(El teatrillo-furgoneta de ‘A Viagem’. Foto de Ana Brígida)

Empezamos con este artículo las crónicas de la 6a edición del Mó – Festival Marionetas em Oeiras, que tuvo lugar en esta localidad portuguesa, situada al lado norte de donde termina el estuario del Tajo, a poca distancia de Lisboa, entre Cascais y Sintra, los días 1, 2 y 3 de octubre de 2021. Dirigido por el titiritero João Costa, nacido en Oeiras aunque hoy instalado en El Algarve, el Festival otorga dos premios: el del Público y el del Jurado, concedidos el domingo 3 y de los que indicaremos sus ganadores al final de este artículo. Hablaremos también de tres de los primeros espectáculos vistos del Festival: A Viagem, de la compañía Mãozorra, O Menino do Lapedo de la compañía Valdevinos, y SIBI&PIP de la compañía del Algarve VATE, Serviço Educativo da ACTA.

A Viagem, de João Costa

Se presentó este espectáculo de la compañía Mãozorra, que dirige João Costa, en un escenario insólito, que es por el que está pensada la obra: el interior de una furgoneta Mercedes Benz 206D del año 1976, magníficamente acondicionada para que en ella quepa un escenario de lo que podríamos llamar ‘títeres de mesa’, una cabina trasera para el técnico, y bien instalados en asientos forrados de rojo, nueve espectadores. Desde afuera, la furgoneta se presenta con todo el boato de un teatrillo de lujo, con un gran cartel luminoso que parece salido de Broadway y que reza Marionetas Itinerantes, más el título de la obra: A Viagem. Cuerdas rojas en el exterior indican por donde entrar, y un portero vestido de gala recibe y acomoda a los espectadores.

Salida del p´úblico. Foto de Ana Brígida

Un trabajo ingente, el realizado por João Costa, que responde a dos deseos imperiosos del titiritero: su deseo de disponer de un teatrillo itinerante montado sobre cuatro ruedas que le permita desplazarse de un lugar a otro, y la necesidad de iniciarse en las esencias básicas del teatro de títeres, con un espectáculo de creación personal donde se recurre a lo fundamental: las manos, simples objetos y la imaginación del espectador.

En efecto, lo consigue el titiritero sin utilizar palabra alguna y con una medida y muy estudiada escenificación en la pequeña boca del teatrillo. Es difícil hablar de la misma sin desvelar en demasía los secretos del montaje. Pero sí podemos decir que lo que consigue Costa es explicar una pequeña génesis de lo que es el teatro de títeres, sin que aparezca por ningún lado un títere propiamente dicho. También se da aviso al espectador de lo siguiente: cualquiera puede ser un titiritero, si deja que su imaginación se cruce con la de quien lo está observando.

Foto de Ana Brígida

Logros y efectos aparentemente sencillos, pero que son los que dan más trabajo y más exigen a quien los ejecuta. Ir a la esencia del arte que se practica es a lo que aspira todo aquel que se dedica a estos menesteres, pero cómo es bien sabido, se trata de lo más difícil. Esto es lo que logra João Costa con este peculiar viaje en su teatrillo itinerante, convertida la furgoneta que lo acoge en una metáfora táctil del título, embarcados sus viajeros en un trampantojo donde lo que no es, es; lo inanimado cobra vida; y donde la conciencia de los que duermen la vida, despierta en las manos del titiritero, médiums inteligentes que saben cómo resolver los problemas de nuestros dramas vitales, especialmente cuando las dejamos libres en nuestras horas de sueño.

También podríamos decir: mientras soñamos nuestras miserias cotidianas, las manos van al grano y saben muy bien cómo controlar las polaridades. Por lo tanto, mejor dejar que ellas nos indiquen el camino, jugando a ser titiriteros por un día.

Foto de Ana Brígida

De todo esto habla A Viagem, un espectáculo delicado, hecho con mucho mimo y honestidad, dirigido a un público que abarca todas las edades, una celebración del ensueño creativo de las manos, esas herramientas básicas del titiritero.

O Menino do Lapedo de la compañía Valdevinos

De la vecina Agalva-Cacém nos llegó la obra O Menino do Lapedo, una propuesta de la compañía Valdevinos que ha creado y gestiona desde el año 2015 el centro llamado A Casa da Marioneta de Sintra.

