Como decíamos en la I Parte (ver aquí) de esta serie de artículos dedicados a la operación All Strings Attached en Granada, nos encontramos ante una iniciativa de enorme complejidad que propone varios tipos de eventos e intervenciones, cofinanciada por  la Unión Europea dentro de su programa Europa Creativa, y en la que participan los siguientes socios: el Ayuntamiento de Cividale del Friuli (Italia), el Teatro de Títeres de Liubliana (Eslovenia), la Academia de Artes de Osijek (Croacia) y la compañía de Granada Títeres Etcétera, por España.

En esta II Parte vamos a hablar de la exposición ‘Atando cabos. Pioneros del arte de los títeres europeos tras la escena’ que se puede ver en el Centro García Lorca de Granada, del encuentro sobre Títeres y Poder en Valderrubio, y de la conferencia y exposición presentadas por Pablo Medina sobre la estancia y las influencias titiriteras de Federico García Lorca en Argentina.

Exposición ‘Pioneros del arte de los títeres europeos tras la escena: Milan Klemencic (1875-1957), Vittorio Podrecca (1883-1959) y Hermenegildo Lanz (1893-1949)’

No todos los días se ofrece la preciosa ocasión de ver juntas las obras de célebres y determinantes maestros de la marioneta, ‘pioneros’, como los llaman los organizadores del evento, de los teatros de títeres de vanguardia del siglo XX.  Tres maestros desconocidos para el gran público aunque no por los que conocen los entresijos de la historia del teatro y de la cultura europea.

Cabezas de Marionetas de Milan Klemenčič

Con sus pequeñitas marionetas, Milan Klemenčič sentó las bases para el desarrollo de los títeres en su país. En 1920 creó la primera compañía semi-profesional y fue un gran innovador en temas de iluminación y de diseño escénico. Como él mismo expresó, “su principal trabajo como pintor fueron los títeres, y los espectáculos se convirtieron en sus exposiciones.” Su obra marcó un antes y un después en la historia de los títeres en esta nación centro europea.

Vittorio Podrecca es un nombre fundamental para entender el interés que existió por las marionetas en amplias capas de público y de intelectuales de medio mundo. Director de una importante compañía de marionetas de hilo, que partía del profundo conocimiento que existía en Italia sobre las artes del hilo, el Teatro dei Piccoli de Podrecca fue una especie de huracán teatral que sobrevoló los escenarios de toda Europa, de los Estados Unidos, de gran parte de los países sudamericanos, que se instaló en Argentina durante más de diez años, y que viajó por Oriente Medio, la India, China, Japón, Australia, Rusia… Sus obras se adaptaban a las realidades culturales de cada lugar que visitaban y producían un impacto tremendo, difícil hoy de imaginar, saturados como estamos por las televisiones y las culturas visuales del mundo. En España, sin ir más lejos, su influencia fue decisiva en las imaginaciones de autores tan importantes como Valle-Inclán o Lorca.

Maleta de Atrezzo de la compañía de Vittorio Podrecca

Hermenegildo Lanz es un personaje clave para entender el desarrollo de proyectos nacidos en un reducido grupo de amigos de Granada y que transcenderían y se desarrollarían mucho más allá de lo local, con proyecciones de gran calado artístico e internacional. Participó en las obras de títeres de García Lorca, para las que se encargó de la construcción de los títeres y de los decorados, en varios proyectos musicales con Manuel de Falla, siendo el más importante la ópera ‘El Retablo de Maese Pedro’, e inspiró el desarrollo de iniciativas posteriores como es el Teatro de la Barraca en la época republicana.

Figuras de papel de Hermenegilgo Lanz

La exposición reivindica el relieve de estas tres figuras que no se conocieron pero que coincidieron en el tiempo y en el espacio de una Europa que buscaba sus caminos teatrales en medio de las convulsiones bélicas por un lado, y tecnológicas del otro lado, inmersos en una época tan inquieta que consumía todo lo que tocaba.

