(Ceremonia inagural en la plaza Szécheny con un carrusel de imágenes proyectadas, dirigida por Papír Panír, Hungría. Foto Szenti, Festival Karakulit)

El público y los amantes del teatro de sombras han tenido que esperar seis años para poder disfrutar una vez más del FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DE SOMBRAS KARAKULIT. Pero la paciencia ha valido la pena y nadie ha quedado decepcionado: en esta segunda edición, representantes del mundo del teatro de sombras de diferentes partes del mundo (un total de 12 países) se encontraron en Pécs (Hungría) el pasado mes de abril de 2023 para demostrar al mundo que el teatro de sombras ha estado presente como parte de la cultura humana y la educación durante siglos ¡y que aún tiene mucho por contar!

Ceremonia inaugural: pasacalle con siluetas indias y titiriteros del Tholpavakoothu Theatre y música (Gábor Pilári – de Márkus Zínház – en la imagen). Foto Szenti, Festival Karakulit

El Festival Karakulit es único en su género: un festival internacional especializado en el teatro de sombras que cuenta no sólo con actuaciones, sino también con talleres y exposiciones. Este festival no se explica sin Márkus Zínház (Teatro Márkus), una familia de titiriteros y artistas con sede en Pécs, que es el corazón de la idea y realización del festival. Su primera edición nació a raíz de un sueño de esta familia de teatro, amantes de las sombras y sombristas también, tras un viaje a la India donde conocieron los títeres de sombras de Kerala gracias a la familia Tholpavakoothu Theatre: soñaron en reunir las grandes tradiciones del teatro de sombras para gozo del público húngaro y para el enriquecimiento de otros profesionales. El detonante para acercarse a ese sueño en 2017 fue el 500º aniversario del personaje de Karagöz, el héroe del teatro de sombras tradicional otomano; y también fue motivo para la mitad del nombre del festival (KARA).

Es sabido que la tradición de las sombras se inicia en la región asiática, comprendiendo desde el Karagöz en el lado occidental (presente en Turquia y también en Grecia, con el nombre de Karagiosis) hasta el Wayang Kulit de Indonesia, en el extremo más oriental. Este último tipo de títere contribuyó a la segunda parte (la otra mitad) del nombre del festival (KULIT). Seis años más tarde, el marco que hizo esta segunda edición posible fueron las 10º Olimpíadas Teatrales, un acontecimiento mundial que por primera vez en esta edición incluyó el arte del títere.

Márkus Zínház – Teatro Márkus, tanto un lugar como una familia de titiriteros con sede en Pécs, el alma del Festival. Foto Szenti, Festival Karakulit

El festival no pudo inaugurarse con una ceremonia de mayor envergadura, brillando en todo su esplendor; ¡un esplendor que también tuvo que esperar seis años! Papír Panír (Hungría), como ya en 2017, fue la compañía responsable de la ceremonia. La inauguración de la primera edición fue fantástica, pero tuvo que limitarse a las paredes del edificio Galería Nádor debido a las inclemencias del tiempo. En esta edición, un desfile con dos recorridos para llamar la atención del público convergía en la plaza principal del Pécs – Szécheny -. Allí tuvo lugar una fantástica actuación de luces y sombras: un carrusel de imágenes se proyectó sobre los edificios de la plaza y sobre dos círculos concéntricos de pantallas de algodón móviles. ¡Y no cualquier imagen! Por un lado, fotografías de títeres tradicionales presentes en las exposiciones de la primera edición, Por el otro lado, una gran variedad de sombras generadas en vivo por las diferentes compañías internacionales que participaban en el festival (India, Indonesia, España, Grecia, Inglaterra y República Checa). El tema del festival, compuesto por Áron Pilári, uno de los miembros de Márkus Theatre, sonaba por primera vez, acompañando estas impresionantes luces y sombras móviles.

En la presente edición, también se contó con exposiciones sobre la temática: desde una nueva exposición con títeres tradicionales, hasta exposiciones fotográficas sobre el teatro de sombras en Hungría y sobre la primera edición del festival.

El martes 20 de abril fue el primer día oficial del festival, y podría haberse llamado en sí mismo “karakulit” puesto que contó con actuaciones tanto de Karagiosis – a mano de la compañía griega  Anemodoura Puppet and Shadow Theatre – como de Wayang Kulit – a cargo del maestro titiritero javanés Ki Purbo Asmoro (Indonesia).

