Claudio Hochman, director argentino radicado en Lisboa, nos cuenta el proceso de creación de varios artistas en el sí de un laboratorio internacional. El desarrollo de este proyecto de investigación empieza en México en el año 2005 y se extiende hasta este mismo año gracias a la colaboración de UNIMA Valencia y Alberto Cebreiro. Juntando la experiencia mexicana con varios cursos de dramaturgia y dirección teatral, se ha conseguido emprender una nueva aventura: la de seis compañías que, por siete meses, van a viajar en busca de un nuevo espectáculo, sin temática común, con el único propósito de investigar y arriesgar.

Laboratorio

Luna Morena, de México.

1.- Raptos de orgullo

En el  año 2005, Lourdez Perez Gay y Lucio Espíndola , directores de la Compania Marionetas de la Esquina de México me propusieron coordinar un Laboratorio de Creación para Compañías de Títeres.
Abrieron una convocatoria y elegimos cuatro proyectos de cuatro grupos muy diferentes. Diferentes  en todos los sentidos. Experiencia, lugar de residencia, propuestas. El laboratorio además de ofrecerles una ayuda económica para la producción, les brindaba acompañamiento durante seis meses. Es decir, fuimos caminando con las compañías desde la aparición de la primera idea hasta el aplauso final. En este laboratorio no trabajé solo. Conté con un notable grupo de asesores, entre ellos Suzanne Lebeau en dramaturgia.

Los procesos  de cada grupo fueron, como era de esperar, muy diferentes entre sí. Hubo participantes que en raptos de orgullo optaban por no tomar nada de lo que proponíamos, otros que casi tuvimos que hacerles el montaje. Pero todos aprovecharon y sacaron partida de la fructífera experiencia. Fue muy interesante acompañar los procesos. En los primeros encuentros solo estaban los directores de las compañías y usaban a los otros participantes para comenzar a experimentar. Luego el trabajo se fue volviendo cada vez mas interno, dentro del ámbito de las compañías, pero siempre los otros tenían la posibilidad de ver y opinar. Los cuatro espectáculos se presentaron en el Festival Titerías en Guanajuato.

2.- Nadie está solo

Los grupos de titiriteros muchas veces son estructuras familiares o ni siquiera son grupos, porque andan en solitario. Estos laboratorios sirven para poder compartir el trabajo, para no sentirse tan solos, para abrir espacios a la imaginación, al juego, para ejercitar la modestia al poder mostrar un trabajo en proceso, de aprender a recibir críticas y de aprender a criticar con cariño e inteligencia, desarrollan también el ojo clínico, ese que, estando de adentro no permite ver.  Al poder observar el trabajo de los otros y escuchar las opiniones van ejercitando la mirada, la sensibilidad y luego pueden transferirlo para su propios trabajos.

3.- Arquitectura

Sacar lo mejor de cada uno. Ese es mi objetivo con los laboratorios. Ponerme a un lado, salir del lugar de director para posibilitar a otros que lo hagan. Estimular las capacidades, descubrir donde están los problemas, los vicios, desafiar para que puedan alcanzar nuevos horizontes, descubrir nuevos caminos, darles permiso para equivocarse, ayudarlos a destruir su propio trabajo dándoles herramientas para poder volver a construirlo.

4.- Todo se encaja

Alberto Cebreiro, de Unima Valencia, sabía de mi aventura mexicana y siempre tuvo ganas de hacer algo parecido en España. Hace unos años me invitó a dar un Curso de Dramaturgia y Dirección de Teatro de Objetos para las compañías de la región, Fue nuestro primer acercamiento, en un fin de semana intenso se comenzó a formar un vínculo que ya lleva muchos años. Más allá de los contratiempos, lógicos en  encuentros de creadores, creo que este grupo de grupos, esta asociación de compañías funciona de una manera muy especial. Sobre todas las cosas tiene ganas de aprender, de crecer… se mezclan artistas con más de setenta años de vida y más de cincuenta de trabajo con otros que recién empiezan y todos, a su manera, hacen sus aportes para crear una dinámica absolutamente enriquecedora.

Después del primer curso hicimos una especie de laboratorio. Nos propusimos hacer una creación entre todas la compañías. El tema fueron los derechos humanos y elegimos trabajar con un material común: papeles y cartones.

Cada integrante fue haciendo propuestas que las representaban ellos mismos u otros compañeros. Fuimos armando un collage con situaciones vinculadas a la temática elegida. utilizando las más diversas técnicas de manipulación.

Fueron dieciséis cabezas pensando, creando, discutiendo, eligiendo, peleando, construyendo.

Luego, rotativamente tres titiriteros asumieron el rol de intérpretes en el producto final al que titulamos Todo Encaja que se estrenó en el Festival de Tolosa.

Laboratorio

Emilio Pérez, de Valencia.

5.- Un nuevo salto

Siete años después del primer laboratorio y por iniciativa de Alberto y de Cecilia Silva, el 31 de marzo de este año, comenzamos un nuevo laboratorio, este sí, más parecido al de México, Seis compañías harán un viaje durante siete meses en la búsqueda de un nuevo espectáculo.

No hay temática común, solo el deseo de arriesgar.

Haremos siete encuentros, uno por mes, En esos encuentros de tres días habrá tiempo para ver la evolución del trabajo, analizarlos, comentarlos, destruirlos, alimentarlos, y habrá tiempo también para seguir probando, para experimentar, para repensar, una vez más, nuestro trabajo.

En el primer encuentro cada uno propuso su idea inicial. Algunos partirán de un texto, otros de una idea, otros de un material, otros de la nada.

Durante tres días, fuimos encontrando luces, cada uno  se fue sacudido por lo que pasó. nadie salió ileso. Hubo tormenta, de esa que asusta, que invita al refugio, que limpia, que excita…

Han pasado cosas fuertes, cambios de rumbo, descubrimientos, llantos y risas. Cada encuentro es una catarata de emociones que tiene un único objetivo: que cada uno pueda sacar afuera lo que tiene ganas de contar de la mejor y más autentica manera posible.

6.- Servir para algo

En el laboratorio se buscan alternativas, caminos, atajos, se formulan desafíos….A mí me gusta compartir estos procesos, me hace sentir útil, necesario. Siento que sirvo para algo y esa es una sensación muy placentera.

(Ver aquí cómo siguió el Laboratorio.)