(Imagen de ‘Gansel y Gretel’, de La Estrella. Foto compañía)
El Festival de Titelles al Cabanyal, en su V edición, tuvo su momento álgido en la celebración del 27 aniversario de la Sala El Cabanyal, que dirige el Teatro La Estrella. En realidad, se quiso celebrar el 25 aniversario en 2020, pero la Pandemia obligó a aplazarlo, y no ha sido hasta ahora que se ha podido hacerlo, una vez recuperada la normalidad. De ahí que se haya titulado 25 (+2) Aniversario, cifra que coincidió con el número del día, el 27 de mayo de 2022, de la celebración.
También hablaremos de la mesa redonda que se efectuó el domingo en el Teatre El Musical con la participación del historiador Jaume Lloret, Julia Rodriguez (directora del MITA de Albaida), Gonzalo Muñoz de La Tartana, Maite Miralles de La Estrella y Juanma Artigot del Teatre El Musical. Encuentro que tuvo lugar antes de la representación de Rossini en la cocina, de la compañía La Tartana.
Hansel y Gretel, de La Estrella
Quisieron los responsables de La Estrella celebrar este aniversario con una obra emblemática para ellos, Hansel y Gretel, no solo porque fue con la que se abrió la sala en el año 1995, sino porque también fue la primera vez que Maite Miralles tomó la alternativa como titiritera subiendo en un escenario. A partir de entonces, además de dedicarse a la creación plástica de la compañía como anteriormente ya venía haciendo, entró a formar parte junto con su compañero Gabi Fariza y más tarde con su hijo David, del elenco habitual de la compañía.
Antes de empezar la función, Maite Miralles habló del aniversario y dedicó la representación a quien fue su compañero de vida y de arte, Gabi Fariza. El público, puesto en pie, aplaudió con mucho sentimiento.
Y lo ha celebrado, La Estrella, con una particularidad que siempre se agradece en el teatro: acompañándose con dos músicos tocando en directo, Josep Alós en el clarinete y José Jilabert en el piano. En el escenario, dos titiriteras: la veterana Maite Miralles y la joven titiritera Paloma Mc Allister.
La obra es el cuento de los Hermanos Grimm Hansel i Gretel, uno de los más duros y difíciles de endulzar sin traicionar su sentido de cuento tradicional. Una historia que tanto puede dar para una película de terror, como en efecto se ha realizado en varias ocasiones, como para un espectáculo dirigido a los niños.
La Estrella no se amilana en estos casos y gusta coger el toro por los cuernos, como no podría ser de otro modo en una compañía que ha creado obras como El Circo Malvarrosa o su Spanish Show. Claro que lo viste con el lenguaje que le es propio, en el que las dos manipuladoras son también las dos payasas de la compañía, lo que permite moldear la historia dándole tonos más amables y llevaderos, para conectar así con su público.
Podríamos decir que Hansel i Gretel es una de las obras más ’oscuras’ de La Estrella, aunque luego el desenlace se transforme en un alegato en defensa de la naturaleza, a favor de la alegría y con un sello explícito antibelicista, situando al público en el contexto de las preocupaciones contemporáneas más acuciantes.
Brilla de nuevo el gran oficio de Maite Miralles como constructora de personajes y creadora plástica de los decorados, una de las marcas esenciales de la compañía. Igualmente, el sexto sentido dramatúrgico de Gabi Fariza, que supo siempre encontrar los caminos directos de conexión con el público. Seguramente el gran acierto de este Hansel y Gretel es la sabia combinación de estos dos factores: el universo estético-plástico de Maite Miralles, y el saber teatral de Gabi en su pragmatismo escénico.
En la versión que han presentado para su 25 (+2) aniversario, Paloma Mc Allister encarnó esta función de conexión con el público: su energía, presencia y buen hacer garantizaron esta comunicación directa con los espectadores y especialmente con los más pequeños, mientras Maite Miralles, en el otro rol de manipuladora, actuó de sostén de la obra, controlando con mano férrea el a veces difícil manejo de los títeres, a modo de columna vertebral del equipo a dos, encargado de la escenificación.