Anemodoura Puppet and Shadow Theatre con “Karagöz y el dragón” (Grecia). Foto Szenti, Festival Karakulit

Mientras la mañana fue el turno de Karagöz, con “Karagiozis y el Dragón”, la noche fue para el Wayang Kulit, como no podía ser de otro modo: las actuaciones tradicionales de este género suelen durar toda la noche – aunque en el festival se presentó una versión abreviada de unas dos horas -. Las actuaciones de Wayang Kulit también son famosas por acompañarse sólo con música en vivo de la orquesta tradicional, el gamelan, que cuenta con alrededor de unos 24 músicos. Viajar con tal equipo es posible en contadas ocasiones, pero Ki Purbo Asmoro trajo consigo a 5 de sus músicos, a los que se sumaron el gamelan de la embajada indonesia en Budapest, Surya Kencana A, para máximo esplendor del espectáculo. La obra en javanés, “El viaje espiritual de Bima”, fue traducida en directo por Kitsie Emerson: aunque el tema de la obra ya había sido anunciado y explicado de antemano, los titiriteros javaneses son dados a la improvisación. En sus actuaciones, además, esta tradición suele hacer referencias a la realidad de cada lugar y momento, y Ki Purbo Asmoro no dejó de mencionar la felicidad de los músicos javaneses al tocar con músicos de gamelan de origen no indonesio con tan alta calidad.

Ki Purbo Asmoro actuando con el wayang kulit javanés (Indonesia) acompañado de el gamelan de Hungría Surya Kencana A. Foto Szenti, Festival Karakulit

Y por si no fuera suficiente, el primer día del festival también contó con la otra actuación de este país del sureste asiático: Wayang Suket Indonesia con “Timun mas” (El pepino dorado). El grupo Wayang Suket Indonesia también pone de relieve la importancia de la música en vivo tan presente en la tradición titiritera del país. De todos modos, en esta ocasión, un equipo más reducido (también de Hungría) acompañó la pieza, una actuación contemporánea que contribuye a la intención del grupo de evitar que el Wayang Suket (títeres hechos de juncos) caiga en el olvido. Los decorados simples hechos a mano y proyectados con el retroproyector en contraste con unas formas muy sintéticas pero atractivas de estos títeres, encajaba perfectamente con la elección de un cuento popular. La pieza entusiasmó al público, por la frescura de la narración junto con imágenes muy atractivas.

Wayang Suket Indonesia con “El pepino de oro”, un cuento popular (Indonesia). Foto Szenti, Festival Karakulit

La mañana siguiente se ocupó con un taller para profesionales no previsto inicialmente, donde el equipo javanés compartió sobre los movimientos y secretos de sus títeres de cuero elaboradamente tallados. Esta propuesta se sumó al programa existente para los profesionales del festival: 1- un taller introductorio al teatro de sombras de cuatro días a cargo del reconocido especialista en el tema, Fabrizio Montecchi (Italia), así como otras sesiones cortas con figuras reconocidas del Festival;

Formación para profesionales impartido por Fabrizio Montecchi (Italy). Foto Szenti, Festival Karakulit

2- el maestro en sombras con las manos, Drew Colby de Reino Unido, ofreció una masterclass, además de dos actuaciones diferentes.

Drew Colby con “Cine en siluetas” (UK). Foto Szenti, Festival Karakulit

Por otro lado, Tadeusz Wierzbicki habló sobre sombras electroestáticas en su “exposición-performance” más reciente (“Gecko’s – Way of Imagination”), abriendo así una nueva dimensión en las posibilidades de la técnica del teatro de sombras, con las que el artista polaco ha estado experimentando durante décadas. Y para ahondar en su trabajo, una de las noches se dedicó a su estudio del movimiento en una sesión donde se visionaron diversos documentales sobre sus procesos de experimentación, así como la posibilidad de dialogar con el artista.

Tadeusz Wierzbicki y su taller experimental (y a su vez exposición/performance) “El camino de la imaginación del gecko”. Foto Szenti, Festival Karakulit

La oportunidad de estos talleres formativos para profesionales no es la única pista que evidencia la intención real (y clave) del Festival KARAKULIT: el público local es importante, pero el festival contempla en su esencia el potencial de compartir y aprender entre profesionales. En esta edición del festival, la mayoría de las actuaciones se programaron dos veces. Una de ellas específicamente dirigida al público profesional, donde la post actuación era tan importante como la actuación en sí: el esperado momento en que los profesionales podían saltar detrás de las pantallas y descubrir los secretos de cada equipo de sombristas. Podemos decir sin duda alguna que el FESTIVAL KARAKULIT, siendo uno de los pocos festivales de Europa que se centra en la especificidad del teatro de sombras, es además, ¡el único que pone tanta atención en los sombristas! “Profesionales de teatro de sombras tradicional y contemporáneo encuentran en KARAKULIT la oportunidad de inspirarse mutuamente, conocerse y hacerse amigos”, en palabras de Zsuzsanna Vajda, una de las organizadoras del festival.