O Menino do Lapedo. Foto de Ana Brígida

Se representó la obra en la plaza de la Iglesia, en el centro de Oeiras, uno de los espacios propios del Festival. Ante un público muy atento, Ângela Ribeiro y Fernando Cunha, los dos actores y principales responsables de la puesta en escena, presentaron la historia imaginada del llamado Menino de Lapedo, el fósil de un niño encontrado en 1998 en el Abrigo do Lagar Velho del Valle do Lapedo, en la ciudad portuguesa de Leiria.

Foto de Ana Brígida

El esqueleto fósil de 90 cm de largo y datado en unos 24.500 años de antigüedad, reúne unas características muy especiales: por su cabeza y parte superior del cuerpo, corresponde a un niño Sapiens; sus extremidades inferiores, en cambio, corresponderían a las de un niño Neandertal. Lo que ha llevado a pensar a los arqueólogos que quizá se trata de un cruce entre Sapiens y Neandertal, una realidad que muchos prehistoriadores actuales sostienen como posible. Algo contestado por otros científicos, que ven la fecha como demasiado cercana para encontrar en ella a personas del Neandertal.

Sobre esta base, Mafalda Brito y Rui Pedro Lourenço escribieron una obra homónima ilustrada para niños de mucho éxito, la cual ha servido de base para la adaptación con marionetas realizada por Valdevinos.

Ângela Ribeiro y Fernando Cinha. Foto de Ana Brígida

Una temática de un gran interés y actualidad, cuyos pormenores históricos y científicos no son nada fáciles de explicar en un espectáculo para niños, pero que los de Valdevinos han conseguido desarrollar mediante una puesta en escena llena de delicadeza y respeto, con pertinentes pinceladas narrativas y ambientales basadas en un minucioso estudio de los restos y del entorno donde fue enterrado el niño, el Valle do Lapedo. En el montaje han participado, al parecer, arqueólogos y especialistas del Museo de la Prehistoria de Laredo, en Leiria.

Es posible que nos encontremos ante un espectáculo que en un futuro próximo sea de gran predicación, pues cada día importará más explicar la complejidad de la historia a los niños desde una temprana edad, afín de que cale en la humanidad futura ese cruce infinito de los ancestros que ha creado la realidad de nuestra especie. Nada mejor para ello que relativizar la sacralización del Homo Sapiens, ese dios evolutivo en el que muchos quieren identificarse, con las necesarias tomas de tierra que nos saquen la enjundia de tantos humos. O Menino de Lapedo de Valdevinos, funciona como una acertada y muy lograda ‘toma de tierra’ para chicos y mayores, una fabulación ecosistémica de la Historia más antigua de la Humanidad, tratada con poética e inspirada figuración.

Ângela Ribeiro y Fernando Cinha. Foto T.R.

Una obra que bien podríamos considerar complementaria a la saga novelesca escrita por Jean M. Anuel que se inicia con El Clan del Oso Cavernario. Ver también Neandertales, de Rebecca Wragg Sykes.

SIBI&PIP de la compañía del Algarve VATE, Serviço Educativo da ACTA

He aquí un montaje que maravilló a grandes y chicos, también presentado en la plaza de la Iglesia de Oeiras, a cargo de una compañía del Algarve que se dedica a girar por las escuelas de la región con sus espectáculos: VATE, Serviço Educativo da ACTA.

Foto de Ana Brígida

Lo que sorprendió fue el logro de haberse atrevido a tratar un tema como es la obra de Fernando Pessoa para los niños. ¿Acaso es posible?, se puede preguntar uno. Los de VATE demostraron con creces que sí, con un acopio de muy buenas ideas y una decisión fundamental: todo el texto empleado eran palabras del poeta de los Heterónimos, extraídas de algunas de sus obras de infancia, de otras escritas para sus dos sobrinos y de textos jocosos y absurdos, meros juegos de palabra.