El inicio de la exposición, con unas líneas cronológicas de los tres personajes, no deja de ser una visión de la dramática historia de Europa, vista a través de las vidas de estos tres personajes, que tres líneas cronológicas definen. Impresiona ver los cambios constantes del contexto social y político con el que tuvieron que lidiar, cabalgando una época de constantes saltos y cortes abruptos. Los títeres fueron siempre una apuesta por la cultura, la toleración y la abertura a lo ajeno, en un mundo desgarrado por los enfrentamientos y los socavones históricos.

Las cajas de viaje.

Quizás la parte más entrañable de la exposición sea la que contiene tres grandes cajas que se abren como imponentes expositores donde se concentra una síntesis de cada uno de los tres personajes de la exposición. Inmensos baúles plegables que nos hablan del tiempo, de los viajes, de los altibajos de la vida, de los traslados y de las distancias. Y en medio, la creatividad de tres artistas que lejos de someterse a la barbarie, pugnan por abrir al mundo ventanas de arte, poesía y teatro creativo.

Caja correspondiente a Vittorio Podrecca

La tercera y cuarta sala están dedicadas a la obra de Hermenegildo Lanz, como corresponde a esta fase del proyecto centrada en Granada. Es hermoso ver el buen arte de Lanz, como supo anticiparse a tantas cosas que años más tarde aparecerían como grandes innovaciones, como es el teatro plano de papel, que supo combinar con las tres dimensiones de los títeres y los actores, así como este estilo en el dibujo y la pintura lleno de simbolismo y de musicalidad, que tanto recuerda la obra pictórica de García Lorca, lo que nos sugiere la gran influencia que tuvo Lanz sobre el poeta granadino.

La exposición presenta una gran cantidad de material hasta ahora inédito como son los bocetos y dibujos de muchos de los proyectos del artista, así como sus obras de diseño gráfico y decorativo en Granada.

Yanisbel V.Martínez en la visita guiada de la exposición

La visita guiada a cargo de Yanisbel V.Martínez y Enrique Lanz fue una ocasión magnífica de conocer los detalles de la vida y la obra del artista granadino, con una tal profusión de datos que indicaba lo acertado de la exposición, al permitir ampliar el conocimiento que se tiene de esta parte hasta ahora oscura de la historia de los títeres en España.

Las marionetas de Podrecca.

La última sala de la exposición está dedicada a las marionetas de Vittorio Podrecca. Una verdadera joya y una ocasión única de ver piezas originales de la mítica compañía junto a un puente desde donde poder manipularlas. Se debe esta oportunidad a la presencia de la compañía Cassiopea Teatro, de Italia, con su espectáculo Una invención maravillosa, un intento de devolver a la vida los espectáculos y algunos de los números clásicos del Teatro dei Piccoli. El trabajo de esta compañía en relación a Podrecca terminará, por lo visto, en breve, lo que acentúa el carácter excepcional de su presencia en Granada. Y aunque el puente sólo fuera una reproducción hecha a semejanza de los utilizados por Podrecca, los asistentes pudimos hacernos una idea de las dimensiones de su teatro y de las exigencias de manipulación de las marionetas.

Barbara della Polla manipula desde el puente de las marionetas de Vittorio Podrecca

Barbara della Polla y Ennio Guerrato, directores ambos de la compañía Cassiopea, explicaron a los presentes los entresijos del teatro y sus requerimientos de manipulación.

Marionetas de Vittorio Podrecca

Vean aquí algunas imágenes tomadas en el Centro García Lorca.

Marionetas de Vittorio Podrecca
Marionetas de Vittorio Podrecca

Títeres y Poder

Muy interesante fue la mesa redonda celebrada en la Casa de Federico García Lorca en Valderrubio, que reunió a tres historiadores y a un titiritero: Alfonso Cipolla, Adolfo Ayuso, Yanisbel V.Martínez y Alfonso Lázaro. Moderó el debate Raphaèle Fleury, directora del departamento de investigación y documentación del Institut International de la Marionnette de Charleville-Mézières. Fleury fue la responsable de organizar en 2014 un importante encuentro sobre la misma temática de Títeres y Poder  con el título ‘Censura, Propaganda y Resistencia’, en relación a los títeres.

