(Aragoz, la Mujer y el Alcalde, Egipto, copia de unos originales anteriores a 1930, de Osama Mohamed Ali. Hoy en el Museo Walid Badr, Sociedad Geográfica de Egipto. Foto T.R.)

Iniciamos con esta crónica el relato de uno de los encuentros anuales de UNIMA Italia que ha tenido lugar en la ciudad de Pordenone, en la región italiana del Friuli-Venezia Giulia. El motivo principal ha sido festejar el Día Mundial de la Marioneta 2022 a lo largo del fin de semana del 18 al 20 de marzo, una excusa perfecta para organizar a su alrededor un conjunto de actividades, algunas de ellas realmente excepcionales. Se ha contado para ello con la producción y enorme capacidad organizativa de la compañía friuliana Ortoteatro, una de las más activas e interesantes del noreste italiano.

El plato fuerte del programa propuesto por Ortoteatro ha sido la inauguración de la exposición People & Puppets, creada por Unima Internacional para celebrar su 90 aniversario, y que se presentó en Charleville-Mézières (de julio a octubre de 2019), en Madrid (en diciembre de 2019), en Tolosa (de Octubre 2020 a marzo 2021), y ahora en Italia, en Cordenons y Pordenone (de enero a abril de 2022).

Claustro del exconvento de San Francesco, de Pordenone. Foto T.R.

En el contexto de la Bienal Il Fantastico Mondo dei Burattini que organiza Ortoteatro, se han programado tres espectáculos, uno cada día. En esta crónica hablaremos del estreno de Pantalone Memento Mori, fruto de la colaboración de las compañías Aprisogni y Paolo Papparotto, y del trabajo solista de la actriz Federica Guerra de la compañía Ortoteatro, titulado Qua Qua Attaccati Là. Dejaremos para la siguiente crónica Un Matrimonio da Matti, de la compañía de Romano Danielli, el gran maestro de Bolonia quien fue nombrado socio honorífico de la UNIMA Italia.

También hubo el encuentro de las tres UNIMAS Italia, Francia y España, decididas a establecer distintos marcos de colaboración a través de un proceso que se inició en mayo de 2020 y que busca profundizar la dimensión europeísta de las tres organizaciones. De ello hablaremos en la siguiente crónica.

La exposición People & Puppets

En primer lugar, hay que decir que la exposición forma parte de la 5ª Bienal Expositiva Il Fantastico Mondo dei Burattini, que desde el año 2013 Ortoteatro, conjuntamente con el maestro titiritero Walter Broggini, han venido organizando en las dos ciudades de Cordenons y Pordenone.

Walter Broggini y Fabio Scaramucci, director de Ortoteatro, junto al Merma de La Claca, obra de Joan Baixas y Joan Miró. Museo del TOPIC de Tolosa. Foto T.R.

Todo un esfuerzo tremendo de cinco diferentes exposiciones que han contado con el comisariado de Walter Broggini y la producción de todo el equipo de Ortoteatro, capitaneado por su director, Fabio Scaramucci (cliquen aquí para saber más sobre estas exposiciones). En Pordenone, el lugar expositivo es el exconvento de San Francesco, mientras que en Cordenons fue el Centro Culturale Aldo Moro.

Máscara de Dadi Pudumjee, del Ishara Puppet Theatre Trust, de Nueva Delhi, India. Foto T.R.

En este caso, la exposición programada es la creada por UNIMA Internacional para celebrar su 90 aniversario. Partió la idea de quien fue hasta el año pasado secretaria de la organización titiritera, Idoya Otegui, y su director, Dadi Pudumjee. Un proyecto de una gran ambición que llegó a realizarse gracias al equipo de lujo que se constituyó para ello, encabezado por la figura de la gran investigadora de los títeres, Cristina Grazioli, profesora en Historia del Teatro y de los Espectáculos en la Universidad de Padua. El título entero de la exposición es: Hombres, mujeres, marionetas: UNIMA, creyendo y creando un futuro común para la marioneta (1929-2019).

Cristina Grazioli en la presentación que hizo de cómo preparó la exposición. Foto T.R.
Cristina Grazioli en el momento de la inauguración de la exposición, junto a Walter Broggini y Fabio Scaramucci. Foto T.R.

¿Es posible mostrar en una exposición la larga historia de la UNIMA, fundada en 1929 en Praga, la organización internacional de teatro más antigua del mundo, capaz de cruzar la agitada historia de casi todo el siglo XX y adentrarse en el XXI, sin perder su esencia y multiplicando sin cesar el número de socios y de países participantes? Tal ha sido el reto al que tuvo que enfrentarse Grazioli, con una propuesta de figuras e imágenes que querían hablar del pasado y del presente, para proyectarse hacia el futuro.

