La compañía Minimons llega al Tantarantana y transforma el espacio para crear un recorrido visual único y lleno de emociones para toda la familia.  

Sorprende desde el inicio, pues no entramos a la sala como habitualmente lo hacemos, nos vamos por otros caminos y allí empieza la invitación a jugar. Esta entrada diferente nos cambia la visión del teatro convencional y los niños inmediatamente conectan con el juego propuesto.

Curiosos, los niños, van siguiendo la historia de dos gusanos, hermanos  gemelos, que buscan la forma de aprender a volar. Enmarcado dentro de una casa, no hay un solo espacio escénico, nos encontramos dentro de la narración de un cuento y a medida que avanzamos en la historia, habitamos diferentes espacios recreados para acompañar a nuestros protagonistas en su aventura.

El cuento original de Yolanda Navarro les sirve a la compañía para diseñar pequeños mundos habitables y crear sencillas situaciones que se viven en primera persona. Esta vez no es el titiritero quién mueve los objetos, sino los propios espectadores quienes siguiendo las pistas de un libro, busca y anima con su imaginación, los materiales puestos en escena.  El cuerpo interviene en la acción planteada avivando nuestros sentidos y haciéndonos partícipes de la historia.

Las instalaciones visuales diseñadas y realizas por la compañía nos brindan la oportunidad de variar nuestros puntos de vista sobre los lugares que aparecen en la historia: un pequeño jardín que observamos desde diminutas ventanas, que nos recuerdan la técnica del Lambe-Lambe. Desde el teatro de sombras llegamos a una mesa de luz en la que seguimos el trabajoso camino de unas hormigas. Un jardín sobre el que podemos volar.

El ritmo del espectáculo es vivencial y merece tomarse el tiempo para observar los detalles de cada instalación visual y experimentar el espacio escénico. La iluminación es mágica y ayuda a recrearambientes lúdicos y oníricos.

El diseño de los personajes es de la titiritera Caruca Ballesteros y encaja perfectamente con la estética escenográfica, nutrida de símbolos y sorpresas. Esta propuesta dirigida por Pancho García y Marta Joan, es una invitación a jugar en familia, a activar la imaginación, a creer en los sueños.

Un cuento de estar por casa es una propuesta que recoge diferentes técnicas cercanas al del teatro visual y los títeres para brindarnos una experiencia sensorial para todas las edades, de la que salimos, como sus protagonistas, transformados y con ganas de seguir jugando.  

Para quienes ya la han vivido y queréis repetir y para quienes aún no la habéis experimentado, la compañía Minimons os estará esperando el próximo sábado 7 y el domingo 8 de diciembre en el Teatro Tantarantana.