(Interior Sagrada Familia de Barcelona. Maqueta Visual, T.R)

La novela de Toni Rumbau El titiritero, el huevo, Barcelona y la extravagancia (Editada por Thot Arts Barcelona 2023), es sin duda una novela extravagante que da comienzo a un nuevo género literario que llamaremos la novela titiritera. Reflexión y ficción.

La lectura de El titiritero, el huevo, Barcelona y la extravagancia, para los que amamos este oficio, resulta un ejercicio fascinante y entretenido, lleno de imágenes que evocan nuestra profesión. El autor nos ayuda a comprender mejor la obra escrita, al menos eso pretende, incluyendo unos collages que ilustran al comienzo de cada capítulo su contenido, unos collages surrealistas que nos muestran una Barcelona inusual, llamémosla neo romántica, ciudad por la que el autor pasea constantemente y que conoce y disfruta a cada paso. En este sentido, la novela es una constante simbiosis con la ciudad que la alberga, su ciudad, Barcelona.

Maqueta visual. T.R.

Una lectura costumbrista del texto nos acerca a lugares comunes como podría ser esa Barcelona deseada y soñada. Nos recuerda a veces al Taller de Marionetas del añorado Pepe Otal en la Barceloneta, lugares que constantemente aparecen en el recuerdo del autor y del lector titiritero.

Rumbau nos cuenta en su novela el desarrollo de un trabajo sobre la producción simbólica, el doble y otros temas que a Rumbau le obsesionan desde hace mucho tiempo y que los lleva siempre encima en sus espectáculos, en sus conversaciones y, en este caso, en esta novela titiritera donde las haya, si es que las hay, para mi es la primera que conozco. Entre el oficio y la emoción. El oficio de titiritero y la emoción por una ciudad, la suya, Barcelona. Tratado todo con un humor fino y trasgresor, mediterráneo. Humor que se asemeja a las Catedrales del arte de la vida, como la catedral inacabada de Barcelona obra del iconoclasta Gaudí.

Vulcano. Maqueta Visual T.R.

La literatura que generó el movimiento surrealista siempre ha sido considerada como sinónimo de amoralidad y de decadencia de las costumbres, por eso muchos críticos prefieren hablar de neo romanticismo en lugar de surrealismo y quizás este sea la mejor manera de definir la novela del poliédrico Toni Rumbau. En El titiritero, el huevo, Barcelona y la extravagancia encontramos un relato que liga bien con el neo romanticismo, sus personajes tienen un protagonismo alocado y utópico que impregna toda la novela de tipos muy mediterráneos.

Una lectura agradable y para nada empalagosa, fluida e interesante, que te atrapa y que hace de esta novela un texto ameno y lleno de reflexiones, de los que unen reflexión y ficción, sobre lo que implica ser titiritero en este caso, con esa mirada poliédrica que tiene el autor sobre el oficio que él ha contribuido a crear y desarrollar. Novela u obra de reflexión, creo que las dos cosas a la vez, una novela en la que el compromiso de ser titiritero es el hilo conductor de la trama y que, a pesar de ello, cumple con los cánones estrictos de la novela.

El cuerpo desdoblado en la prosa surrealista conduce a este relato sobre unos temas que Rumbau maneja con sincera humildad. Tras una vida dedicada al teatro de títeres, ahora descubrimos al novelista que se escondía debajo de sus títeres, una grata sorpresa, que merece un puesto destacado en las estanterías de las bibliotecas de los titiriteros.

Portada y contraportada del libro. La Rambla de Barcelona. Maqueta Visual T.R.

Rumbau da un paso más en su obra literaria con El titiritero, el huevo, Barcelona y la extravagancia, novela que nos acercaal universo de los títeres, la ciudad y la extravagante aventura del oficio. ¡Léanla, no defrauda!

Quiero terminar citando unas palabras del escritor portugués José Saramago quien dijo sobre su oficio de escritor lo siguiente (cambio en él la palabra escritor por la de titiritero):

‘En mi oficio de titiritero pienso no haberme apartado jamás de mi conciencia de ciudadano. Defiendo que a donde uno vaya, el otro deberá acompañarle. No recuerdo haber escrito una sola palabra sobre títeres que estuviera en contradicción con mis convicciones políticas, pero eso no significa que alguna vez haya puesto mi profesión al servicio de mi ideología. Lo que significa, eso sí, es que a la hora de escribir sobre y para títeres estoy expresando la totalidad de la persona que soy: un titiritero en busca de su doble.’

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