“La leyenda de la serpiente blanca” de Tung-Hua Shadow Puppet Troupe (Taiwan). Foto Szenti, Festival Karakulit

Es en este momento posterior a la función que los profesionales pudimos conocer algunas especificidades de los títeres taiwaneses: pese al origen común con las sombras chinas debido a las conexiones innegables con esta tradición, Tung-Hua Shadow Puppet Troupe cuenta orgullosamente como con únicamente dos varillas (en oposición a las múltiples varillas del teatro de sombras chino) los títeres pueden virar de dirección, mientras a su vez mueven los pies como si caminaran. Una gran habilidad por parte del maestro titiritero (así como el uso de la luz al estilo tradicional) permitió una impresionante escena de lucha con transformaciones frenéticas de un animal a otro por parte de dos personajes – la protagonista luchando contra un guerrero -, actuación que entusiasmó al público.

 “Ligado por la hierba” de Divadlo Líšeň(República Checa). Foto Szenti, Festival Karakulit

En esta nueva edición del festival, las grandes tradiciones del teatro de sombras estuvieron presentes. Algunas por segunda vez, pero con novedades: las sombras chinas estuvieron presente, pero en su versión taiwanesa, y no de la China continental; Karagöz también, pero la versión griega, no la turca. El wayang kulit de Indonesia participó por primera vez, mientras que la única tradición que se volvió a ver fue la India.  En cuanto a las compañías de teatro de sombras más contemporáneas, tres compañías repitieron: el ya mencionado Tadeusz Wierzbicki, que también presentó su innovadora performance con sombras solares, “Diogenes – Una ventana al mundo” (como Teatr “i”), Divadlo Líšeň, compañía de la República Checa, y  El gecko con botas, de España.

“¡A pescar!” de El gecko con botas (España). Foto Szenti, Festival Karakulit

Las actuaciones de los dos últimos se esperaban con grandes expectativas después de sus presentaciones en la edición anterior.  “Ligado por la hierba” de la compañía Divadlo Líšeň, cumplió con las expectativas del público profesional: una obra con historias y enseñanzas budistas, interpretada en coherencia con la austeridad del tema, usando pocos objetos y sólo algunos simples focos y linternas, proyectando sombras sobre una pantalla de papel kraft marrón desde ambos lados.

El gecko con botas, con su obra sobre la contaminación de los mares, “¡A pescar!”, combinando el lenguaje del clown y las sombras (producidas con retroproyector y líquidos), hizo las delicias del público familiar.

“Cómete las moras” de Moquette Production (Bélgica). Foto Szenti, Festival Karakulit

Pero el festival también contaba con nuevas compañías trabajando con sombras contemporáneas, y todas fueron un éxito, especialmente Moquette Production de Bélgica. Usando el retroproyector, “Cómete las moras” fue aplaudido por su técnica y uso del humor. Firtosiak, fue la gran sorpresa, incluso para los organizadores: su única actuación estaba programada en el pequeño teatro familiar de los organizadores, MárkusZínház, pero la alta demanda del público acabó haciéndoles actuar dos veces más. Su historia es un ejemplo claro de lo que un buen festival de teatro de sombras puede provocar. Esta compañía de Transilvania, también familia – madre, padre y tres niñas -, asistieron a la primera edición de KARAKULIT como público, y se enamoraron del teatro de sombras. Seis años después, las tres niñas eran titiriteras en el mismo festival. Su obra “El árbol que prometía el cielo”, robó el corazón del público húngaro: una historia popular contada con siluetas con filigranas al estilo Lotte Reiniger, complementadas con momentos mágicos de efectos de luz y música en vivo por parte de los miembros adultos de la familia cantada con las voces dulces de las pequeñas.

“El árbol que prometía el cielo” de Firtosiak (Transilvania). Foto Szenti, Festival Karakulit

Y como colofón y cierre del festival, el origen de todo (tanto del festival como probablemente del teatro de sombras): Tholpavakoothu Theatre de Kerala ofreció una versión abreviada del “Ramayana”, con títeres tradicionales de la India, proyectando sombras con fuego real. El gimnasio de una escuela en el corazón de Hungría acogió esta gran y única experiencia que transportó al público a la que puede ser una de las tradiciones más antiguas de teatro de sombras.

Versión abreviada del “Ramayana” de Tholpavakoothu Theatre (Kerala, India). Foto Szenti, Festival Karakulit