Alfonso Cipolla, director del Museo di Gianduja, de Turín, historiador y crítico teatral, es un gran conocedor de la historia de los títeres en Italia. Una materia muy complicada, dada la complejidad extrema de la realidad italiana. Autor de varios libros y encargado junto con Giovanni Moretti de buscar y conservar todo lo sabido, habido y por haber  del personaje de Gianduja, la máscara piamontesa, la obsesión de Cipolla es desmontar las simplicidades que suelen imponerse a la hora de situar en la historia a Pulcinella y a las demás máscaras. En efecto, lejos de responder a un único patrón, como a veces parece querer darse a entender, la realidad tanto de Pulcinella como de los centenares de otros personajes es complejísima, con profusión de copiones (los libretos o guiones de las obras representadas) y una riqueza de autorías y temáticas extraordinaria. Como indica Ciopolla, ‘los titiriteros actuaban cada día y era imposible vivir del teatro actuando siempre con una única obra’.

L'Alrlecchino

Explicó Cipolla cómo los teatros de títeres, frecuentísimos y con una gran presencia en la mayoría de ciudades (en Milán, por ejemplo, de los cuatro teatros existentes en el siglo XIX, uno era de títeres y otro de marionetas, estando los otros dos dedicados uno a la comedia y el otro al género lírico), eran cajas de resonancia de la actualidad europea y mundial, pues cumplían con el papel que más tarde ejercerían los periódicos. En cuanto a los contenidos, se supone que la sátira y una visión cómica y caricaturesca de la actualidad serían lugares comunes en estos teatros. Así lo explican los títulos de las numerosas revistas satíricas que nacieron a mediados del siglo XIX, todos ellos con nombres de los personajes propios de cada ciudad. Algo común no sólo en Italia sino también en Francia, Inglaterra y otros lugares de Europa. Como dijo Cipolla, es enormemente sintomático y revelador que las primeras revistas satíricas surgidas en el ochocientos europeo lleven muchas de ellas títulos con nombres de personajes populares de los teatros de títeres, como L’Arlecchino, Brighella, Punch, Guiñol, Polichinela…

Adolfo Ayuso nos habló de los títeres en España durante la República  y el Franquismo, explicando cómo se pasó de la riqueza y el interés que existió en la época republicana, cuando muchos intelectuales de renombre acudieron a los títeres con la finalidad de culturalizar a las poblaciones, a la miseria de la posguerra. Proyectos como La Tarumba, las Misiones Pedagógicas o la misma Barraca establecieron unas formas que quedaron abolidas con la victoria de Franco. Sin embargo, es paradójico que en los primeros años del Franquismo, se quisiera retomar esta experiencia, institucionalizándola férreamente a través del Frente de Juventudes y con finalidades doctrinarias.

La Tarumba en el periódico Ahora, 1937

Lo que antes buscaba educar y llevar la cultura al pueblo, ahora perseguía el puro y simple adoctrinamiento falangista. Ayuso ha estudiado con profundidad este período revelando cómo se organizó y se extendió por todo el país de un modo sistemático esta práctica titiritera que tenía al Flecha Juanín como uno de sus protagonistas más queridos. Un capítulo muy interesante de la historia que duró apenas unos lustros, decayendo pronto el entusiasmo y el interés por el tema. La destrucción sistemática que hubo de documentación al llegar la Democracia en España explica el vacío que exista sobre esta época y estas prácticas.

Rubén Darío era la persona invitada para hablar sobre el tema de los títeres y el poder en Cuba, pero problemas de última hora de corte técnico-burocrático impidieron su presencia. La también cubana Yanisbel V.Martínez fue la encargada de substituirle y explicar una parte de la historia de los títeres en Cuba de un gran dramatismo, cuando se vivió una persecución generalizada de la homosexualidad en la isla y muy especialmente en el mundo de las artes y del teatro. Una época poco conocida tanto en Cuba como fuera de ella, silenciada por la historia oficial.