La puesta en escena, que cuenta con títeres situados en diferentes escalas y que utiliza la técnica de manipulación a la vista, sabe combinar los momentos oscuros con los más luminosos, con personajes como el hada Alegrín, que alumbra de luz, color e inspiración las escenas más oscuras. La misma Bruja malvada, la que tiene encerrados a los dos hermanos, adquiere también luminosidad gracias a su maldad superlativa: lo es tanto que se caricaturiza a sí misma, para risa de los más pequeños y diversión de los mayores.
El resultado es una obra que sabe combinar muy bien la intensidad dramática con el componente divertido y alocado que debe tener todo espectáculo para niños, especialmente si es con títeres, , con una plástica muy trabajada y una interpretación eficaz y segura. El añadido de la música en directo, más que un complemento, constituye una parte esencial que contribuye a dar profundidad y el clima adecuado a las diferentes escenas.
La Sala Cabanyal de La Estrella pudo celebrar su 25 (+2) aniversario con una propuesta de lujo, con una platea abarrotada de incondicionales que supieron valorar muy bien lo que allí se daba. Un rito de rejuvenecimiento indispensable para afrontar otros 25 años de labor titiritera en El Cabanyal.
Mesa redonda, presentación de El Centro del Títere de Alcorcón en el Encuentro Profesional
El domingo 29 de mayo por la tarde tuvo lugar en el Teatro El Musical, en el también valenciano barrio de El Cabanyal, un programa doble que tuvo a la histórica compañía de Madrid La Tartana de protagonista.
En primer lugar, se desarrolló en uno de los salones de El Teatro El Musical una mesa redonda de temática titiritera titulada “Els titelles en l’actualitat”, con los siguientes participantes: el historiador Jaume Lloret, Julia Rodriguez (MITA de Albaida), Gonzalo Múñoz de La Tartana, Maite Miralles de La Estrella y Juanma Artigot del Teatre El Musical.
Como puede seguirse en el vídeo que se grabó del acto, las diferentes intervenciones permitieron mostrar una buena radiografía del momento titiritero no solo en el País Valencià, sino también en el resto del país, con la presentación del nuevo proyecto de La Tartana El Centro del Títere de Alcorcón.
Jaume Lloret, el gran historiador de los títeres valencianos, que en el año 2019 presentó su brillante libro sobre la materia (ver aquí), situó la realidad del teatro de títeres en la Comunidad Valenciana, haciendo hincapié en los grande cambios que se vivieron en los años 70 y 80 del siglo XX que revolucionaron las formas tradicionales del género. Habló antes del Belén del Tirisiti, una verdadera joya del patrimonio titiritero en Valencia, así como sobre los títeres populares de los gigantes y cabezudos y otras formas que se encuentran dispersas en la cultura popular. Explicó como ya en 1910 hubo intentos de introducir en Valencia el títere en la Escuela. Igualmente comentó la aportación valenciana al mundo de la ventriloquía, con la figura estelar de Paco Sanz. Hizo un repaso de las iniciativas privadas del teatro de títeres desde los años ochenta para adelante. Hoy, puede decirse que Valencia cuenta con un ecosistema muy rico en lo que se refiere a los títeres, con buenos teatros, excelentes compañías e incluso un museo. No olvidó el capítulo de las carencias, con esta insuficiente participación de los autores de teatro en la escritura de obras para marionetas u objetos. Destacó el factor de innovación que hoy tienen muchas compañías, con el llamado teatro visual y de objetos. Por otra parte, habló de la importancia que tiene el cine de animación realizado con títeres en la ciudad de Valencia, con artistas de una gran categoría.
