(Emmanuel Gunezler y José Quevedo al inicio de la función en la sala Vicente Cidade en Misiones, Argentina)

Cuando uno sale de gira, como hicimos el grupo Telba Carantoña Teatro (Emmanuel Gunezler y yo mismo, José Quevedo), pensando en 8 meses de viaje y tres países por visitar, y, al final, tras partir de Venezuela el 22 de marzo de 2017, transcurren 17 meses y recorremos 8 países, para acabar encontrándonos en Lisboa, se impone una reflexión y revisar lo vivido en todo este tiempo.  

EL panadero y el diablo.

Algunos compañeros, no sabemos si por cosas del humor o en serio, han titulado esta gira como una odisea, nosotros lo vemos como una gran aventura. Partir casi sin dinero -el dinero que nos permitió salir de nuestro país era un préstamo-, y girar de un punto al otro, viajar hasta la Patagonia Argentina, y conocer el desierto del Perú, ver los viñedos de Talagante en Chile y maravillarnos del centro del mundo en el Ecuador, además de crecer como personas y como profesionales participando en 34 Festivales. Hacer 160 funciones de nuestras dos obras de títeres de guante para todo público (“El panadero y el diablo” de Javier Villafañe y “Carmencita y las flores” de Argelia Sánchez y Humberto Orea, ambas con adaptación de nuestro grupo), y haciendo más de 4000 mil funciones entre ambas cajas de teatro lambe-lambe (“Corazón de Cartón” de Emmanuel Gunezler y “Edmundo” de José Quevedo), sin contar que hicimos dos estrenos de unipersonales en viaje (quizás esto sí fue una locura), en diferentes técnicas, de teatro de papel “El día que nacieron las estrellas”, adaptación de un cuento venezolano a cargo de Emmanuel, además siendo éste también el manipulador,  y la obra títere de guante “Pepe el marinero” de Roberto Espina con adaptación de Emmanuel y como manipulador José.

Cajas lambe lambe en Talagante, Chile.

El viaje lo hicimos por tierra, sólo tomando tres aviones que ninguno nos acercaba a casa, sino que nos alejaba más y más. En total recorrimos 124.029 km, contagiando alegría y aprendiendo de cada lugar, teniendo como público a más de 24.000 personas. Además de compartir con grandes artistas del teatro de títeres de cada uno de estos países, amigos y colegas que nos enseñaron cosas, directa o indirectamente, pues recibimos talleres de construcción y manipulación. Y hablamos, entre comidas y viajes, sobre el títere, sobre el desarrollo de nuestra arte y sobre nuestra latinoamérica, tan golpeada y palpitante.

Yelitz Gonzales ‘Tu flor en mi boca.

Pero, ¿qué aprendimos y qué podemos decir de las funciones de titeres  a las que asistimos, de los talleres que tomamos y de los talleres que visitamos? Realmente es impresionante el nivel de desarrollo del títere que se encuentra en nuestro continente, o para expecificar más al sur de nuestro continente (pues no pudimos en esta gira tocar Centro ni Norteamérica), cada vez hay más material, digital e impreso (aunque siempre hace falta más), más títiriteros preocupados por la teoría, el análisis, la dramaturgía, por conservar la tradición, por conservar la técnica y tambien los que desde la técnica hacen una ruptura estilística, que está justificada y estudiada para dar paso a nuevos estilos y lenguajes, a nuevas formas.

Emmanuel Gunezler, Narazareno Molina, Maese Pedro, José Quevedo y Silvia Cassina. entrega del premio del público en el festival de teatro de Larroque, Argentina.

Creemos y nos dimos cuenta que hay muchos colegas explorando técnicas, y esa exploración dará muy buenos frutos. Vimos con asombro el uso de los materiales (títeres hechos desde el latex más cuidado y quizás caro, pasando por el  conocido papel maché, hasta el más sencillo embace tetra, que con dobleces y cola vinílica puede resultar un cuepro de material reciclable), cómo se está retomando el teatro de papel, quizás timidamente pero que poco a poco la figura plana y esta forma de teatro está ocupando espacio. Igualmente vimos la expanción del teatro lambe-lambe, amén de que en este 2019 se cumplen 30 años de sus inicios en Bahía; en pro de esta celebración, se han dictado talleres, hecho encuentros  y se ha tratado de hacer un catálogo por país de los artifices de esta técnica.

Carmencita y Plantoya en Mandoza, Argentina.

Si bien en Latinoamerica no tenemos un Polichinela (aunque está el Manuelucho Colombiano o el João Redondo del Nordeste de Brasil), sí podemos contar con Juancito y María, uno de los personajes más recurrentes y repartidos por nuestro continente. Pero sobre todo, podemos rescatar la vigencia de nuestro arte, tan ancestral como moderno, tan querido y apreciado que desde el niño más pequeño y dulce, hasta el anciano más grande, y quizas mal humorado, se detendrán para ver al titiritero de la plaza con su caja lambe-lambe o su teatrino, que pararán su rápido andar para entrar en un teatro y así romper durante el tiempo de ejecución de la obra con la rutina y la monotonía, dejarse seducir una vez más por esas figuras de papel y tela que tanto nos gusta animar. 

