Dos mesas, dos universos. La historia de una familia, la historia universal.
Y un siempre cálido contexto que, con un gran esfuerzo y mucha ilusión, ha retomado su actividad tras los inciertos tiempos COVID, la Fira de Titelles de Lleida (vean las crónicas de Toni Rumbau en Putxinel·li aquí).
Dos espectáculos que despliegan un relato a través de objetos que no viajan mucho más allá de los lindes de una mesa de tamaño cena familiar; dos narraciones sin embargo contadas desde lugares muy diferentes.
M.A.R, desde la emoción de las memorias construidas a partir de la casa familiar y sus objetos.
UNA HISTORIA UNIVERSAL desde la ironía y el deseo de convertir lo imposible en posible.
Dos espectáculos con sello personal, honestos y profundos en su manera de hacer y de comprometerse con el espectador, en su deseo de comunicar, que además salen de la 32ª La Fira de Titelles de Lleida con Premios sobre la mesa. El Premio DRAC D´OR a la mejor Dramaturgia y el Premio DRAC D´OR del Jurado Internacional para M.A.R. de Andrea Díaz Reboredo y Premio DRAC D´OR de las Autonomías, para UNA HISTORIA UNIVERSAL de David Espinosa.
Unos premios bien merecidos para unos espectáculos que te reconcilian con el trabajo escénico y te hacen pasar un buen rato, implicando la cabeza y las emociones. Proyectos que, basando su proceso en la investigación y la creación de lenguajes propios, consiguen llegar a un amplio abanico de público.
En el caso de M.A.R, abriendo un espacio de la memoria que tiene que ver con lo más cercano y biográfico, haciéndote partícipe de su historia familiar y transformando una mesa compartida con el espectador en un sinfín de rincones pertenecientes a su casa familiar y, por extensión, a la de todas las personas invitadas a escuchar su historia. Los pequeños detalles abren fisuras hermosas hacia lo importante y Andrea comparte incesantes detalles que van abriendo pequeñas ventanas de memoria. Una mesa-arquitectura reducida que se (re)construye ante nuestra mirada a lo largo de las décadas narradas de la historia de su familia. Un exterior e interior, casa y ciudad, escondite y espacio público, todo transformándose de continuo y en un instante con el simple movimiento de sus manos, su narración y los continuos juegos móviles de la mesa de articulación infinita que Andrea manipula. Además, acompañada del paisaje sonoro que Dani León va creando a lo largo del rato que pasamos en su compañía. Un espectáculo que, además de en contextos públicos de exhibición, ofrecen para espacios domésticos y privados, para llenar cada casa de otras memorias que abrirán recovecos de las nuestras.
En UNA HISTORIA UNIVERSAL, a través de un metódico y dinámico trabajo coreográfico y de objetos que ágilmente Jordi Casanovas coloca y retira de la mesa, con un movimiento continuo que provoca una incesante asociación de ideas ante la visión y la relación de los distintos objetos que participan en esta composición y que van mutando significado en su superposición y relación con los otros, junto al propio cuerpo del actor-bailarín. Un trabajo coreográfico y de dramaturgia visual para público activo, delicioso de acompañar un relato por asociación visual y sonora, donde como espectador vas encontrándote y, en muchos casos, construyendo, referencias en relación con la Historia Universal. Una pieza llena de ironía y de complicidad con el público que se vuelve partícipe de este juego de construcción narrativa a través de toda una amalgama de objetos decorativos, juguetes y demás enseres que representan distintas figuras de la Historia. Una vez más, David consigue, con un humor extraordinario, empequeñecer lo inabarcable, eso sí en modo “háztelo tú mismo”, para, precisamente, en la reducción de escala convertirnos en observadores de nuestra propia insignificancia y a la vez, ponernos en valor como público, invitándonos a colocar la última pieza de la narrativa en nuestra propia lectura asociativa de lo que vemos.
En boca de sus creadores…
Origen del proyecto:
Andrea D. Reboredo: M.A.R surge de una necesidad muy antigua por dar voz a la casa de mi infancia. Una pulsión que me llevó a recorrer desde pequeña sus rincones, preguntándome qué secretos ocultaban; cómo serían mis abuelos, cómo la vida que llenó de ruido sus habitaciones, las personas que fueron parte de su historia, y de la mía propia.
