(Imagen de la exposición de Mamulengo. Foto T.R.)

Llegamos a la tercera crónica dedicada al Titiriberia 2023, el Festival de Títeres Tradicionales, que se ha celebrado en Rianxo, Galicia, del 24 al 30 de julio de 2023, también titulado ‘Olhares sobre os cristovos’ (pueden ver las sucesivas crónicas clicando aquí),

En este artículo vamos a hablar de la exposición Mamulengo, teatro popular de títeres do Brasil, que instaló Izabela Brochado y Marcos Pena, de la compañía Trapusteros Teatro, en uno de los espacios de entrada del Auditorio de Rianxo. Igualmente del espectáculo de la misma compañía brasileño-aragonesa titulado Marieta e o Boi Bumbà; de Frida, una vida de arte, de A Cova das Letras; y de A regadora do asubiote, de Viravolta Títeres.

Exposición Mamulengo, teatro popular de títeres do Brasil

La exposición sobre el Mamulengo, que pudimos ver en el Auditorio de Rianxo, fue uno de los acontecimientos más notables del Titiriberia 2023, que coincidió además con un curso-taller sobre la misma temática impartido por quienes la montaron, Izabella Brochado y Marcos Pena, de Trapusteros Teatro.

Exposición de Mamulengo. Foto T.R.

Todos conocemos de la existencia de la tradición brasileña de los títeres populares conocida como Mamulengo, pero poco sabemos de ella y de su realidad. Y fue por eso una verdadera sorpresa, al menos para mí, descubrir a través de la exposición y de las palabras de Izabela Brochado, en una de las visitas guiadas que nos ofreció, la tremenda magnitud que tiene y ha tenido el Mamulengo en Brasil, de una riqueza icónica increíble, fruto de un exuberante y singular sincretismo cultural y figurativo de múltiples raíces: de Europa, de África o de los mismos nativos de la zona.

El Boi Bumbà. Foto T.R.

La exposición ofreció una pequeña muestra de esta exuberancia, con piezas propiedad de la compañía Trapusteros Teatro y una colección única de fotografías realizadas y recogidas por Izabela Brochado a lo largo de sus investigaciones sobre el tema; pero fue suficiente para percibirla como la punta de un iceberg de dimensiones descomunales.

Foto T.R.

Por un lado, se habla en ella de algunos de los maestros más importantes, unos vivos, otros ya fallecidos, cada uno con sus estilos particulares y sus formas de presentarse al público. Por otro lado, vemos la existencia de personajes prototípicos, muchos de los cuales aparecen en casi todas las obras del Mamulengo, otros propios de una región o protagonistas o figurantes de títulos determinados. Por el otro lado, están los personajes mitológicos, magos, diablos, monstruos, la Muerte, serpientes y otros muchos animales.

Foto T.R.

Nos explicó Izabela Brochado que prácticamente no existen textos con las obras del Mamulengo, aparte de las recogidas por antropólogos o estudiosos, al tratarse de una tradición oral, en la que todo se transmitía a viva voz. Pertenece por lo tanto a la corriente del teatro oral, en cierto modo muy parecido a todas las tradiciones titiriteras orales, tuvieran o no tuvieran textos escritos.

Diablo. Foto T.R.

Al igual que los titiriteros de los siglos XVIII y XIX en Italia, que eran capaces de representar en un mismo lugar una obra diferente cada día a lo largo de tres meses seguidos (como muy bien explicó Alfonso Cipolla en el último coloquio de PuppetPlays -ver aquí), en el Mamulengo los titiriteros representaban obras que podían durar toda la noche, con un repertorio de múltiples historias que combinaban según el momento y las necesidades del público o del propio mamulengueiro. Lo que explica que el titiritero dispone ya en su mente de una estructura clara, fija pero transformable, provisto de una versatilidad que le permitía combinar músicas, canciones, con historias, secuencias y personajes ya conocidos por el público la mayor parte de las veces. Este esquema versátil, requería muchas veces de ayudantes, dentro pero sobre todo fuera del retablo, para acompañar los bailes y las canciones con música, o para ejercer de intermediarios entre los títeres y el público.

Muerte. Foto T.R.

Otra característica era la intervención activa de los espectadores, que podían exigir la salida de tal o cual personaje, o censurar la de otros, como explicó Brochado que vio una vez en una función, una persona del público pagar una buena suma de dinero para que una de las bailarinas actuantes se quedara sola en el treatrillo, una sonrosada muñeca muy bien vestida, que llegó a mostrar sus bragas en uno de los bailes exigidos por el enamorado espectador.

Vampiro. Foto T.R,

Sesiones que eran para todos los públicos, mayormente adultos, y que a medida que avanzaba la noche, se quedaban solo los hombres, pues las mujeres iban a acostar a los niños, lo que solía aumentar el voltaje de la representación, muy inclinada a los gustos masculinos desatados.

Foto T.R.