Se trata de una faceta desconocida del poeta portugués. Vale la pena leer lo que dijo su sobrino, el doctor Luiz Miguel Nogueira Rosa Dias, hablando de su tío Fernando Pessoa: Él era una persona que en casa era muy espontánea. Mi hermana, cinco años mayor que yo, le rasuraba la barba y yo sostenía la taza con agua caliente donde se limpiaba la hojilla. Nos llevaba a comer chocolates y más tarde escribió un poema que hablaba de la tabaquería donde nos llevaba a comprar los dulces. Le hacía muchas bromas a su hermana, mi madre, que le disgustaban un poco a ella porque las hacía desde la calle. Para el mundo exterior era un hombre introvertido y serio pero su humor era muy inglés. (Extraído del blog Azul Fortaleza)

En efecto, los de VATE, bajo la dirección de Jorge Soares, recogen esta faceta juguetona del poeta a través de personajes, textos y poemas. Por ejemplo, el personaje de Pip, uno de sus primeros heterónimos creado de niño y que ejercía de secretario particular, autor de anécdotas y charadas.

Foto de Ana Brígida

Otro de los que acogen es Sibi, inversión de Íbis, un personaje de la infancia que por lo visto acompañó a Pessoa hasta el final de sus días. Un personaje importante, pues, que encaja bien con la vertiente esotérica del poeta, si tenemos en cuenta que el íbis era una de las formas de Thot, el misterioso dios egipcio de la iniciación, inventor de la escritura. Aunque él lo tratara con su habitual jocosidad:

A ÍBIS

A Íbis, a ave do Egipto
Pousa sempre sobre um pé
O que é
Esquisito.
É uma ave sossegada,
Porque assim não anda nada.

Recurren también al gusto que tenía Pessoa por los juegos de palabras, juegos que a veces eran simples ocurrencias sonoras, como las Pías, este texto jocoso titulado Poema Pial, con rimas fijadas por los números, que sirve a la compañía para estructurar el tiempo escénico de la obra. Por ejemplo:

Toda a gente que tem as mãos frías
Deve metê-las dentro das pias.
Pia número UM,
Para quem mexe as orelhas em jejum.
Pia número DOIS,
Para quem bebe bifes de bois.
Pia número TRÊS,
Para quem espirra só meia vez.
Pia número QUATRO,
Para quem manda as ventas ao teatro.
Pia número CINCO,
Para quem come a chave do trinco.
Pia número SEIS,
Para quem se penteia com bolos-reis.
….

Muy ingenioso es el uso que hacen los actores de VATE de todo este material, sirviéndose de una escenografía que incluye toda una serie escalonada de cajas y baúles, alusión al famoso Baúl donde Pessoa guardaba sus manuscritos, del que todavía surgen textos y ‘voces’ inéditas del autor. Todo ello enmarcado en una acción coreográfica llena de colores, figuras de trenes que aparecen en cada nuevo verso rimado de las Pías, o los títeres de Pip i Sibi, que a medida que avanza la obra van cobrando protagonismo.

El resultado es un montaje lleno de ingenio, inspiración y un acercamiento fresco, franco y honesto a la obra de Fernando Pessoa, pensada para un público escolar, pero que llega al público en general con todo el colorido de su fuerza expresiva. La excelente labor de los tres intérpretes, Adriana Pereira, Luís Manhita y Raquel Ançã, entregados al poeta y a sus palabras, fue la otra clave del éxito de SIBI&PIP.

Así lo entendió el público de Oeiras, que premió a los artistas de VATE con sinceros y calurosos aplausos.

Los Premios del Mó Marionetas

En la tarde del domingo tuvo lugar la entrega de los premios del Mó Festival.

Los galardones otorgados. Foto de Ana Br´ígida

El Premio del Público fue para el espectáculo Portucale, de la compañía S.A Marionetas, de Alcobaça, interpretado por José Gil, Natacha Costa Pereira y Sofia Vinagre.

El Premio del Jurado, compuesto por Ana Paula Rebelo Correia, Luís Paniágua, Marta Machado y Toni Rumbau, después de reñidas deliberaciones por la alta calidad de los espectáculos vistos, fue para A Caixa de nove lados, de la compañía Historioscopio, de Porto, interpretada por Marta Costa y Samantha Jesús.

Los premiados con sus trofeos. Foto de Ana Brígida