Shaday Larios, Jomi Oligor y Xavi Bobés son los tres componentes de esta misteriosa agencia de detectives llamada El Solar. Detectives cirujanos se les podría llamar también, si tenemos en cuenta que su cometido es abrir el tejido urbano de la ciudad en canal para desvelar dimensiones ocultas, espacios aparentemente cerrados que, al rasgarse la fina capa de realidad que los cubre, se desvelan luminosos y pletóricos de vida, de memoria, de Ciudad en su sentido más noble y antiguo.
Este instinto detectivesco hacia el mundo de los objetos y de las realidades ocultas de la ciudad es constitutivo del trabajo que los tres artistas detectives llevan desarrollando desde hace años. Conocidas son las obras de Xavi Bobés en este terreno, una de las personas que más ha profundizado en el teatro de los objetos que hablan por sí mismos, asumiendo muchas veces el papel de médium escénico en relación a las voces y a los misterios que habitan lo inerte y lo anodino. Su último espectáculo, ‘Cosas que se olvidan fácilmente’, que se efectúa para cinco espectadores alrededor de una mesa camilla, tiene un formato claramente invocatorio, invitando a los espectadores a un inquietante viaje en el tiempo y en el espacio (vean aquí ).
Shaday Larios, Xavi Bobés y Jomi Oligor. Fotografía de Anna Bayó.
Los trabajos de Shaday Larios, brillante ensayista e investigadora mexicana que con los años ha creado un rico lenguaje nuevo capaz de expresar con palabras y con imágenes lo que se esconde en la realidad de las cosas, van también en esa misma dirección (Sobre Shaday Larios, vean aquí). Su asociación con Jomi Oligor, uno de los dos artífices de aquel espectáculo mítico que sorprendió a propios y extraños, y que sigue despertando furores allí donde se presenta, ‘Las tribulaciones de Virginia’ de los Hermanos Oligor, ha sido una feliz conjunción de dos creadores decididos a bucear por esos terrenos de lo desconocido. Su hallazgo de una maleta llena de cartas en un rastro de una ciudad de México les llevó a crear el espectáculo ‘La Máquina de la Soledad’, una joya que no ha cesado de girar desde su estreno (ver aquí).
Se entiende que juntar a estas tres figuras provoque una química de reacciones inesperadas y sorprendentes, con precipitaciones que van mucho más allá del ámbito del teatro. Y eso es lo que ha ocurrido con el proyecto que han llevado a cabo en Girona, invitados por el festival Temporada Alta a bucear por las calles viejas del centro histórico de la ciudad.
Fotografía de Anna Bayó.
Me encuentro con Shaday Larios en el café del Ateneu Barcelonés, un lugar histórico que sin ser museo alguno guarda en sus muebles, espacios y especialmente en su biblioteca, la memoria y el testimonio de los últimos cien años de la cultura barcelonesa. Un lugar que a Shaday le encanta. Nos centramos en el tema que nos atañe: su último trabajo realizado en Girona.
– Han sido tres meses intensos de inmersión en un mundo fascinante lo que nos ha permitido realizar este Primer Álbum, un título que alude a nuestro primer caso cerrado como agencia. Es difícil definir nuestro trabajo, pues la verdad es que nos falta perspectiva para asimilar y entender la complejidad de lo realizado en su conjunto. Y lo que al principio era un secreto, ahora ya es posible revelarlo: el lugar o ‘caso’ escogido para nuestra inmersión indagatoria ha sido la carpintería aún en activo del señor Armand Lladó.
Me explica Shaday Larios el fuerte impacto que ha sido sumergirse en un tiempo y un espacio que atañe a cuatro generaciones de carpinteros que durante 70 años han ocupado el mismo local, la última carpintería en activo de la Girona vieja, que ocupa una buena parte de lo que antes fue el teatro y salón de Baile El Odeón. Ha sido desvelar un conocimiento guardado por el señor Armand Lladó y su familia casi bajo llave, pues nadie en la ciudad conocía este teatro ni existe documentación gráfica alguna del mismo.