Los hermanos Camejo, años 50

Las víctimas de esta represión fueron muchas, y entre ella los Hermanos Carmejo Carril, creadores del Teatro Guiñol de Cuba, una iniciativa de gran importancia que vio cortadas sus alas por este episodio de censura y represión. Un período que por suerte pasó, pero tuvieron que ser los propios titiriteros quiénes indagaran en el pasado para sacar a luz esas vidas rotas por la Historia. El libro publicado por Rubén Darío Salazar y Norge Espinosa Mito, Verdad y Leyenda del Guiñol de los Hermanos Carmejo Carril fue el resultado de este empeño indagador. Vean aquí el artículo publicado por Rubén Darío Salazar en ocasión de la muerte de Carucha Camejo en 2012.

Alfonso Lázaro, uno de los dos titiriteros del grupo Títeres desde Abajo, quién, junto con Raúl García, fueron presos por actuar con un espectáculo de cachiporra durante el Carnaval de Madrid (ver aquí), explicó las generalidades del caso a los asistentes al coloquio. Supo distanciarse Lázaro de los dramáticos acontecimientos, ofreciendo una versión técnica y desapasionada de los mismos, concisa y bien fundamentada, lo que permitió una franca discusión sobre los hechos. Un ejemplo de cómo la época presente vive una exacerbación de las posturas enfrentadas, lo que propicia esta hipersensibilidad de los públicos, afectados por las distintas presiones ideológicas con las que determinadas instancias interesadas gustan jugar. Un regreso de la censura que a su vez propicia la autocensura y que, en todo caso, obliga a elaborar discursos de sofisticada ambigüedad, tal como siempre se ha hecho en tiempos totalitarios.

Concentración en la Plaza San Jaime, el 10 de febrero de 2016. Foto de Carmen Indignada.

Pablo Medina: Lorca en Argentina

Por la tarde del mismo día 12 de mayo, le tocó el turno a ese gran hombre de la cultura y de los libros que es Pablo Medina, director del Centro Cultural La Nube, de Buenos Aires, donde tantos titiriteros han pasado y actuado.

Especialista en la obra y la vida de Javier Villafañe (además de haber publicado su biografía, se encuentra en estos momentos editando su obra entera, que va apareciendo volumen tras volumen a la luz pública), lo es también sobre Federico García Lorca y muy especialmente sobre la memorable función de títeres con la que el poeta granadino quiso despedirse del público y de los amigos argentinos, a modo de regalo sorpresa de última hora.

García Lorca con Antonio Cunill Cabanellas, en el Teatro Avenida, en 1934

Fue precioso revivir bajo las palabras apasionadas y lúcidas del Maestro Medina aquella noche mágica del 25 de marzo de 1934,  en el Teatro Avenida de Buenos Aires, en la que el mismo Lorca hizo de presentador y manipuló algunos de los títeres. Como dice Pablo Medina en su artículo sobre este tema publicado en Titeresante (ver aquí), ‘Federico, conocedor y gran amante de este arte, pidió la colaboración del conocido pintor Ernesto Arancibia y el escenógrafo y acuarelista Jorge Larco, quienes se sumaron de inmediato al proyecto’.

García Lorca con los amigos que participaron en su representación titiritera

Una función providencial y de largas consecuencias, pues fue el inicio de una nueva corriente de títeres de guante en Argentina, inicialmente protagonizada por el entonces joven Villafañe, y otros tantos titiriteros que surgieron bajo la inspiración de aquella noche, como los Fantoches de Maese Perico a cargo del pintor Ernesto Arancibia.

Los Fantoches de Maese Perico con Ernesto Arancibia

Pablo Miranda trajo consigo una colección de fotografías sacadas de los periódicos de la época que fueron expuestas en una de las paredes de la entrada de la exposición de All Strings Attached. En ella pudimos ver imágenes fascinantes que nos llegaban de un pasado glorioso que la historia ha mitificado alrededor de una simple función de títeres.

Javier Villafañe con su joven ayudante Ariel Bufano