José Quevedo y su caja El callejón.

Pero quizás si no nos conoces, te preguntarás si regresamos a Venezuela. Eventualmente lo hicimos, el 22 de septiembre de 2018, pues nuestra gira no tenía como fin salir de nuestro país para no volver. Nuestra meta fue regresar, y así lo hicimos, pero no los dos que habíamos salido de allá. En junio de 2018, a poco menos de un mes de comenzar el viaje de vuelta, Emmanuel decidió viajar a Portugal, país que ahora es su morada. Se produjo allí una ruptura dificil al primer tiempo, ya que  juntos sin parar estuvimos 9 años trabajando, y llevábamos más de un año de viaje en que la separación, cuando la había era mínima, y de pocos kilometros y siempre para desarrollar actividades  (mientras uno estaba en un festival, el otro dictaba un taller, una dinámica que se daba sola, sin buscarla).

José en plena función a cielo abierto en Misiones, Argentina,

En mi caso, decidí volver solo, y así ir conociendo Perú, Ecuador y pasar rápidamente por Colombia (allí no logré concretar ninguna función), hasta desembocar en la frontera con Venezuela. Queria volver pues se extraña siempre la casa, los libros, la gente, pero tambien para ver qué pasaba en el país. Desde septiembre de 2018 y hasta enero de este año tratamos de entender qué pasaba y de dilucidar lo que pasaría, a su vez realizar actividades ya que el año pasado se cumplian 25 años desde que comencé a transitar el camino del teatro de títeres.

Divine, personaje de El callejon. Mini-eros.

Quizás valga la pena reseñar aquí como empecé, en octubre de 1993, a iniciarme en este oficio de la mano de Telba Carantoña. 25 años después, sentí la necesidad i la ilusión de estar y de presentarme en el mismo lugar donde todo comenzó, el Complejo Cultural Cruz Felipe Iriarte, en mi ciudad natal y sede de nuestro grupo, La Guaira: por diferentes razones, no se concretó una función en ese espacio, sin embargo, y a pesar del clima politico convulso y de la mala situación económica, se logró hacer una trilogia de teatro lambe-lambe, para adolescentes y adultos, en torno al erotismo: “Mini-eros”, junto a Yelitza Gonzales y Lilian Maa´Dhoor, grandes amigas y profesionales. A pesar de las adversidades y el poco tiempo, hicieron sus cajas y se pusieron a concretar este proyecto que pretendia mostrar otros aspectos del tetro lambe-lambe o explorarlo para  seguir investigando y creciendo, una actividad más del Movimiento de teatro Lambe-lambe Venezuela que de nuestro grupo.

‘la república del caballo muerto’

Después de esta trilogía estrenamos otra obra (sí, dos en menos de 2 meses, pero ambos proyectos los teniamos en la cabeza desde mucho tiempo antes, esta ultima ya tenía 4 años de preparación): “la república del caballo muerto” de Roberto Espina, donde Lilian Maa´Dhoor realizó dos de los rostros de esa pieza y Laura de Rokha, para nosotros una de las mejores vestuaristas de títeres de Venezuela, hizo dos trajes. Estas dos actividades sirvieron para celebrar con humildad, sin pompa, sin grandes discursos, pero con cariño y compromiso, mis 25 años de estudio.

Función de Pepe el marinero en la sala tempo en Guanare Venezuela.

Sin embargo, desde el 27 enero de este año volvimos a salir al sur. Argentina, Chile, Brasil y Bolivia eran los destinos, participando en varios festivales y reencontrándonos con amigos muy queridos. Y así se actualiza el estado de este grupo al día de hoy.

Esta semana cumplimos dos meses de estancia en Portugal, (llegamos el 26 de mayo de 2019), a nuevo aire, a nuevo puerto. Desde hace dos meses el grupo vuelve a estar reunido, ambos instalados en Lisboa. En estos dos meses hemos participado en dos Festivales, El FIMO en Ovar y el MIMMOS de Sintra, dos experiencias importantes para nosotros, compromisos a los que asistimos con una de nuestras cajas lambe-lambe. Ha sido una ocasión para tener contacto con varios grupos y reencontrarnos con amigos. Ahora la idea es estar en esta parte del mundo un tiempo sin definir, puede ser un año o veinte, no lo sabemos aún, estamos aprendiendo a movernos en este continente, conocemos a mucha gente, pero aún somos desconocidos para muchos otros, creemos y tenemos compromiso con lo que hacemos, así que como las hormiguitas vamos poco a poco.

lilian Maa´Dhoor con ‘El Cazador Casado’.

Son dos meses apenas, y debemos aprender un montón, es cierto, pero si algo nos gusta es aprender, y tenemos el ánimo de trabajar y construir en conjunto. Así que, aquí estamos.

José Quevedo en Ovar, Portugal.