Detective con Pipa, marioneta que representa a Jan Malik, obra del checo Jiri Trnka (1932). Hoy en el Museo de Títeres de Chrudim, República Checa. Foto T.R.

La exposición que se ha visto en Pordenone no es la original que se presentó en Charleville-Mézières. La razón es clara: entre el 2019 y el actual 2022, no solo han pasado tres años sino una pandemia que ha puesto el mundo de la cultura y del teatro patas arriba. Ha habido cambios en la dirección de la UNIMA Internacional, algunos de los prestadores han retirado sus piezas, y tampoco las medidas del exconvento de San Francesco podrían haber albergado las de la exposición original. Aun así, impresiona lo visto en Pordenone, con piezas de un gran valor y emblemáticas de las distintas épocas cruzadas por la asociación.

El Conferenciante, de 1928. Obra de Ivo Puhonny, Hoy en el Musée Gadagne de Lyon. Foto T.R.

Una de las características de las bienales de Il Fantastico Mondo dei Burattini es la calidad de los catálogos que se editan para cada proyecto expositivo. En esta ocasión, importan mucho, además de las imágenes, los diferentes textos que lo componen. Desde las presentaciones de rigor de las autoridades municipales de la ciudad, o la bonita introducción de Dadi Pudumjee e Idoya Otegui, hasta los textos que nos hablan del contenido en profundidad, como el de Cristina Grazioli, que nos sitúa frente a la complejidad casi inabarcable a la que ha tenido que enfrentarse, o el de Walter Broggini, que contextualiza la exposición en el marco de la Bienal y de la realidad italiana, así como el de Fabio Scaramucci, que muestra su fascinación por el trabajo realizado. Un catálogo que en este caso adquiere una gran importancia, al ser el complemento que nos permite entender el enorme valor que tiene una asociación como es UNIMA.

Vista general de la exposición. Foto T.R.

Tras escuchar a la profesora Cristina Grazioli en uno de los coloquios del encuentro, cuando nos explicó los entresijos del estudio realizado para preparar la exposición, viendo todo el material acumulado en sus investigaciones, uno se asombra de que todo este trabajo no se haya publicado en un libro. El catálogo aparece entonces como un sustituto indispensable de lo que podría ser este libro, un complemento a la exposición de tal categoría que, en este caso, ambos, catálogo y exposición adquieren un valor igualado de mutuo complemento.

Robertos de Portugal: Torero y Diablo con máscara roja, de Manuel Rosado (1910?…). Museu da Marioneta de Lisboa. Foto T.R.

La exposición muestra piezas de un gran interés, unos por su valor histórico en el contexto de la UNIMA, como el Conferenciante de Ivo Puhonny, de 1928, o el Detective con Pipa, de 1932, retrato del marionetista Jan Malik, personaje clave en el nacimiento y los primeros años de la UNIMA. O las dos marionetas del gran titiritero checo Josef Skupa, Spejbl y Hurvinek, de 1920. Igualmente se homenajea a la persona de Margareta Niculescu, fundadora de tantas cosas en el mundo de la marioneta europeo y persona clave en el desarrollo de la UNIMA, con la figura de un Rinoceronte de Sri Lanka, una pieza que Nicolescu regaló al TOPIC de Tolosa en su inauguración el año 2009. Y, como no, también está representado Jacques Félix, uno de los padres de la UNIMA más actual, con dos bonitos títeres hechos de tela y lana pertenecientes a su compañía de titiriteros aficionados Les Petits Comédiens de Chiffons, de 1960.

Spejbl, de Josep Skupa, año 1920, Checoslovaquia. Museo de Títeres de Chrudim, República Checa. Foto T.R.

El apartado de los títeres populares europeos está muy bien representado con varios de los personajes más importantes, empezando por el Pulcinella de Bruno Leone, encargo del TOPIC de Tolosa; el Kasparek checo de Antonin Münzberg de 1928; el Guignol francés cedido por el Musée Gadagne; el Petruska ruso, donación de la UNIMA rusa al TOPIC de Tolosa; los dos magníficos diablos de Harro Siegel de 1940; el Kasperl de Carl Schröder de 1962; los dos preciosos Robertos de Manuel Rosado, cedidos por el Museu da Marioneta de Lisboa, el Torero y el Diablo de máscara roja; el Vitéz László del titiritero húngaro Henrik Kemény; el Mobarak iraní del marionetista Sahra Sabri, de 1967; o los tres preciosos títeres del Aragoz egipcio, con el mismo Aragoz, una Mujer y el Alcalde, copia de unos originales anteriores a 1930, de Osama Mohamed Ali.