– Nuestro trabajo ha sido como abrir unos archivos hasta ahora desconocidos de la historia del barrio y de la ciudad, pues sólo a través de las facturas, para poner un ejemplo, se puede seguir el rastro de los cambios que han afectado la piel urbana de Girona. Hay que pensar que la familia Lladó ha guardado todas y cada una de las facturas emitidas por tres de las cuatro generaciones de carpinteros y ebanistas. Otro ejemplo es el de las llaves: fue una costumbre guardar todas las llaves de las viejas cerraduras cambiadas a lo largo de setenta años, con un tal acumulo de piezas que bien podría nutrir un museo de la llave.
Fotografía de Anna Bayó.
El Ayuntamiento les facilitó un local de trabajo desde donde centralizar sus indagaciones detectivescas, focalizadas en la carpintería y en el mundo que, capa tras capa, se les iba desvelando.
– Lo más interesante y delicado de estos tres meses de trabajo ha sido ver cómo nos situábamos en relación al proyecto. Dos mundos confluían en la labor, no siempre coincidentes: el del teatro, es decir, la responsabilidad de preparar algo para unos espectadores que pagarían una entrada, y el de la intimidad de nuestro buceo con las personas implicadas, especialmente con Armand y su familia. Ha habido pues una constante interrogación de orden ético que nos ha obligado a cuestionar todo lo que hacíamos y a poner sobre la mesa nuestros objetivos, cómo perseguirlos, cómo lo presentamos.
Una atención para la que los tres artistas detectives ya están bien entrenados, pues especialmente en sus últimos trabajos se han introducido en los territorios siempre difíciles de las intimidades y de los sentimientos privados. Algo que los tres, en sus distintos espectáculos, han hecho con pies de plomo y con los correspondientes guantes que permiten tocar desde la distancia y el respeto.
Le pregunto si considera que es teatro lo que hacen.
– Sí y no. Lo es, porque entra en un contexto de festival y de entradas vendidas, pero a su vez roza los límites del género al introducirse en un tipo de acercamiento al trabajo documental a través de los objetos, de los testimonios en directo de las personas que no son actores y de una puesta en escena en la que se impone la realidad sobre la ficción. Se suma el abordaje documental con el antropológico, con la microhistoria de unas personas comunes de la ciudad y con la Historia que nos afecta por un igual. Y por encima de todo, manda el acercamiento poético con el que presentamos al público el resultado de la pesquisa: intentar desvelar su riquísimo caudal poético, simbólico y humano. Para ello no dudamos en recurrir al lenguaje escénico de las luces, de las sorpresas, de las pequeñas composiciones escenográficas que sintetizan momentos, vidas o espacios, de la manipulación de algunos objetos a la manera de pequeños rituales de invocación o de realce de sus potencialidades poéticas. Nuestro empeño ha sido combinar estos registros diferentes desde la distancia, el respeto y el cariño, pues es mucho el que se ha ido sumando con las personas asociadas al proyecto.
Y añade tras reflexionar un momento:
– Una de nuestras premisas era trabajar con los objetos que ya tenía el lugar de por sí. Y exceptuando por una triada de micropaisajes, las lámparas y un pequeño mapa, el resto de cosas son todas del lugar: máquinas antiguas todavía en funcionamiento, colecciones de herramientas, escaleras, libretas, plantillas, dibujos, catálogos de muebles, mesas, pertenencias inamovibles y un larguísimo etcétera. No nos queda duda de que todo objeto y todo lugar, son archivos en potencia, metonimias puras que nos llevan a plantearnos de un modo crítico la materialidad del presente, metonimias que son esenciales en el teatro de objetos documental.
Los tres detectives con el señor Armand Lladó.
Desde luego, entrar en la intimidad de un taller y de la vida de una persona de la que nadie sabe nada, para desde aquí desvelar las distintas capas de realidades múltiples que en ella se superponen, requiere una delicadez y un equilibrio en las formas de alto voltaje.
