(El gigantón Barriga Verde, por las calles de Rianxo. Foto de Manuel Silva)

Se inició este lunes 24 de julio de 2023 el Festival de Títeres Tradicionales Titiriberia, que se celebra en Rianxo, y que tiene el atractivo subtítulo ‘Olhares sobre os cristovos’, nombre con el que en Galicia se llama también a los títeres de cachiporra.

Como ya indicamos en el anterior artículo donde anunciábamos su programación (ver aquí), Titiriberia está organizado por la asociación Morreu o demo, nombre que procede de la mitad de la frase Morreu o demo, acabouse a peseta (Murió el demonio, se acabó la peseta, pues así acababa el espectáculo de Barriga Verde cuando estaba en manos de la familia Silvent, cuya entrada valía una peseta). Con una dirección colegiada compuesta por Comba Campoi, Germán Hermida, Anxo García de Viravolta Títeres, Borja Insua de Títeres Alakrán, y la titiritera Larraitz Urruzola, mano ejecutiva del engranaje logístico del proyecto, el festival se desarrolla este año del 24 al 30 de julio. Cliquen aquí para ver todo lo referente a Barriga Verde publicado en Titeresante.

Comitiva inaugural antes de salir en busca del gigantón Barriga Verde. Foto de Manuel Silva

Hablaremos en esta primera crónica del acto inaugural del Titiriberia, que consistió en un pasacalle conducido con mucha autoridad titiritera por Anxo García, de Viravolta Títeres, junto con el grupo musical folclórico Vai de Roda, de Rianxo. Salió la comitiva del Auditorio que se encuentra pegado a los primeros muelles del puerto de pescadores, para subir luego hacia la parte alta del pueblo donde les esperaba el gigantón Barriga Verde, creado por Borja Insua, de la compañía Títeres Alakrán. También se hablará de la representación que hizo Eudald Ferré en la playa de Tanxil, con la obra Un solo de guante.

Para ver todas las crónicas dedicadas a Titiriberia 2023, cliquen aquí.

Bendición callejera al gigantón Barriga Verde

Dirigió la comitiva el susodicho Anxo García vestido de gala con sombrero de copa, mientras a su lado tocaban sus instrumentos la banda musical de Vai de Rodas, cuyos componentes llevaban los hermosos trajes folclóricos tradicionales de rigor. Una vez más se demostró con hechos la buena fama que tienen los músicos de las formaciones populares de Galicia, gracias a la existencia de tantas bandas musicales en toda su geografía, lo que exige que haya igual abundancia de escuelas dedicadas a la música. Una realidad solo comparable en España a la de Valencia, siendo ambas Comunidades por este motivo zonas increíblemente fecundas en despertar vocaciones musicales.

Subiendo por las calles de Rianxo. Foto de Manuel Silva

Músicos, titiriteros y espectadores sumados a la comitiva, siempre capitaneados por Anxo García en su calidad de maestro de ceremonias, subimos a la zona llamada de Martela de Rianxo. Y, una vez llegados allí, siempre mecidos por los rítmicos sones de tambores, platillos, saxofones, flautas y clarinetes, más algunos instrumentos populares de percusión que llevaban las mujeres de Vai de Roda, vimos en toda su esbelta altura, al personaje de Barriga Verde, convertido en gigantón, el cual nos tenía reservada una sorpresa.

Foto de Manuel Silva

Fue el momento de los discursos, a cargo primero del director de la comitiva, Anxo García, quien, con voz estentórea y ademanes de oficiosa teatralidad, acogió en nombre del Titiriberia y de los presentes al nuevo ser nacido para alegrar las calles de Rianxo y de las demás ciudades de Galicia, bautizado con el nombre de Barriga Verde, en homenaje al personaje de los títeres populares gallegos creado en su día por la familia Silvent y que Viravolta y los allegados de la asociación Morreu o demo recuperaron con inteligente visión estratégica.

Anxo García con una carraca. Foto de Manuel Silva

Fue entonces cuando Borja Insua, que se hallaba escondido dentro del ser que había creado con sus manos, dio la vuelta al gigantón y vimos todos como en su espalda aparecía ni más ni menos que un teatrillo de títeres, a modo de gigantesco bolsillo adosado a su cuerpo. Salió de él un títere presentador, que nos encandiló con otro discurso inaugural, pero con todavía más burla y retranca, como es propio de los títeres, que tanto gustan de parodiar a las autoridades. Hasta que por fin salió Barriga Verde, muy feliz de verse desdoblado en un títere tan elegante y gigantesco, consciente de que su nacimiento le reportaría más ocasiones de salir a escena para hacer sus travesuras.

Barriga Verde desdoblado en sus muñecos, en la Plaza Castelao. Foto T.R.