Muy interesante es también la figura del boi, el toro, seguramente influjo de Portugal, pero que recibe un tratamiento mágico y casi sagrado, lo que en realidad lo relaciona con otras tradiciones locales o africanas. Un animal que representa riqueza y bienestar, y que centra una buena parte del repertorio de historias del Mamulengo: el boi que se ha escapado y que su propietario corre a buscarlo, en un sinfín de aventuras hasta que lo encuentra. O que ha sido robado. Lo vimos en la historia del mamulengueiro Xico Simõesen Évora (ver aquí ) y de nuevo en la obra que presentó Trapusteros Teatro.

Foto T.R.

Ver las imágenes de algunos títeres del Mamulengo en la exposición nos reveló la riqueza extraordinaria de sus formas, figuras y rostros. Como dije antes, vimos la punta de un iceberg que todavía no ha sido expuesto en su conjunto, a pesar de que existen varias colecciones importantes y dos museos en Brasil que los acogen. Esperemos que un día esta exuberancia y la realidad del Mamulengo, considerado oficialmente como Patrimonio Cultural do Brasil, sea por fin conocida y aceptada como una de las tradiciones más importantes y uno de los fondos titiriteros más fecundos e importantes en el acervo mundial de las tradiciones relacionadas con el teatro de marionetas.

Marieta e o Boi Bumbà, de Trapusteros Teatro

Tuvieron la suerte, quienes vieron la exposición, de poder asistir también a una representación de Mamulengo, a cargo de la compañía Trapusteros Teatro, conformada por la brasileña Izabela Brochado, y el aragonés Marcos Pena. Tras vivir muchos años en Brasil y otras zonas de Iberoamérica, ambos están instalados hoy en una zona rural de Huesca, Aguinaliu, cerca del Pirineo aragonés, donde han montado un centro de marionetas, llamado La Borda del Títere, que además organiza en verano un festival con el nombre de Títeres en la Montaña.

Izabela Brochado. Foto Manuel Silva

Actuaron los de Huesca-Brasil en dos parroquias diferentes de Rianxo: en Campo Maneiro-Taragoña y en A Capela-Araño.

Y como antes se ha indicado que sucede en tantos espectáculos del Mamulengo, también en el de Trapusteros Teatro un toro es el protagonista, de modo que su título es Marieta e o Boi Bumbà. En este caso, el Boi se escapa, y la niña Marieta, que vive en una granja con sus padres, sale a buscarla, lo que la lleva a protagonizar las aventuras que hilarán el argumento de la obra: o Barqueiro, os Guitarristas, os Caboclinhos de Orubá, a Serpe y o Cabaleiro.

Foto Manuel Silva

Sigue la compañía el esquema tradicional del Mamulengo, de disponer de un titiritero en el retablo, Marcos Pena, y de un músico y cantante en esta ocasión, Izabela Brochado, con una guitarra a un lado del retablo. Puede ella de este modo presentar con comodidad la obra, los personajes y las distintas secuencias, mientras va acompañando la acción con música y canciones, aunque también ejerce de titiritera dentro del retablo. Tiene Brochado una bella voz y su tono suave y melodioso va de maravillas para dar el contrapunto al titiritero y a los personajes mamulengueiros, que siempre hablan en tonos más rápidos y trepidantes, marcados por las distintas acciones que protagonizan.

Foto Manuel Silva

Hay que decir que Marcos Pena es un titiritero no solo provisto de un enorme oficio sino de lo que algunos llaman ‘de raza’, es decir, como si hubiera nacido sabiendo ya lo que es eso de hacer títeres. Domina muy bien el movimiento de los muñecos, con ritmo exacto y vivaz, y sabe darles el tono de voz adecuado para cada uno, en un cierto estilo de rudeza popular que le va de maravillas al Mamulengo.

Foto Manuel Silva

El contraste entre la voz melodiosa de Brochado y las voces rasgadas cargadas de energía de Pena, es uno de los grandes logros del espectáculo, y lo que permite que la obra vaya avanzando, con acciones inocentes que sin embargo se afianzan gracias a este contraste entre los dos tonos, que desempeña el papel de una especie de motor dramatúrgico de la representación. 

Izabela Brochado y Marcos Pena. Foto T.R.

El Mamulengo pasado por Aragón de Trapusteros Teatro agradó mucho al público de Rianxo, con espectadores ya iniciados en las lides titiriteras, que recibieron al Boi Bumbà y a sus humanos compañeros, títeres y titiriteros, con agradecidos aplausos.

Frida, una vida de arte, de A Cova das Letras

Cris Collazo, actriz y titiritera que ya vimos el año pasado en Rianxo con la obra Pepa a Loba, donde encarnó con convincente pericia a esta bandolera gallega que a finales del siglo XIX actuaba por Galicia, presentó su nuevo espectáculo Frida, una vida de arte, dedicado a evocar la figura de la artista mexicana Frida Kahlo.

