(Foto de Rafael Casanova)

El domingo pasado, y como cierre del Festival Didó, Festival de Música y Títeres de Terrassa, tuvimos la oportunidad de disfrutar del estreno Vols de cor (juego de palabras que en catalán pueden traducirse como “Vuelos de corazón” o “Quieres de corazón”).

El estreno tuvo lugar en el Teatro Principal de Terrassa y es el resultado de una coproducción del mismo Festival y Terrassa Arts Escèniques a cargo de las compañías Da Capo y Tactilicuä. Antes de la representación, se entregó el reconocimiento “Didó de l’any” al gestor cultural Pau Monterde, quién celebró la vigencia de este Festival, que este año llegó a su sexta edición.

Foto de Rafael Casanova

La conjunción de entidades y personas en un proyecto siempre trae beneficios, tanto para los creadores, que tienen la oportunidad de explorar nuevos lenguajes, como para el público que puede disfrutar de nuevas propuesta escénicas.

Vols de cor es la primera coproducción que hace el Festival como apoyo a la creación. Una novedad que esperamos siga repitiéndose, no sólo porque favorece los procesos creativos, sino porque en este caso, promueve uno de los objetivos del Festival Didó: la unión de los títeres y la música.

Foto de Rafael Casanova

Vols de cor es una adaptación libre de Las bodas de Fígaro, ópera bufa de Wolgang Amadeus Mozart, escrita por Lorenzo da Ponte. El trabajo de adaptación de esta obra para público familiar es totalmente loable, ya que el argumento inicial plantea, desde la picaresca, la infidelidad. En el caso de Vols de cor los personajes principales de la opera son representados por aves, y esta sutil transformación hace que el público infantil pueda seguir el argumento desde la alegoría acercando la anécdota a su universo mágico.

Foto de Rafael Casanova

En la puesta en escena encontramos dos espacios: el de los músicos, quienes están ensayando fragmentos de la ópera original, y el de las aves, quienes habitan en un árbol que da al balcón donde se realizan los ensayos. Son los pájaros, los encargados de llevar el hilo argumental a la audiencia.

Por un lado, tenemos la presencia de un piano, único instrumento de la puesta en escena, que con la interpretación de Raquel Portales, consigue no sólo reproducir parte de escenas de la ópera, sino crear los ambientes que requiere la historia.

Foto de Rafael Casanova

El barítono Néstor Pindado y la soprano Sophie Klingele interpretan algunas  arias de la ópera representándose a sí mismos en el papel de cantantes en un ensayo con sus particularidades, y pasando por ellos personajes como el Conde, Fígaro, Susanna o Cherubino. Acompañados de un vestuario simbólico que permite diferenciar visualmente los personajes en su interpretación.

Del lado de los títeres, Lidia Clua y Miquel Nevado son los encargados de animar a todos los personajes principales de la ópera original; representados por pájaros que habitan en un árbol desde donde pueden ver y escuchar a los cantantes ensayando.

Foto de Rafael Casanova

Cabe destacar que el trabajo de los titiriteros en esta puesta en escena es impecable. Tanto su trabajo de animación de los títeres como de interpretación de las voces de los personajes está cargado de matices, buen ritmo y asertividad. Se puede disfrutar de una concordancia como equipo de titiriteros que hace que las escenas de los títeres tengan una excelente fluidez.

Los títeres por su parte, con un mecanismo sencillo logran cautivar con sus vuelos y sus acciones a la audiencia infantil. La estética utilizada en la construcción de los mismos consigue que el público pueda identificar el carácter de los personajes por los colores y las formas elegidas para cada uno de ellos.

Como público agradecemos y disfrutamos las breves escenas en que los dos espacios se unen gracias a la perspicacia del personaje de Cherubino quién de forma atrevida busca entablar una relación con la soprano Sophie Klingele. Estos momentos de diálogo son tiernos y amables, y nos permiten visualizar el papel de los pájaros en la puesta en escena como traductores y trasmisores de lo que ocurre en la ópera.

Foto de Rafael Casanova

Desde Titeresante solo nos queda aplaudir el riesgo del Festival Didó, y de todos los agentes que se han embarcado en esta producción que busca unir lenguajes, consigue acercar la ópera al público general y arriesga por la innovación en la creación de espectáculos de títeres.

Ficha Artística:

Soprano: Sophie Klingele
Barítono: Néstor Pindado
Piano: Raquel Portales
Titiriteros: Miquel Nevado y Lídia Clua
Diseño de iluminación: Marieta Rojo
Escenografía: Clàudia Serra
Construcción de títeres: Nona Umbert
Mecanismos títeres: Miquel Nevado
Vestuario: Susanna Navó
Dramaturgia: Lídia Clua
Dirección: Miquel Nevado y Lídia Clua
Adaptación musical: Sophie Klingele y Raquel Portales
Idea Original: Sophie Klingele