(Hippos. Foto de Jordi Rulló)

Asisto, atónita y con el entusiasmo de una niña viendo lo extraordinario, a una coreografía de hipopótamos que bien podría ser el relato de una vida. Y, en lugar de la esperada torpeza de un animal tan pesado, resultan elegantes y ligeros. Una aproximación de un humor muy agudo para hablar de la diferencia y de los prejuicios ante la imagen. Y me ataca un pensamiento que, de un tiempo a esta parte me acompaña con frecuencia: cómo de la manera más sencilla puede hablarse honestamente de cuestiones muy profundas.

Una madre le dice a su hija: “Vámonos hija que no se entiende nada de lo que hacen” y la niña responde: “Mama, ¿qué quieres entender? Son Hippos bailando”.

Foto de Jordi Rulló.

En esta misma respuesta coincidieron Ramón Molins (equipo de creación de Hippos y director de Zum-Zum teatre) y Quim Bigas (dirección y coreografía), al preguntarles por la reacción más curiosa que han tenido del público. Una unión que ha dado vida a unos hipopótamos que llevan recorridos muchos kilómetros a lo largo de este año. Estrenaron en la Fira de Tàrrega 2018, donde se alzaron con el premio Moritz al mejor estreno de artes de calle, tras una previa en el Proyecto & Gar y una presentación de proyecto en Sismògraf 2018, y desde entonces no han dejado de bailar. Reconozco que me emociona que la sencillez y la profundidad de un proyecto de estas características haya pasado ya por tantas miradas. 

Junto a ellos, un grupo de actores han insuflado vida a estos seres con un vestuario de hipopótamo que bajo determinadas temperaturas resulta una verdadera proeza vestir. Además de todo un equipo en el diseño de vestuario, producción etc. y el cuidado, comisariado y acompañamiento de Margarida Troquet, quien, desde el inicio del proyecto, hizo de motor y Cupido en una alianza que dio un fruto tan bello.

A Quim y Ramón, pero también a tres de los intérpretes (Albert, Jordi y María) les lanzamos una serie de preguntas a la espera de conocer HIPPOS desde distintos puntos de vista:

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE HIPPOS?

QUIM – El origen de Hippos, para mi, es un e-mail de Ramon Molins contándome que, junto a Margarida Troguet, han pensado que podría ser un buen perfil para realizar una pieza de calle que se llame “Hippos: all you need is dance”. En ese email me adjunta una primera descripción del trabajo. Yo no conocía a Ramón pero sí que conocía a Margarida.

Quim Bigas durante el montaje. Foto de Margarida Troguet.

RAMON – Tenía un recuerdo: los hipopótamos de la película “Fantasía” bailando “La danza de las horas”, luego vi un espectáculo en el New London Theatre de Londres donde salían unos elefantes muy gordos y ligeros a la vez. Las dos cosas se juntaron en mi cabeza y pensé: si puedo hacer unos hipopótamos igual de ligeros, ¡tengo una idea!

JORDI GILABERT – Hippos quiere ser una pieza que haga evidente lo que no lo es. Una propuesta que ilumine más allá de lo que vemos. Una idea que te permita no dar nunca nada por sentado. Un grito para decir que estamos vivos. 

¿QUÉ HAY DEBAJO DE LA PIEL DE UN HIPOPÓTAMO?

QUIM – Debajo de la piel de estos hipopótamos hay muchas cosas. Por un lado, están los intérpretes (Carla Tobías, María Mora, Albert García, Jordi Gilabert o Miquel Rodriguez). Por otro lado, están sus identidades y el proceso de definirse a si mismos más allá de la apariencia con la que se presentan. Luego, hay un motor que a veces se estropea, dos agujeros por donde mirar, unos tirantes que ayudan a sostenernos, algunas sorpresas y un mensaje.

RAMON – Una idea muy amplia, muy libre y muy generosa de lo que es el movimiento, la danza, un proceso creativo y en definitiva un espectáculo.

ALBERT – Un espacio vacío y una persona que lo llena con energía, alegría y buen humor, y también con sus preocupaciones por no atropellar a otro hippo o por saber donde se encuentra.

Ramon Molins y Quim Bigas. Foto de Margarida Troguet.

JORDI – Existe un ser que vibra, siente y se emociona. Algo que mueve el corazón, músculos y cerebro de una manera primitiva. Sin importar nada su forma, su peso o su belleza. Algo que conecta con el cosmos.

MARIA MORA ALCOLEA – Hay disfrute, concentración, imaginación, control y descontrol. Un corazón pequeño dando vida a un ser grande. 

¿CÓMO HA SIDO EL PROCESO DE INSUFLAR VIDA A ESTOS SERES Y A ESTE PROYECTO?

QUIM – Ha sido un proyecto fascinante en el que, mientras íbamos avanzando, reconocíamos lo que estábamos haciendo. Desde del punto de vista coreográfico para mi fue importante adentrarnos en las multiplicidades de lo que estábamos haciendo para huir de una línea narrativa y, también, para proponer una sensibilidad y una forma de observar a esos seres desde la extrañeza. También fue importante para mí, encontrar ciertos procedimientos que no romantizaran ni al hippo ni a la danza pero que permitieran seguir siendo una posibilidad y no algo que damos por supuesto. Uno de mis mayores retos es encontrar formas de representación que tengan sentido para mí con la esperanza de que otras personas también se sientan identificadas.

