Está a punto de comenzar el Simposio sobre Polichinela que hemos organizado desde nuestra revista, con la ayuda, la colaboración y el cobijo del Instituto del Teatro, al que queremos manifestar nuestro más sincero agradecimiento (días 21, 22 y 23 de noviembre, ver información del programa aquí). A modo de presentación y para excitar las discusiones sobre el tema, nos gustaría exponer algunos puntos que pueden ser útiles durante estos tres días de ponencias y discusiones, y que prometen ser densos y cargados de aportaciones.

kasperl
Kasperl. Museo de Marionetas de Lübeck.

1- Creo que el mismo título del Simposio es acertado por definitorio: Polichinela, considerado como un arquetipo que se manifiesta en toda Europa a través de múltiples caras, es realmente un Mito (de los pequeños, sin duda, que suelen ser los mejores), una Tradición (que hay que conocer y respetar, pero también saltarse a la torera) y una figura contemporánea (que responde y satisface las necesidades del siglo actual, el XXI). Ser estas tres cosas a la vez le da una calidad compleja y poliédrica, profundamente contradictoria, y por eso mismo, dotado de una fuerza capaz de atraer la atención de público y titiriteros jóvenes.

Mort
Muerte. Museo de Marionetas de Lübeck.

2- Estas últimas palabras no son una exageración: nunca como ahora habían habido tantos Professors of Punch and Judy, tantos titiriteros que practican los Guaratelle napolitanos, tantos maestros del Dom Roberto, tantas nuevas versiones del Kasperl alemán… No todas las tradiciones tienen tanta suerte, por supuesto, pero la mayoría sí. Y mirando el panorama desde arriba, podemos decir que del estado casi de extinción en el que se encontraban estas tradiciones de Polichinela en Europa durante los años setenta y principios de los ochenta, hemos pasado, a comienzos del siglo XXI, a un estado casi de euforia, capaz de despertar un interés nuevo y genuino -como si las viejas figuras hubieran bebido todas de golpe una milagrosa pócima rejuvenecedora .

3- En cierto modo, hay una lógica histórica en este resurgimiento de Polichinela. Dos han sido las grandes explosiones emergentes de nuestra figura: el Renacimiento y las grandes revoluciones burguesas de finales del XVIII y del siglo XIX . En el Renacimiento, a través de la Comedia del Arte, irrumpe la máscara libertaria, enmarcada todavía en las estrecheces de la sociedad aristocrática (son siervos que se burlan de sus señores). Después de la Revolución Francesa, el individualismo libertario aumenta de grado y cambia de contexto, empujado por la extraordinaria energía liberada por la caída del Antiguo Régimen. Nace Guignol y nacen también muchos otros personajes que se identifican con las naciones que los acogen. Hoy, es obvio que nos encontramos en una época de cambios rotundos, marcada por un individualismo aún más exacerbado, enmarcado por las revoluciones tecnológicas de la comunicación y en un nuevo contexto cuyas características son su radical falta de referentes: el “todo es posible ” adquiere unas dimensiones impensables para bien y para mal: utopías optimistas de futuro, pesimistas abismos apocalípticos. Una época, la nuestra, que también se manifiesta por la inusitada energía emitida y que, lógicamente, transforma los viejos arquetipos libertarios mientras genera las nuevas figuras mitológicas que le son propicias.

Diable
Diablo. Museo de Marionetas de Lübeck.

4- Es en este contexto de cambio de época, de nuevas emergencias simbólicas y de transformación radical de la sociedad y de sus referentes, que los Títeres europeos, nuevos y viejos, pugnan por sobrevivir los unos, para transformarse los demás, y para emerger los que todavía no existen. Una temática apasionante que tiene que ver con la creatividad, la sociología de los cambios de época y la “libertad mitológica” (signo propio de nuestro tiempo: todo es posible en nuestra inventiva y recreación mítica).

Titella
Títere del Museo de Marionetas de Lübeck.

Invitamos a nuestros lectores y a los inscritos en el Simposio a pensar y a debatir sobre estas cuestiones, esperando que el encuentro sea tan apasionante como lo es la época que nos ha tocado vivir.