La compañía de Écija A La Sombrita, formada por José Diego Ramírez y Luz Riego, actúa este fin de semana en La Puntual de Barcelona con su obra Un trocito de Luna, un clásico de los de Écija que siempre da gusto volver a ver.

Con una sala casi llena, a pesar de ser viernes y el primer día de su estancia en Barcelona, el público ha podido disfrutar de la calidad poética de esta adaptación de la obra ¿A qué sabe la luna? de Michael Grejniec. En ella José Diego muestra su faceta de sombrista de manos que se complementa en la segunda parte de la historia con siluetas recortadas en la línea de las clásicas sombras chinescas.

José Diego Ramírez, en ‘Un trocito de Luna’

La historia está pensada para hacer resaltar una encomiable moraleja: los deseos parecen, en efecto y a primera vista, inalcanzables, como la luna, pero consiguen hacerse realidad gracias a la colaboración. Una ayuda mutua de la que son partícipes los más variados animales. A medio camino entre la fábula y la leyenda, este relato nos habla de generosidad, solidaridad y sueños compartidos.

Pero como siempre ocurre con los espectáculos para familias, la gracia del montaje reside en cómo se explica la historia, con el manipulador-creador de las sombras, encarnado por José-Diego Ramírez, visible en el escenario a modo de cuentacuentos que se sirve de la luz, de las manos y de unas pequeñas siluetas. Con estos simples elementos, que se van sacando de una maleta, las imágenes del relato cobran vida para dar realidad a la fábula. Lo bueno del espectáculo es que los trucos no se ocultan, al revés, su visibilidad forma parte de la obra y a veces, según me cuenta el sombrista, acude a las escuelas con la maleta, que abre al entrar en una aula para representar en el acto la historia, de modo que los pequeños espectadores pueden ver, seguir y comprender el ‘cómo’ mientras viven y participan del ‘qué’, es decir, del contenido de la historia.

Foto compañía

El público de La Puntual, que conoce muy bien las diferentes técnicas de los teatros de títeres actuales, espectadores todos ellos, grandes y chicos, entendidos y exigentes, han salido encantados de la función.

José Diego Ramírez es un titiritero que se toma muy en serio su profesión. Desde hace años se ha embarcado en un proyecto de ir apuntando las claves de su oficio, mayormente el trabajo que realiza con las sombras, para poder luego enseñarlo a otros profesionales así como a los maestros. Considera que las sombras son un lenguaje ideal para ser aplicado en las escuelas y en las casas por las familias, por su sencillez técnica y porque permite el vuelo de la imaginación con elementos mínimos y fáciles de construir.

Es por ello que ha abierto en su página web un blog podcast donde va explicando el bagaje acumulado en sus años de experiencia, que son muchos. Pueden visitarlo clicando aquí. Vale la pena recorrer estas páginas y escuchar las palabras de alguien que ama su profesión y a la que ha dedicado su vida entera.

Muy recomendable para todos aquellos que quieren iniciarse o simplemente conocer el mágico mundo del teatro de sombras.