RAMÓN – Difícil porque gestionas un cuerpo interno y uno externo a la vez y con prestaciones y características muuuuy diferentes, emocionante porque el magnetismo de los Hippos arrastra y cautiva de una forma muy potente. También es un aprendizaje que se va a perpetuar durante toda la gira porque es un proceso que no acaba en el estreno, Tàrrega fue un punto de partida, los Hippos continúan aprendiendo.

ALBERTO – Fue un proceso de investigación de nuestro cuerpo y de cómo transformarlo en un hipopótamo ligero capaz de bailar, y todo ese trabajo se transformó en aprender a manipular “la piel” del hipopótamo, cómo jugar con ella y saber cómo reaccionaba con nuestro movimiento.

JORDI – Para mí ha sido precioso. Una búsqueda, un descubrimiento, una conexión con un equipo que quería ir más allá de la superficie. Un proyecto que quería entender, acercarse al animal, mostrarse vulnerable y esperar a ver lo qué sucedía a su alrededor. 

MARIA – Ha sido un proceso de exploración y pruebas, de entender la naturaleza del disfraz, para que dejara de serlo. Un proceso guiado y muy compartido

LA REACCIÓN MÁS CURIOSA (ACCIÓN O PALABRA) QUE RECUERDES DE ALGUIEN DEL PÚBLICO ANTE EL ESPECTÁCULO.

ALBERT – Hay de todo, niños revolucionados gritando “a por ellos”, un adolescente muy emocionado que nos dijo “que era la experiencia teatral mas impactante de su vida”, o adultos que discutían sobre quien había entendido mejor el mensaje del espectáculo.

JORDI – En Mallorca recuerdo las impresiones de un chico joven diciendo, muy emocionado, que era lo mejor que había visto en su vida. Que aquello que acababa de ver no era teatro, ¡era post-teatro!!

MARÍA – ¡Parece que saldrán volando! 
¡Mamá, se ha muerto! (Entre lloros)
Un niño que entra en escena i se queda quieto, mirando. 
Adulto: waaaaawwaaaw ¿cómo hacéis esto????

Foto de Jordi Rulló.

Para completar esta aproximación a Hippos, unas palabras de Margarida Troquet, que ha acompañado paso a paso el proyecto desde que comenzó a germinarse:

He aquí que Ramon Molins, director escénico y creador de la compañía Zum ZumTeatre, me cuenta que quiere arrancar un nuevo proyecto escénico del que detalla muchas características y sintetiza así: una pieza de calle de unos hipopótamos que bailen porque quiero hablar a través de la máscara (disfraz) de los juicios de valor, sobre las apariencias … ¡Patam! Me pide que me incorpore al proyecto y que haga un acompañamiento. Dice que no quiere dirigir él la pieza, y quiere desarrollar un proceso de creación que se desmarque de los hábitos de investigación, creación y producción de su compañía.

Planteamos un proceso de creación que llaman #RepteZum y que se alimenta de estos valores: riesgo, confianza, generosidad, el fracaso como proceso, flexibilidad, versatilidad y curiosidad.

¿Pero con quién lo haremos, quién lo dirigirá, quién construirá los disfraces, quién lo bailará …? La respuesta es muy sencilla, tenemos que encontrar las personas susceptibles de responder de forma excelente a los valores de nuestro #RepteZum, y el primer y único nombre que aparece sobre la mesa es Quim Bigas. Nos parece que un coreógrafo como Bigas puede enfrentarse con éxito al reto.

Y de forma paralela, empezamos a explicar el proyecto a los directores de festivales y equipamientos que nos gustaría tener como cómplices. Este es también un momento clave de todos los procesos artísticos: ¿quién nos escuchará, nos acompañará y nos dará su confianza? El sistema escénico del país cuenta con profesionales en la dirección de los teatros y festivales que entienden el compromiso y el acompañamiento como valores imprescindibles en su tarea profesional y comparten los mismos principios de nuestro #RepteZum. Así que Tena Busquets del Festival Sismògraf de Olot, Eulalia Ribera del Festival El Más Pequeño de Todos, Jordi Duran de Fira de Tàrrega, Pep Pla del Festival TNT, Pep Farrés de La Mostra de Igualada, Manel Rodríguez del Estruch de Sabadell , Angela Jaume del Festival fiets de las Islas Baleares, el Proyecto & Gar donde hicimos una previa (el primer pase con la pieza terminada), el Magical y el Teatre de l’Escorxador (casa) donde ensayamos y desarrollamos la pieza, todos ellos nos hicieron confianza y nos dieron apoyo para la realización de Hippos.

Quim Bigas en pleno trabajo. Foto de Margarida Troguet.

De alguna manera, intento que esta crónica se contamine del espítiru de #Reptezum y refleje un trabajo de equipo, hecho con afecto y honestidad y con el deseo de que todos los cuerpos tengan un lugar en la creación del mismo.

Por eso, sabiendo del equipo y el trabajo que hay detrás e, imbuida de este espíritu, mi sonrisa se hace aún más grande cuando, al final del espectáculo, despliegan unos textos que dicen así: Sobreviviré si me dejas ser.  Y pienso en la sabiduría de la niña que responde a su madre, ella todavía es capaz de ver bajo la piel de un hipopótamo.

Gracias hipopótamos, no dejéis de bailar

https://zumzumteatre.com/es/hippos-es/