El Congreso de Unima 2016 corre a una velocidad que no se corresponde con el volumen de actividades que se suceden en tan pocos días, pues si tuviéramos que seguirlas una a una y con la atención suficiente, necesitaríamos dos, tres o incluso más semanas para dar abasto de todas ellas. Este cronista intenta cumplir con sus funciones testificantes aún sabiendo que será imposible dar cuenta de tantos detalles, espectáculos y maravillas, incluyendo los obligados tropezones, que se juntan en tan poco tiempo, como si los escasos cinco días del Congreso tuvieran en su seno potentes imanes que no dejan que nada se escape del tiránico calendario. Sirva este preámbulo para indicar la imposibilidad de dar cuenta de todo lo sucedido, un escollo a todas luces insuperable.
Dicho lo cual, procedemos a informar sobre la penúltima noche titiritera que ayer acogió a la tropa andaluza, siendo la última de las dedicadas a la Península Ibérica, pues la que tendrá lugar hoy, último día del Congreso, estará protagonizada por la delegación francesa, que ha encontrado un hueco donde colarse en este retablo de la Unima mundial.
Antes que nada, hay que decir que en el esfuerzo desplegado participó también la Unima Murcia, la cual estuvo presente por partida doble durante la semana, pues también en la noche catalano-valenciana hizo su gastronómica aportación.
Raul y Alfonso se explican. Raquel Batet traduce al inglés. Foto de T.R.
Andalucía, comunidad ancorada siempre a la izquierda del mapa político, lo demostró ofreciendo la primera parte de su intervención a los dos titiriteros que fueron apresado en Madrid, Raúl y Alfonso, presentes en San Sebastián, quienes tuvieron la oportunidad de explicar con todo lujo de detalles la aventura sufrida durante el carnaval de Madrid, cuando vieron interrumpida su actuación por la policía, que procedió a detenerlos para luego ponerlos entre rejas, acusados ambos de apología del terrorismo (ver info del caso en Titeresante aquí). Un dislate como hacía tiempo no se veía en este país, que maravilló a los delegados internacionales, aunque algunos de ellos, procedentes de países aún más tremebundos en su envilecimiento represor, lo vieron como un conocido déjà vu. Sus palabras fueron escuchadas con suma atención y recibieron al acabar un fuerte aplauso de solidaridad hacia su causa, que esperamos se vea pronto sobreseida.
Los Calvente con el personaje de Rocío Jurado. Foto de Ura Iturralde.
Intervino inmediatamente Ángel Calvente, este gran titiritero de la compañía ‘El Espejo Negro’, quién salió con el personaje de Rocío Jurado, una de sus más logradas cantantes folclóricas, una maravilla de personaje que hizo las delicias del público con sus bromas y provista de una gracia infinita. Manipulando con a su hijo Laín, Calvente protagonizó escenas del más atávico cabaret español, un puro esperpento que la exageración icónica de la marioneta elevó a grados superlativos, para el deleite desternillante del público, sorprendido especialmente el de allende nuestras fronteras por la fuerza de la figura, pues los enteros de desmadre que iba subiendo su actuación eran realmente difíciles de superar.
Foto de Ura Iturralde.
Tras este aperitivo cabaretero, que despertó las hambres de más del público, intervino José Diego Ramírez, de A La Sombrita, de Écija, que encandiló a los presentes con ‘La Tierra se sacude las pulgas’, una de las historias de su espectáculo ‘Cuentos de Pocas Luces’. Un alegato ecológico que para felicidad de todos acabó bien, aunque puso las cosas muy negras, siendo fiel a la realidad de hoy en día, bastante oscura por desgracia. Delicado y sutil, José Diego mostró su dominio de las sombras que él trabaja con procedimientos técnicos de propia factura, siendo uno de los pocos titiriteros del país que utiliza a fondo este lenguaje que juega con la luz y la oscuridad. Arrancó calurosos aplausos, muy solidarios con el encendido mensaje.
Imagen de ‘La Tierra se sacude las pulgas’, de A La Sombrita. Foto de T.R.
A continuación entraron a matar los tres miembros de la Gotera de la Azotea, de Jerez, quienes hicieron un pequeño entremés con títeres de lo más fresco y divertido. Con un Diego Sánchez genial vendiendo melones y un Juanma Benito insuperable con la guitarra y la voz, pronto aparecieron los títeres de la mano de Eva Serna, con escenas hilarantes de mucha frescura andaluza, la propia de estos veteranos titiriteros que en su madurez sacan lo mejor de su arte. Hubo música, canciones y acción, y tras desplegar algunas de sus picantes escenas y recibir los aplausos agradecidos del público, se procedió al picapica preparado por los andaluces, con un vino de Jerez la mar de bueno y de grado alto.
Los de la Gotera en accción. Foto de Ura Iturralde.
A continuación empezó lo que sería una completa velada flamenca, primero con alguna marioneta, concretamente con la hilarante Araceli, la Abuela, del espectáculo La Cabra de los del Espejo Negro, y luego ya directamente con cantantes a plena voz con baile incorporado. Arrancó La Pili -Pili Esteban, cantante y extraordinaria manipuladora presente en la obra ‘Óscar, el niño dormido’-, un torrente de fuerza y temperamento, con unas dotes extraordinarias para las tablas, que entusiasmó tanto detrás del muñeco manipulado por los Valente, como arrancando a solas con varios temas.
Araceli, La Abuela, con los Calvente y la Pili. Foto de T.R,
El cuadro flamenco tuvo los siguientes nombres: además de La Pili, Lian Howarth se encargó de la guitarra, cantaron Ana Barbas y Carmela la Chocolatera, y Marta Balparda puso el baile. Los Calvente, Juan Luís Clavijo, Eva Serna, Diego Sánchez y José Diego Ramírez sirvieron en las palmas, a las que se sumó también una entusiasta Tamiko Onagi, de Unima Japón, incapaz de resistirse al embrujo y al chorro de energía que salían del escenario.
Momento de baile. Foto T.R.
Hubo tanguillos, bulerías, alegrías, sevillanas, tangos y hasta una guajira al final. Un fin de fiesta que superó todas las expectativas de los congresistas internacionales, impresionados y absolutamente entregados a la fuerza y al arte que prodigaron los andaluces. Un fin de fiesta de altísimos vuelos que puso el broche de oro a la sucesión de noches autonómicas, sin duda uno de los aciertos de este Congreso, algo que debemos agradecer a los esforzados titiriteros de las Unimas autonómicas participantes. ¡Felicidades!
Foto de Ura Iturralde.
En una esquina de la sala, el granadino Enrique Lanz, distante y con su reconocida mirada crítica, admirado de las maravillas que contempla, filma impertérrito las imágenes que pasan ante los ojos de cámaras y espectadores, a fín de dejarlas bien archivadas en los anales de la historia titiritera del país.
En posteriores entradas hablaremos de algunos de los espectáculos vistos durante el Festival Mundial de Títeres.