(Foto Ma Jesús Mulà)

Hay temas que escurrimos, que nos cuesta abordar, sostener, escuchar, que duelen. Algunos de ellos son realmente importantes para quienes buscamos una sociedad más sana, es por ello que no podía dejar pasar la oportunidad de hablar de Pruna del Col·lectiu NINS, un espectáculo que reclama el oído del público en su apuesta por hablar del abuso sexual infantil.

El abuso sexual infantil no puede ser un tema tabú, al contrario, es necesario hablar de su presencia silenciosa en nuestra sociedad. Durante años desconocí el tema, hasta que formé parte del equipo de las campañas de sensibilización y prevención que la Fundación Vicki Bernadet hace en las escuelas. Hice formaciones con la fundación que no solo me sirvieron para hablar de este tema con niños y niñas, sino para el resto de mi vida. He quedado tan agradecida por esta experiencia profesional, que esa es la segunda razón por la cual no podía evadir este artículo.

Foto Ma Jesús Mulà

He visto dos veces el espectáculo Pruna y las dos veces he salido del teatro conmovida. Su guión es inteligente y no deja ningún hilo suelto. Dos etapas de una mujer, convergen en un mismo espacio escénico. Escuchamos a la niña, su inocencia, su confianza, la revolución de sus emociones, su miedo. Escuchamos a la adulta, su inseguridad, sus contradicciones, sus luchas, sus logros. El hecho de abordar el tema desde dos momentos de la vida de una persona nos sirve para entender cómo al padecer un abuso se fractura la confianza.  Cómo el parentesco pesa enormemente para las víctimas. Cómo el vínculo se destruye.

Foto Ma Jesús Mulà

La puesta en escena acompaña muy bien el texto, en una coreografía donde la/las protagonistas se encuentran solas en escena, narrando lo que viven. Ellas y sus cuerpos son los protagonistas, sin embargo, hay un elemento oscuro que ocupa la escena.  Se trata de un títere enorme, sin rostro, una estructura con peso, con poder, que avanza hacia los cuerpos pequeños de las protagonistas para atraparlas. Este personaje, manipulado con sobriedad, interviene de una forma sigilosa en la obra y nos recuerda lo difícil que es detectar al abusador, quienes por lo general actúan desde la sombra. La elección del títere como un elemento perturbador es totalmente acertada y conjuga perfectamente con la puesta en escena.

Foto Ma Jesús Mulà

La obra, como ya comenté, cuenta con una excelente dramaturgia, que nos guía por los mecanismos del abuso, además cuenta con dos momentos en los que se quiebra la cuarta pared y actores y actrices nos recitan datos documentados sobre el abuso sexual. Un golpe de realidad necesario, pues aquello que es ficción, es una realidad cotidiana para niños y niñas, víctimas de abusos.

Las actuaciones son magníficas, con un viaje emocional creíble en todo momento. La inocencia de la niña es compensada con el coraje de la adulta, quien decide dejar de ser víctima, hablar y actuar.

Foto Ma Jesús Mulà

Me gustó especialmente, la complicidad entre dos personajes que son evocados por la protagonista, la madre y la maestra, quienes se unen para paliar y detener el mal que ha sufrido la niña. Creo que esta opción en el texto, esta justicia poética, nos brinda un respiro como espectadores y nos devuelve la confianza.

Gracias Col.lectiu Nins por abordar este tema, sostenerlo en escena de forma respetuosa y sincera, y darnos la oportunidad de escucharlo, aunque duela.

Ficha artística:

Dirección y dramaturgia Queralt Riera
Interpretación Laura Calvet, Annabel Castán
Manipulación del títere Carlos Gallardo, Momó Fabré
Escenografía Jose Menchero
Concepción sonora Joan Alavedra
Diseño de luces Conchita Pons
Diseño del títere Carlos Gallardo
Construcción del títere Carlos Gallardo, Momó Fabré
Vestuario Teté Company
Asesoramiento Fundación Vicki Bernadet
Ayudante de dirección Jordi Font
Producción ejecutiva Raül Perales
Producción Col·lectiu NINS
Una creación escénica impulsada por el Col·lectiu NINS, a partir de una idea original de Laura Calvet.
Con la colaboración del Centre Cívic Cotxeres Borrell y Atrium Viladecans.