David Espinosa: la pieza surge de la investigación iniciada en 2012 con la idea de substituir el cuerpo real por cuerpos a escala (figuras de modelismo, juguetes, objetos de decoración…) dentro del lenguaje coreográfico, donde la narrativa surge de la relación entre los distintos elementos y no tanto de un tema o contenido a desarrollar. Después de varias piezas e instalaciones, pretendía hacer algo que contuviera los diversos aspectos formales que había descubierto en ese recorrido (manipulación de objetos, sombras, acciones coreográficas…) y paralelamente una narrativa más concreta, más legible, pero sin utilizar la palabra. Continuando mi cuestionamiento de las obras megalómanas, me pareció que abordar la historia universal, (acababa de leer Sapiens de Yuval Harari) era algo coherente y divertido. El reto estaba en conseguir esa manera tan sencilla e irónica de conectar el pasado con el presente y el futuro inmediato, a través de la imagen y el sonido, evitando el texto.
Un recuerdo curioso del proceso:
Andrea D. Reboredo: el acopio de materiales objetuales fue acompañado de largas conversaciones con las personas que vivieron o viven aún en la casa. Escuchándolas, entendí cómo la memoria está intrínsecamente ligada «al imaginar», ya que muchos de sus recuerdos no solo no coincidían, sino que a veces, eran versiones totalmente contradictorias de lo sucedido en el pasado. Este hallazgo me acompaña y tranquiliza en mi investigación. Pues la memoria está viva, y el acto de recordar no puede entenderse sin la ilusión de lo que, en verdad, necesitamos creer que sucedió. Es decir, sin el acto de imaginar, fundamental para generar constelaciones de futuro.
David Espinosa: el momento en que decido invitar a mi amigo Jordi Casanovas para enseñarle lo que estaba haciendo, con la pretensión de que lo aprendiera y yo pudiera verlo desde el exterior, ya que tenía muchas dudas y no me gusta grabarme para resolverlas. Desde el principio fue evidente que teníamos que seguir trabajando así.
Algo que quedó fuera durante el proceso:
Andrea D. Reboredo: muchas cosas y nada al mismo tiempo, pues todo dejó una huella invisible y frágil sobre la obra final. Por supuesto, muchísimos objetos y relatos concretos que eran, en sí mismos, puertas abiertas a otras muchas historias. En verdad, M.A.R, podría durar eternamente y convertirse, con cada representación, en una prolongación del mismo relato. Pero el tiempo hizo que, el material que está, fuera el definitivo para dar cuenta del todo (de su esencia).
David Espinosa: no conseguí meter una anécdota del libro que me encantaba: los astronautas del Apolo 11, se entrenaron en un remoto desierto de aspecto lunar del oeste de Estados Unidos. Un día se les acercó un anciano indio y les preguntó qué estaban haciendo allí. Cuando le contaron la historia de lo que pretendían llevar a cabo, el indio les pidió que si podían hacerle un favor. La gente de su tribu creía que en la Luna vivían sus espíritus sagrados y ya que ellos iban a visitarla pronto, se preguntaba si podían llevar un mensaje de su parte. Asintieron los astronautas con perplejidad y entonces les largó algo en lenguaje tribal. Al preguntarle que significaba aquello, les dijo que no podía decírselo porque solo la tribu y los espíritus de la Luna lo podían conocer. Pidió que lo repitieran una y otra vez hasta que lo memorizaron. De vuelta a Cabo Cañaveral hallaron a un nativo de la tribu, y le recitaron a coro lo que les había obligado a memorizar el viejo. Al tipo le dio un ataque de risa. Tras calmarse, los astronautas le preguntaron qué quería decir. El hombre les explicó que la frase que habían aprendido de memoria con tanto cuidado, decía: «No os creáis ni una palabra de lo que esta gente os diga. Han venido para robaros vuestras tierras”. Aunque creo que el final apunta un poco hacia ello.