– Con este trabajo, nos hemos metido de lleno en los contenidos de lo que desde hace años venimos buscando y experimentando. Mi interés por la historia oculta de los objetos residuales, el lado documental secreto de lo que nos rodea y condiciona nuestra cotidianidad, viene de lejos como bien sabes. Acabo de terminar mi tesis doctoral sobre esta temática y me interesan mucho los aspectos teóricos de este tipo de acercamientos. Pero junto a la reflexión, lo importante es poder experimentar con las poéticas objetuales in situ, algo que el taller de carpintería más la generosidad de Armand Lladó nos ha permitido hacer con resultados increíbles.
El señor Armand Lladó. Fotografía de Anna Bayó.
Importante valorar en este tipo de trabajos cómo responde el público.
– La verdad es que ha sido fantástico ver cómo las personas se emocionaban al descubrir realidades que se hallaban ocultas en el día a día de la rutina de la ciudad. Clave para ello es haber creado el marco poético-escénico adecuado, de ritual de desvelamiento, para la presentación de los espacios. Por no hablar de los propios miembros de la familia Lladó, desconcertados al descubrir aspectos hasta ahora tenidos por anodinos, valorados de pronto por la mirada poética ajena y la distancia documental y antropológica. Además pudimos atestiguar las resonancias que el trabajo tuvo en la comunidad local, el cómo se identificaban y reconocían en nuestra investigación, el cómo confirmaban y hablaban contigo después sobre los efectos de la gentrificación del Barri Vell. Lo más interesante era hablar de ello adentro de un espacio y un oficio que se resiste a ser removido por la intensificación capital-turística. Tuvimos que prorrogar las funciones, porque los que venían querían que toda su familia viniera a verlo.
Fotografía de Anna Bayó.
El trabajo de El Solar y sus detectives es realmente novedoso y se inscribe en un tipo de acercamiento artístico a la realidad en el que se combinan registros y disciplinas diferentes, con una particularidad añadida: el alto grado de responsabilidad que implica tratar con personas reales y situaciones verdaderas. El material básico de este ‘teatro’ no lo escribe ningún autor sino que es la vida misma tomada en su realidad más cotidiana. Y la escritura teatral consiste en transformar este material de partida en una suma de materiales que se van multiplicando como capas de un espejo que transforma lo reflejado en poesía, evocación, memoria, historia, anécdota, ironía, distancia, reflexión y sabiduría. Afín de conseguirlo, los detectives deben convertirse en ‘oficiantes’ para dirigir el rito hacia estos terrenos de múltiples dimensiones, desafiando esa lógica tirana del tiempo que pasa, arrasa y no regresa. El rito obligará al tiempo a doblegarse, a crear círculos y espirales en una verticalidad capaz de levantar el espacio donde se ubicarán los participantes. Un tiempo hecho archivo al que se forzará a desplegar sus contenidos ante los ojos atónitos del público y de los mismos protagonistas, en este caso el señor Lladó, sus familiares, sus vecinos y sus conciudadanos.
Fotografía de David Continente.
Le pregunto a Shaday si tienen más ‘casos’ en la agenda.
– Tenemos el caso que abrimos en noviembre de 2016 en el Raval de Barcelona y cuyo boceto presentamos en el Arts Santa Mònica, a través de una residencia con el festival IF Barcelona (ver aquí). Aquella fue nuestra primera andadura de los tres juntos. Un caso, el del Raval, que está pendiente de cerrarse. También otras ciudades han pedido nuestros servicios, algo que estamos estudiando, pues implicarse en una investigación de este calibre pide tiempo, una dedicación exhaustiva y medios suficientes. Y al estar los tres embarcados en proyectos propios de creación y exhibición, no es fácil concertarnos. Piensa que cada lugar nos deparará mundos distintos que requerirán tratamientos específicos, lo que nos excita por un lado y por el otro nos obliga a tomarlo con mucha responsabilidad.
Un campo, el que han abierto con su agencia de detectives El Solar, tan amplio como necesario e inagotable. Para saber más sobre el proyecto, sus protagonistas y sus misterios desvelados o por develar, pueden dirigirse a su oficina en la red clicando aquí.
Molt bé el treball de “El Solar” a Temporada Alta. La gent que ho han vist han quedat marevellats de la seva labor
Han deixat un bona petja a la ciutat de Girona. FELICITATS!!!