Algo que no tardó en perpetrar el héroe polichinesco gallego, con una sucesión de escenas llenas de humor disparatado y unos cuantos atrevimientos, para deleite de los presentes, que rieron y aplaudieron sus gracias. Y entre burla y burla, no faltaron los bailes con su amiga Rosita, de mirada alucinada, que la orquestina musical de Vai de Roda acompañó con elegante donaire y alegre ritmo.

Borja Insua con sus criaturas. Foto T.R.

La intervención de Barriga Verde en su versión gigantona se reprodujo al día siguiente en la Plaza Castelao de Rianxo. Allí pudimos ver al gran muñeco moverse con más libertad de movimientos, transitando de un lugar a otro de la gran plaza, parando cuando se le antojaba para sacar los títeres de su teatrillo adosado y entretener al respetable, acompañado en este caso por la parte femenina de Vai de Roda, que cumplió con su cometido musical con aún mayor gallardía, si cabe.

Desfilando por la Plaza Castelao. Foto T.R.

El público respondió masivamente pero en orden, en una plaza llena de gente teniendo en cuenta que era el día de Santiago, y que en la terraza superior de la plaza se había organizado un comedor popular para comer mejillones y las afamadas sardinas de Rianxo, más conocidas con el nombre de xouba.

Platos de ‘xouba’ a punto de ser servidos. Foto T.R.

Podemos decir pues que el estreno de este nuevo Barriga Verde, de dimensiones descomunales aunque transportables, fue todo un éxito, confirmando el buen momento en que se encuentra el titiritero Borja Insua, de Títeres Alakrán, que con sus intervenciones desde su escondite dentro de la barriga de Barriga Verde, hizo las delicias del público, riéndose de las personas de orden y machacando sin ensañamiento pero con contundencia cachiporrera a los que se oponían a sus deseos y voluntades.

El Titiritero, el Doble y la Sombra, de Toni Rumbau

Quien firma estas líneas actuó el mismo lunes 24 en el Auditorio de Rianxo con la conferencia-espectáculo El Titiritero, el Doble y la Sombra.

Toni Rumbau. Foto de Manuel Silva

No voy a hablar de la actuación, por obvias razones de decoro deontológico, solo indicar la considerable asistencia de público que ocupó casi toda la platea y la buena recepción de la obra, con muchos titiriteros en la sala, con los que departimos en el escenario al acabar la conferencia, junto a Eudald Ferré y Pepus Serrat, que me acompañan en esta aventura.

Una escena de El Titiritero, el Doble y la Sombra. Foto de Manuel Silva

Un solo de guante, de Eudald Ferré

Fue una gozada poder ver al día siguiente una actuación del solo de guante que suele hacer Eudald Ferré, ducho titiritero de Valls y uno de los mayores virtuosos del guante, en la especialidad del llamado ‘títere catalán’, que tenemos en nuestro país. Actuó en la Playa de Tanxil, bajo las acogedoras sombras de los árboles, frente a un público entregado compuesto de titiriteros, niños y adultos, muchos de ellos en traje de baño.

Eudald Ferré en plena actuación. Foto de Manuel Silva

Ha reunido Eudald para este cometido las mejores rutinas de su obra Las Maravillas de Oriente, que sitúa en un contexto diferente y según una combinación dramatúrgica ideal para divertirse actuando y divertir así al público.

Foto de Manuel Silva

Su gran logro es dejar casi al desnudo el puro juego titiritero que pueden conseguir dos únicas manos, cuando están manejadas por alguien que sabe cómo controlar los tiempos al milímetro, con ritmos exactos y un perfecto control de los movimientos.

Público en la playa de Tanxil. Foto de Manuel Silva

Aquí están todas las combinaciones posibles de los juegos de escondite entre títeres, de persecuciones de los personajes, de entradas y salidas del titiritero siempre insertadas en las secuencias de la acción. Acoge el de Valls una buena parte de las rutinas clásicas de los títeres de guante europeos, principalmente de los guaratelle napolitanos, que él ha conocido de muy cerca, pero situándolos en diferentes contextos y combinaciones, huyendo de la velocidad y adaptándose a los tiempos que impone el títere catalán, por su mayor tamaño respecto a los guaratelle, y que exige un cuidado manejo coreográfico de los mismos, con gestos más amplios y elegantes.

Llamarada con la ‘pipa de fuego’. Foto Manuel Silva

Con sonidos todos naturales y solo acompañado al principio y al final por un acordeón tocado por él mismo, la representación fue una clase magistral de manipulación de títeres que los presentes acogimos con alborozo, mientras los niños asistían entregados a los equívocos de la historia y a su humor fresco y sutil, tan cercano a la retranca gallega.

Eudald Ferré con el Dragón y la Princesa. Foto T.R.