Un lugar donde te encantaría presentarlo:
Andrea D. Reboredo: me gustaría volver a presentarlo en la casa real que dio lugar a la obra, la cual se ubica en La Coruña. En la buhardilla donde empezamos a buscar objetos entre cajas. Y que, además de las inquilinas del edificio, otras personas pudieran ver M.A.R en su contexto real (lo haremos). Pero también me ilusiona continuar con la parte más personal de este trabajo en la cual actuamos «de casa en casa y de pueblo en pueblo». Con especial interés en aquellos lugares donde están apostando por lo rural y la repoblación, y en donde M.A.R siempre encuentra un cobijo especial e importante.
David Espinosa: pues sería increíble presentarlo en los cinco continentes, hasta ahora hemos actuado en Asia y Europa, y me encantaría ver como se interpreta dependiendo del contexto cultural, ya que por mucho que lo hemos tenido presente, somos conscientes de que no deja de ser una visión eurocentrista.
De qué va / de qué creen q va:
Andrea D. Reboredo: del tiempo.
David Espinosa: supongo que primordialmente la obra va de cómo la relación entre el objeto/cuerpo, el espacio, el tiempo y el espectador, generan significados. De cómo podemos generar teatralidad de forma precaria, con lo que tenemos en casa. / Imagino que para algunos es la versión friqui y cutre de las clases de historia en la E.G.B., hecha por un tipo con síndrome de Diógenes.
En la hipótesis de una continuación. Cuál sería el primer momento / primera imagen:
Andrea D. Reboredo: la primera imagen sería la última. M.A.R acaba conmigo sobre la mesa. De pronto el cuerpo de la manipuladora aparece encima de la mesa de manipulación. Mi investigación actual se dirige en esa dirección; continuar explorando la manipulación objetual, junto al cuerpo (más allá de las manos) y lo coreográfico.
David Espinosa: tendría que hablar con Yuval, que ya lleva dos remakes de su propio best-seller, para regocijo de su editorial… Pero empezar con los dos monaguillos aterrizando en el planeta de E.T., suena interesante.
Qué personaje eres dentro de la historia:
Andrea D. Reboredo: yo misma en constante cambio.
David Espinosa: el dios supremo, por supuesto. Pero yo el octavo día ya estaría cambiando todo de sitio, enseguida necesito novedades, jugar a otra cosa. Ahora con Jordi hemos hecho otro trabajo “Calle Sombra”, en el que salimos de la idea de escala, volviendo al cuerpo real y al escenario al uso, para a través de un lenguaje parecido abordar la idea de muerte, de final del camino. Es una obra más poética, más absurda, que imaginábamos más dura y críptica que la historia y sin embargo el público parece que piensa lo contrario: ¡la recomiendan ver con niños!
Dos creadores con un trabajo de investigación de largo recorrido que va poniéndose en práctica y creciendo a lo largo de los proyectos que presentan, dando lugar a un lenguaje donde se les conoce y reconoce. Y con nuevos proyectos ya en gira.
A M.A.R le sucede SILENCIO, estrenada recientemente en Centro Conde Duque de Madrid, donde se combina manipulación de objetos y lenguaje de signos.
A UNA HISTORIA UNIVERSAL le sucede CALLE SOMBRA, también de estreno reciente, en la Sala Hiroshima de Barcelona. “No un espectáculo de sombras, sino la sombra de un espectáculo”.
Agradecida a ambos por sus palabras y deseosa de volver a asomarme a sus universos a través de estos nuevos proyectos que acaban de presentar. ¡Y enhorabuena por esos Premios!
M.A.R
Autora e intérprete: Andrea Díaz Reboredo
Mirada externa: Xavier Bobés Solá
Construcción objetual: Andrea&Pablo Reboredo(s)
Musica original: Dani Leon
Distribuición: Ikebanah Artes Escénicas
http://andreadiazreboredo.com/
UNA HISTORIA UNIVERSAL
Idea y dirección: David Espinosa
Colaboración: Jordi Casanovas, Africa Navarro
Intérprete: Jordi Casanovas / David Espinosa
Producción: El Local Espacio de Creación / Festival TNT
https://davidespinosa.org/