Foto de Manuel Silva

Y más que evocar, lo que hizo Collazo en realdad fue una verdadera invocación del personaje, poniéndose en la piel de una joven que encuentra el modo de solucionar sus problemas identificándose con la renombrada y célebre Frida Kahlo, que tanto ha inspirado a las jóvenes artistas enfrentadas a situaciones difíciles. Y este es el valor del precioso montaje de A Cova de Letras, haber conseguido crear un rito de invocación para que el personaje de la joven se deje poseer por la figura de la gran Frida Kahlo.

Foto Manuel Silva

Un rito oficiado por Cris Collazo, que marca los pasos a seguir mediante una interpretación donde se combina danza, teatro gestual, teatro visual y de objetos, un cruce de lenguajes ideal para que la escena se vaya convirtiendo en una especie de templete donde elementos propios del universo plástico de Kahlo ocupen lentamente el espacio, desplegando todo su colorido y su enorme atractivo visual.

Foto Manuel Silva

Collazo controla al milímetro el ritmo de desarrollo del rito invocador, haciendo lo que todo rito tiene por misión hacer: convertir el tiempo en un espacio conclusivo que de algún modo obliga al tiempo a reiniciar sus ciclos. En este sentido, puede decirse que el objetivo del montaje se consigue plenamente: la actriz alcanza su apoteosis invocadora con la creación del cuadro plástico que antes llamamos templete, y lo hace sirviéndose de aportaciones misteriosas que llegan por las grietas del tiempo, aceptando lo que unas manos anónimas le entregan, y con una música que procede del mismo lugar oculto y enigmático.

Foto T.R.

Un trabajo de magnífica realización de una actriz muy bien dotada en sus facultades, que ha sabido crear en el escenario eso que a veces es tan difícil lograr: dar al teatro la dimensión de rito que constituye en sí uno de sus componentes primordiales.

A regadora do asubiote, de Viravolta Títeres

La veterana compañía de Lalín, Viravolta Títeres, presentó una versión particular del cuento de La niña que regaba la albahaca y el Príncipe Preguntón, que Federico García Lorca utilizó para la obra de títeres que hizo en la memorable sesión del día de Reyes de 1923 en casa de los Lorca, junto a Manuel de Falla y con los títeres y decorados de Hermenegildo Lanz.

Anxo García presenta la funciòn. Foto Manuel Silva

Lo que hace Viravolta, una compañía siempre interesada en profundizar en las leyendas e historias locales y con ganas de ir más allá de lo conocido, es ir a las raíces del cuento y fijarse en las distintas versiones que más se popularizaron Galicia, con los títulos de A regadora do asubiote, A mata de alfabaca, A pastora e o fillo do rei, Flore e Flora, o as fillas do sastre..

Foto Manuel Silva

La puesta en escena de Viravolta es con títeres de mesa, hermosas figuras planas manipuladas con varillas desde arriba. Con un esquema escénico muy funcional, es todo un lujo ver a los tres miembros históricos de la compañía, Pilar Hernández, Anxo García y Xulio Balado, en acción moviendo los muñecos y poniendo la voz a los personajes.

Qué decir de estos tres veteranos titiriteros que dominan el oficio como pocos. Pilar Álvarez se encarga de los personajes principales, demostrando una vez más su talla de gran maestra titiritera, como lo demuestra el extraordinario dominio de la voz, del rimo y de la manipulación, mientras Anxo García y Xulio Balado apoyan desde los lados los demás movimientos con los sonidos y músicas correspondientes, todos ellos efectuados en directo mayormente por Balado, músico que sabe sacar sonido a todos los instrumentos.

Foto Manuel Silva

La historia nos muestra como una muchacha llena de picardía e ingenio pone en su lugar a ese príncipe bullicioso y preguntón, que no sabe con quién se las tiene. Pero en la versión de Viravolta, sin perder el lirismo de la de García Lorca, es más, incorporando parte del mismo, se aparta de su dulzura clásica y lo transporta a territorios más afines con los cuentos tradicionales, más duros y escabrosos.

Foto Manuel Silva

Por ejemplo, la tercera hija del sastre, que en la versión lorquiana se casaba con el Príncipe, aquí, consciente él de que la joven regadera de albahaca es ‘aguda, la más aguda, agudísima y está capacitada, muy capacitada, capacitadísima para gobernar mejor que el Príncipe Principal’, renuncia al cargo y deja que ella sea a partir de entonces la Princesa Real, mientras él se hace trotamundos y contador del mismo cuento sin igual.

De izquierda a derecha, Anxo García, Pilar Álvarez y Xulio Balado. Foto T.R.

Viravolta Títeres se mantiene fiel a la línea teatral que ha caracterizado desde siempre a la compañía, de profundizar en las tradiciones y sacar de ella sus más interesantes contenidos, buscando afinidades y resonancias con obras de la literatura local o universal, como fue el caso de la obra Crímenes y prisión de Toribio de Mañón, que buceaba en el bandido gallego que inspiró a Valle Inclán su conocido esperpento Las galas del difunto (ver aquí ).

Presentada en el Centro Social de Atalaia, en la localidad rianxeira de Asados (Escolas Velhas), la obra fue celebrada con sinceros aplausos por el público que llenó la sala.