Se inauguró ayer por todo lo alto la exposición Rotas de Polichinelo en el Museu da Marioneta de Lisboa. Pero el acto fue más que una inauguración, ya que tras abrirse el espacio de la Capilla donde están las piezas expuestas, hubo en el claustro del Convento das Bernardas (lugar donde se ubica el Museu) un encuentro alegre y fulgurante de todos los titiriteros que representan hoy a Dom Roberto en Portugal (faltó sólo Joao Costa, uno de los más jóvenes bonecreiros incorporados a la tradición de los Robertos, pero en cambio se sumó al conjunto el Mamulengo de Marcelo Lafontana). Una verdadera fiesta de los Robertos que sirvió de preámbulo a las dos Maratones que tendrán lugar el próximo sábado 5 en el Chiado y en domingo 6 en los jardines de Belém (en ambos casos a partir de las 14:30 de la tarde).

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Primeros asistentes a la exposición.

Debo decir que la exposición impresionó a los que ayer pudieron cruzar el umbral de entrada de la Capilla, donde habitualmente se realizan espectáculos de marionetas. Ver el impresionante espacio de esta pequeña iglesia barroca incrustada en el Convento, presidida por un enorme mapa de Europa donde se indican gráficamente las procedencias de cada personaje, y frente al cual se desplegaba una exhaustiva presencia de las múltiples familias titiriteras que conforman la Europa de Polichinela, emocionó a más de uno.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Arlequino.

Quinientos años de historia europea estaban allí representados, no la historia oficial ni la de la alta cultura, sino la más popular de los pueblos llanos que han acompañado con desgarrados impulsos de libertad y rebeldía la singular evolución de nuestro continente. Toneladas de energía latente y potencial que expresan la vitalidad individualista y de singularización que primero el Renacimiento y siglos más tarde la Ilustración y la Revolución Francesa, transformaron Europa.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
De izquierda a derecha, María José Machado Santos, Idoya Otegui, María Guerrero, Bruno Ghislandi, Enrique Lanz, Yanisbel Martínez y Toni Rumbau.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Guignol, con su alter ego Gnafron.

Cabe decir que en la inauguración estuvieron presentes no sólo la directora del Museu, María José Machado Santos, así como su segunda de a bordo, María Guerrero, acompañadas de todo el elenco de fieles colaboradoras que trabajan en el Museu, sino también Idoya Otegui, directora del TOPIC de Tolosa, donde en otoño de 2013 se presentó la misma exposición, y también Bruno Ghislandi, de Bérgamo, responsable de haber traído los magníficos títeres italianos presentes en la exposición. Igualmente asistieron Enrique Lanz y Yanisbel Martínez, de Etcétera, Granada, quiénes tomaron imágenes del acto y de las representaciones de Robertos, para su documental “El Alma de los Pueblos”. También asistieron Rute Ribeiro y Luís Vieira, directores ambos del festival FIMFA de Lisboa y del CAMa, centro das Artes de la Marioneta.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Robertos de Manuel Rosado.

Tras la abertura de puertas de la exposición, nos trasladamos al claustro del Convento, donde nos esperaban once retablos montados a lo largo del perímetro del hermoso lugar. A un lado, mesas con bebidas y apetitosos canapés, dulces y salados, prometían un alegre solaz a los asistentes.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Títeres a La Planchette de Raul Constante Pereira. Al fondo, los robertos de José Gil.

En el centro del patio, Raul Constante Pereira, de Porto, inició la fiesta con un delicioso baile de dos marionetas “à la planchette”, mientras tocaba una guitarra. Al acabar, Marcelo Lafontana apareció con un ancestral cuerno de llamada, al que hizo sonar con arcaica tesitura.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Retablos de Robertos en el Claustro del Convento das Bernardas.

La respuesta vino al acto: un estruendo de mil demonios estalló en el Claustro: diez lengüetas empezaron a gritar al unísono, y los diez roberteiros  se lanzaron a ejecutar distintas rutinas a la vez. Fueron diez minutos mágicos y hermosos, en los que cada titiritero daba vida a sus robertos según su estilo y cadencia. Allí estaban puestos uno al lado del otro el mismo Raul Constante Pereira, de Porto, el veterano bonecreiro y también investigador Francisco Mota, de Porto, Jorge Soares, de Faro, José Gil, de Alcobaça, autor del libro Teatro Dom Roberto, la joven Sara Henriques, de Porto que pronto se instalará en Montemor-o-Novo, Nuno Correia Pinto, de Albarraque, hoy residente en Cacém, Rui Sosa, de Porto pero residente en Arcozelo, Manuel Costa Dias, de Porto residente en Évora, Sérgio Rolo, de Lisboa instalado hoy en Macau, China, y Vitor Santa-Bárbara, de Lisboa residente en Foros de Amora.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
De izquierda a derecha, los bonecreiros de robertos Manuel Costa Dias, Sérgio Rolo, Francisco Mota, José Gil, Marcelo Lafontana, Sara Henriques, Raul Constante Pereira, Vitor Santa-Bárbara y Jorge Soares. Faltan en la foto Nuno Correia Pinto, Rui Sosa y Joao Costa.

Una extraordinaria vitalidad inundó el Claustro del Convento das Bernardas, energía sonora, gestual y visual, que ponían voz y alma a los títeres quietos de la exposición, como si los bonecreiros portugueses del Dom Roberto hubieran querido unirse en un acto de hermoso hermanamiento con sus parientes de Europa, desde el próximo Don Cristóbal Polichinela hasta los lejanos Petrushka, Mobarak o Karagöz. El Museu se convirtió así en una curiosa caja de resonancia donde las singularidades más preciosas de los pueblos de Europa, que estas tradiciones titiriteras sin duda representan, se juntaran para clamar sus diferencias y por ello mismo sus deseos de convivir y de reconocerse mutuamente.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Muerte colgada. Retablo de Rui Sosa.

Un grito europeo de libertad, de respeto a las singularidades y de deseo de entendimiento fue el extraordinario momento de catarsis titiritera que vivimos los que tuvimos la suerte de asistir al acto.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Idoya Otegui.

Y tras los robertos, los parlanchines mamulengos de Marcelo Lafontana tomaron el relevo para deleitar con sus ocurrencias y sus descaradas picardías al respetable, que a su vez, asaltó los puestos de bebidas y picoteo para calmar la sed y aliviar el espíritu. Cabe decir que este titiritero nacido en Brasil pero de identidad múltiple, pues es tan brasileño como catalán y portugués, y todavía un poco italiano, se puso al público en el bolsillo, encantando a una dama que se acercó a dialogar con los títeres como si los conociera de toda la vida –como en efecto ocurría.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Una dama dialoga con los mamulengos de Marcelo Lafontana.

La fiesta continuó ya por los derroteros habituales de la cháchara, el encuentro mutuo y el comadreo, mientras un impávido Enrique Lanz, cámara en ristre, tomaba nota de lo ocurrido para que quedara del entrañable encuentro el obligado testimonio.

Rotas de Polichinelo, Lisboa, Robertos
Enrique Lanz con su cámara.