Petrushka, anterior a 2016. Donación de la UNIMA Rusia al Museo del TOPIC de Tolosa, durante el Congreso de 2016. Foto T.R.

Tampoco podía faltar el capítulo de las sombras, con un flamante Karagöz obra de Cengiz Ozek realizado para el TOPIC de Tolosa; o las siluetas creadas por el gran sombrista australiano Richard Bradshaw; o el imponente Karagiosis griego de 1995, obra de Eugenios Spatharis. Quizá falten en este apartado algunas piezas de las importantes tradiciones del teatro de sombras en China, India o Indonesia, aunque sí están representadas estas grandes culturas por bonitas piezas tridimensionales.

Panel dedicado al Teatro de sombras. Foto T.R.

Ya en el apartado de lo más contemporáneo, ocupa una posición central el espectacular muñeco del Merma, realizado por Joan Baixas y Joan Miró, pieza cedida por el TOPIC de Tolosa. Igualmente impone la bella máscara creada en 2012 por Dadi Pudumjee, maestro titiritero del Ishara Puppet Theatre Trust, de Nueva Delhi, India.

Belisa, de Ariel Bufano (1979). Propiedad de Adelaida Mangani, Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín de Buenos Aires, Argentina. Foto T.R.

De las tres Américas hay buenas representaciones, concretamente de Argentina, Brasil, México y los Estados Unidos. Me gustó ver la muñeca títere de la gran Mireya Cueto, creada en 2001 con la compañía de Emmanuel Márquez, de México, o la Doña Merceditas de la maestra argentina Sarah Bianchi, de 1950. También el títere de Javier Villafañe La Generala, creado entre 1935-40, o la Belisa de quien fue su gran amigo, Ariel Bufano, de 1979. De los Estados Unidos, sobresale el Sour Bird de Jim Henson, de 1966.

Muñeca, Eeva Ijäs. Composición de Sirppa Sivori-Asp (1987), Teatro de Títeres de Mela Verde, Finlandia. Colección privada Ulla Raitahalme, Lahti, Finlandia. Foto T.R.

Sería abusivo y no es la intención de esta crónica citar la lista entera de las marionetas expuestas en People & Puppets. Para quien desee conocerla, vale la pena acercarse a Pordenone y visitar el exconvento de San Francesco, donde la exposición está abierta hasta abril de 2022. Un muy recomendable viaje doble por dos historias que confluyen en paralelo: la del teatro de títeres y la de la UNIMA Internacional nacida en 1929.

Pantalone Memento Mori, de Aprisogni y Paolo Papparotto

Se estrenó en el Teatro Comunale Gozzi, Pasiano di Pordenone, la obra Pantalone Memento Mori, fruto de la colaboración de dos compañías de Treviso, en el Véneto: L’Aprisogni, con Cristina Cason y Paolo Saldari, y la del veterano maestro Paolo Papparotto, autor de la idea y del canovaccio. Los títeres han sido ideados y construidos por el gran dramaturgo Gigio Brunello, optimizados luego por Cristina Cason. El retablo y la escenografía, de bonita factura estructural, son obra de Paolo Saldari con la colaboración de Cristina Cason.

Algunos personajes de la obra. Foto compañía

Una obra con los personajes propios de la Comedia del Arte, centrada en este caso en la figura de Pantalone, la máscara veneciana por excelencia, junto a las figuras de Arlequino, Brighella, Lelio, el hijo de Pantalone, Colombina y Balanzone. Una obra de tema metafísico y a la vez mundano: Pantalone entra en crisis y se pregunta acerca de la muerte. Decide hacer testamento, dejar por escrito sus últimas voluntades. La angustia de no saber qué será de su fortuna marca el ritmo vital del personaje. La misma angustia persigue a su hijo Lelio y a sus criados, especialmente a Arlequino, Brighella y Colombina, que ya se ven en la calle con la miseria a cuestas.

El sueño de Pantalone. Foto compañía

Lelio, por otra parte, está ansioso por saber qué va a heredar ante la inminente muerte de su padre. Una situación de comedia de enredo fúnebre que tiene a la vieja máscara de Pantalone como protagonista, enfrentado a todo el entorno de su casa -hijo y criados-, al mismo demonio que se lo quiere llevar al infierno, o a la Muerte que lo viene a buscar. ¿Pero cómo puede morir alguien que vive desde hace 500 años y que parece eterno? De todos sus ‘amigos’ y siervos escapa Pantalone, mostrando que su vitalidad arquetípica -la misma que sustenta la ciudad de Venecia- por muy vieja y decadente que sea, sigue intacta, aunque a veces sea por azares absurdos, como su reacción a la palabra Muerte, que cada vez que la oye debe escapar al cuarto de baño.