Sobre el Museu, el MITA de Albaida (Museu Internacional de Titelles d’Albaida), habló su actual directora, Julia Rodríguez, quien explicó las actividades que se llevan a cabo en el Museu, sus talleres, programas de visitas, captación de nuevas piezas, conservación de las mismas, etc. Hizo hincapié en la importancia que tiene el aspecto patrimonial en el sector de los títeres, al ser un tipo de teatro que no solo produce espectáculos, sino que los mismos personajes son obras plásticas que muchas veces necesitan ser conservadas. Explicó que al depender de un ayuntamiento de una ciudad de 5000 habitantes como es Albaida, el Museu no dispone de un presupuesto adecuado para todo lo que se podría hacer. Pero aún así, habló de los Cuadernos dedicados a los niños que se ha empezado a publicar, así como los talleres de Stop Motion de cine de animación que se hacen con los niños, de modo que su práctica se está generalizando entre los infantes del pueblo.
Maite Miralles situó su actividad como compañía y como empresarios teatrales, al tener dos salas activas en la ciudad de Valencia, la Sala La Petxina y la Sala El Cabanyal. Una lucha que tuvo sus momentos álgidos durante los procesos de recuperación del barrio, ante la ofensiva que sufrió por parte del Ayuntamiento. Actualmente, lo importante es consolidar las posiciones conseguidas, luchando para garantizar un futuro más seguro para el sector.
Gonzalo Muñoz, hijo de Juan Muñoz, fundador de La Tartana y actual director de la compañía junto a sus hijos Juan y Elena, explicó el proyecto que han creado en Alcorcón, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad, del llamado Centro del Títere (ver aquí), un lugar polivalente que exhibe espectáculos, cuenta con un museo, presenta exposiciones temporales, tiene un centro de documentación y archivo, convoca residencias, y tiene una Escuela con cursos de dos años de formación titiritera integral, para formar a futuros profesionales del sector. Un proyecto que viene de muy lejos en este empeño de abrir un lugar dedicado al Títere, algo que ya estaba en la mente de Juan Muñoz desde hace tiempo.
La labor pedagógica del Centro del Títere se iniciará el próximo curso en septiembre. Vean más información aquí.
Juanma Artigot, que ejerció de moderador, presentó la programación del Teatre El Musical de la cual es responsable. Un teatro muy abierto al barrio y comprometido con el sector titiritero a través de sus programaciones para público familiar y adulto.
Quizás aún más interesante fue el debate que se abrió después entre los participantes y los espectadores que habían acudido a la reunión y que preguntaron sobre el futuro del teatro de títeres. Los especialistas mostraron su optimismo sobre el mismo, a pesar de las carencias que todavía existen. Tanto Miralles, como Lloret y González, mostraron la actual abertura del género y el enorme interés que está despertando en las jóvenes generaciones de artistas. Como dijo Miralles, los estudiantes actuales de Bellas Artes entienden perfectamente las posibilidades expresivas que tienen los títeres y la figuración escultórica en general, algo que es nuevo, pues antes no existía.
El espectáculo: Rossini en la cocina
Acabada la mesa redonda, empezó la representación de la obra de La Tartana Rossini en la cocina. Se trata de una divertida obra de títeres y actor a través de la obra musical de Rossini, en la que se va descubriendo al músico y a la persona con sus dos grandes pasiones: la música y la comida.
Con la interpretación estelar del actor Esteban Picó en el papel de Rossini, y los dos manipuladores de la compañía Carlos Cazalilla y Edaín Caballero, vemos a través de la cocina de Rossini cómo los acontecimientos que le van sucediendo al genial compositor van cambiando sus estados emocionales y cómo esto influye en sus platos y partituras.
Con autoría de Juan Muñoz e Inés Maroto, quienes también firman la construcción de los títeres, la escenografía y la dirección, y diseño sonoro de Gonzalo Muñoz, la obra es un acercamiento de la música clásica al público infantil con objetos y títeres de todos los tamaños y técnicas, donde se puede degustar la música de primer plato, la cocina de segundo, mientras se deja para el postre descubrir… ’su amor secreto’.
La obra muestra el sello inconfundible de calidad, oficio y buen hacer de la histórica compañía La Tartana, en esa divertida e inocente recreación de la entrega y la pasión de Rossini como músico y cocinero.