Es bien sabido que en Japón tenemos distintos tipos de títeres como por ejemplo el Bunraku. Y por otro lado, Japón tiene espectáculos  más modernos y contemporáneos, sobre todo después de nuestra modernización. Yo espero que la corriente tradicional de los títeres y la moderna se acerquen y se combinen. Pienso que las técnicas tradicionales japonesas deberían ser una base o una raíz para la creación de nuevos conceptos aplicados a los espectáculos de títeres. Por ello es necesario que ambos lados se acerquen. Ahora me gustaría hablar sobre las redes entre los titiriteros y las compañías en Japón. Respecto a los títeres cada año nuestro festival se ha centrado en un área específica de Japón pero este año lo hemos hecho Internacional, es por eso que tú estás aquí. En Japón tenemos algunos festivales y gente que programa, además de compañías, y quiero que Iida sea un centro de encuentro entre todos los titiriteros y los organizadores.


Celebración del Ringon en las calles de Iida.

– ¿Qué crees que la gente piensa sobre los títeres japoneses?

– Ya sean títeres o no, pienso que la gente de otros países están interesados en la cultura tradicional japonesa. Quiero enfatizar que se están creando muchas nuevas formas de expresión a través de los títeres en Japón en la actualidad. Yo espero que la gente alrededor del mundo sea capaz de disfrutar tanto la forma tradicional como la forma moderna y creo que es una condición para los títeres modernos que crezcan basándose en la forma tradicional.

En Iida no tuve la oportunidad de ver muchos espectáculos porque los tiempos y distancias no siempre me lo permitían, pero en líneas generales vi una importante diversidad de calidades y técnicas que me dejaron muy satisfecho. Por citar algunos, presencié “Los Tres Mosqueteros” de Alfa Theatre de la República Checa,  una obra de títeres de guante y música en vivo magistral y que ya lleva años a sus espaldas. También a Barbara Melois de Francia con la obra “meeting with a puppeter”: una interesante conferencia-espectáculo que encantó a niños y adultos. Además vi el paseo por las calles de los Gigantes de Tolosa, que dejó a los habitantes de Iida realmente encantados.


Imagen de Los Tres Mosqueteros, de Alfa Theatre.

Pero he decidido hablar de un espectáculo y extenderme en él. Es uno de los que más me han gustado en mi corto periplo como titiritero. Lo supe cuando comenzó la obra con el piano en vivo del soberbio  Kensaku Tanikawa, compositor de musicales, películas y piezas de jazz.  La luz tenue y esas teclas extraordinarias acompañadas de un theremín ejecutado con maestría por Ms. Torine, hacían prever con facilidad que estábamos en presencia de un espectáculo único.  Y eso fue “Session”, de KAWASEMI-ZA, un ensamble fruto de la colaboración de 3 increíbles artistas.

Había un piano en escena, el theremín y una serie de marionetas espectaculares colgadas de un soporte como trasfondo de un escenario limpio, listo para que el Maestro constructor y manipulador de marionetas, el señor Yoshiya Yamamoto, pasara al frente al ritmo de la música.


El Maestro Yoshiya Yamamoto.

La obra es una preciosidad y un deleite para quien disfrute de los mecanismos y los movimientos bien ejecutados. El maestro Yamamoto construye marionetas tan complejas como efectivas y las dota de una vida pocas veces vista en este arte.  Animales, monstruos, una niña saltarina, etc. Todos con una movilidad envidiable, producida gracias a una extrema delicadeza al construir y posteriormente a una maestría al manipular.

Yamamoto es un maestro y probablemente el mejor que he visto. Debo decir que me impactó el títere de una especie de mujer japonesa esbelta, tan angelical como demoniaca… No quise investigar sobre la exactitud de ese “demonio japonés”, ya que me parece que mi ignorancia debe ser retratada y quizás sirva para evidenciar nuestra lejanía con una cultura ancestral como es la japonesa, tan rica en mitología. Sin embargo, haré una descripción sobre lo que vi: era una especie de princesa-espíritu  del bosque (quizás del otoño) ataviada con un kimono largo. Comenzaba con unos movimientos de cuello entrecortados pero a la vez sutiles, que iban acrecentándose, en un baile que invitaba a imaginar. Poco a poco esos movimientos se transformaron en un vuelo impresionante ayudado por movimientos de manos y la tela del vestido que ondulaba rasgando el aire. Parecía que estabas viendo una película, de las buenas, sobre todo por el juego de luces entre azuladas y violetas más una lluvia de papeles de color rosa.


Los tres miembros de la compañía KAWASEMI-ZA con David Zuazola.

El Maestro Kensaku Tanikawa al piano hace un trabajo que no sé como describir. Es sencillamente un tipo que sabe qué tecla tocar y en qué momento hacerlo, pero esa sensibilidad que expresa en cada movimiento de dedos, precedido por su innegable simpatía en escena, está sólo reservada a genios y este hombre lo es. No es lo mismo componer musicales, o componer música para cine que estar sentado en conjunción y armonía con el Maestro Yamamoto y sus marionetas, y él lo consigue sin ningún esfuerzo evidente. Pero por si fuera poco, estaba Ms. Torine y su theremín. ¿Sabéis lo qué es? Averiguadlo y entenderéis de qué hablo. Ella tiene algo que no existe. Digamos que es un talento paranormal. Casi fantasmal. Fenomenal.

Un trío soberbio con el que espero volver a coincidir. Vosotros, por favor no olvidéis estos nombres.

David Zuazola.
Titiritero y autor.