Lelio y Brighella. Foto compañía

Mostraron los tres titiriteros un muy buen dominio de los títeres y un control envidiable de las voces, con los giros propios de cada personaje, que como es bien sabido suelen reproducir gestualidades y formas de hablar características de cada uno de ellos. Trufada de gags y de situaciones disparatadas, la obra se acerca a un divertido teatro del absurdo que acaba en esta ocasión muy según los cánones clásicos del teatro de títeres: a garrotazo limpio. La cachiporra se hace presente en la última parte del espectáculo a modo de sistema rápido de solucionar las cosas.

Pantalone y Arlequino. Foto compañía

Pantalone Memento Mori es un ejemplo de la vitalidad que siguen teniendo los populares personajes de la Comedia del Arte en el norte de Italia, unos arquetipos que puestos en clave bufa permiten a actores y espectadores reírse con ganas de sí mismos. Personajes que sacados de su contexto histórico permiten atractivos juegos donde el absurdo de los estereotipos se convierte en el absurdo de la cotidianeidad de nuestras vidas.

Qua Qua Attaccati Là, con Federica Guerra de Ortoteatro

Presentó Ortoteatro la producción para público familiar Qua Qua Attaccati Là, un bonito ejercicio teatral para una sola actriz manipuladora, en este caso Federica Guerra, uno de los miembros más sólidos de la compañía. Con un texto de Fabio Scaramucci, quien también firma la dirección, y música de Giorgio Rizzi, la obra presenta una atractiva escenografía de corte colorista creada por Mauro Fornasier y Paolo Pezzutti, autores igualmente de los títeres y el vestuario.

Federica Guerra con uno de los personajes. Foto compañía

Se enfrenta Guerra a un cuento clásico de princesa rebelde encerrada en la torre del castillo, que solo se dignará en salir si alguno de los pretendientes que le busca su padre es capaz de hacerla reír o al menos sonreír.

Una excusa perfecta para urdir una obra de lo que podríamos llamar ‘títeres o máscaras planistas’ de distintas dimensiones, que unas veces ejercen de títeres, y otras de máscaras. Un ejercicio que requiere unas dotes especiales para el desdoblamiento a la actriz o al actor.

Dos de las máscaras o títeres planistas. Foto compañía

Por de pronto, encarnar a diferentes personajes tal como se hace en el teatro de títeres, con un buen dominio de la voz, con capacidad de cambiar constantemente de tono y de registro. En otras ocasiones, el títere planista se convierte en máscara, de modo que el cuerpo del actor o parte de él encarna el del personaje. Dicho en otras palabras, este tipo de trabajo exige unas dotes bastante excepcionales a la actriz o al actor que se enfrenta a él.

De todo ello sale Federica Guerra con el pabellón muy alto: su dominio de la voz es extraordinario, poderoso y sobrado, con una dicción clara y potente, sin forzarla jamás pero capaz de cambiar y de surfear por las distintas psicologías de los personajes. Dispone además de una presencia que otorga seguridad y aplomo al personaje, lo que le permite conectar muy directamente con los espectadores.

Federica Guerra con uno de los personajes. Foto compañía

Las tres palabras que definen el arte tauromáquico de los títeres, ‘Parar, Templar, Mandar’, se aplican perfectamente en el arte de Federica Guerra: 1- parar a los niños (al toro) para que no se desboquen ni se impongan al diestro o maestra titiritera, 2- templar que significa engatusar al público para que no descubra el engaño, y 3- mandar, es decir, dirigir a los niños (al toro), hacia donde queremos llevarlo. De todo ello hace gala la actriz de Ortoteatro. No por nada su personaje, cuando actúa en obras de Comedia del Arte, es Il Capitano, de carácter fuerte y expeditivo, una máscara que domina con mucha gracia y pericia, como pude comprobar en una representación que vi en febrero de 2019, también en Pordenone (ver aquí).

Ortoteatro, compañía de teatro de actores que ama tanto las marionetas como las máscaras, ha buscado con este espectáculo abrir nuevos caminos donde las tres técnicas teatrales pudieran coexistir. Un camino que conduce a la experimentación y que augura otros trabajos llenos de exigencia y de rigor, como es propio de la afamada compañía del Friuli.