(Taller con niños en el Claustro del Museu da Marioneta de Lisboa. Foto Museu)

El boletín Noticias da Marioneta que edita el Museu da Marioneta de Lisboa dedica su cuarta edición al Convento das Bernadas, sede del Museu, un edificio singular que ha cruzado los siglos al vaivén de los dramáticos episodios de la Historia hasta llegar a convertirse en una casa para las Artes de la Marioneta. Una atención que responde al deseo de participar en las actuales Jornadas Europeas del Patrimonio y en la Trienal de Arquitectura que se celebra en Lisboa.

Fachada principal del Convento en 1969. En esta altura, cerca de 500 personas vivían en el edificio. Foto de João Hermes Goulart / Archivo fotográfico municipal de Lisboa

Como dice su directora Ana Paula Rebelo Correia en la introducción del NM 4: El Museu da Marioneta, instalado en un edificio que fue inicialmente un monasterio de religiosas Bernardas Descalzas y un espacio de clausura, es hoy un local de encuentros por el que pasan personas de las más variadas edades, formación y origen.

Es tan interesante el recorrido seguido por el edificio y los cambios habidos tanto en su perfil arquitectónico como humano, que hemos decidido traducir al castellano el pequeño resumen que publica el NM 4 sobre el mismo. Dice así:

Izquierda: el altar mayor de la Capilla del Convento en 1992 (Archivo fotográfico Municipal de Lisboa). Derecha: la Capilla hoy: auditorio y espacio escénico. Foto Museu

Fundado en 1654 e inmediatamente vinculado al inusual milagro que habría curado al rey João IV de un hormigueo que sintió en un brazo (y que desapareció de repente, en el momento en que firmó la licencia para la construcción), el monasterio, consagrado a Nuestra Señora de Nazaré, es cerrado a clausura dos años después con tres religiosas llegadas de Évora.

El claustro del monasterio en 1992. Cerca de 100 familias habitaban en el lugar.
Archivo Fotográfico Municipal de Lisboa

Al comienzo del siglo XVIII ya vivían aquí 47 monjas. No han llegado a nuestros días imágenes de la iglesia, tal como era en aquel momento, pero la descripción de 1706 (publicada por el Ayuntamiento de Lisboa en 1972, Historia de los Monasterios, Conventos y Casas Religiosas de Lisboa, Tomo II) nos permite imaginar los retablos de talla dorada, los azulejos ‘adamascados’, la pintura en el techo de la capilla mayor, ‘com hum brutesco ao moderno, de mininos, serafins e flores’ o un coro con ‘sincoenta e sete cadeyras lavradas com muyto primor, em madeyra de angelim ‘.También sabemos que había seis dormitorios. y que, para ‘mayor aseyo’ todos tenían sillares de azulejo, algo que no existía en las celdas de ningún otro convento de la ciudad. Medio siglo después de esta descripción, el terremoto de 1755 destruiría prácticamente todo el edificio, comenzando su reconstrucción tres años más tarde. La extinción de las órdenes religiosas, en 1832, marca el abandono progresivo del espacio durante más de 150 años.

El claustro después de la restauración. En la parte superior, siguen habitando algunas familias. Foto Museu

A partir de ese momento, el antiguo convento se convirtió progresivamente en un refugio de experiencias profanas, acogiendo colegios, una sala de cine (el Cine-Esperança inaugurado en 1924), una filarmónica, un almacén de muebles con taller de restauración y, sobre todo, numerosos familias que vinieron de fuera de Lisboa para trabajar en el Tajo y que aquí encontraron un lugar de residencia.

Grupo participante de las marchas populares de la Madragõa (marchas populares realizadas en muchos barrios de Lisboa durante la festividad de San Antonio, en el mes de junio). Años 60 / Fotografía cedida por Teresa Duarte

En el primer tercio del siglo XX, alrededor de 700 personas, en condiciones de gran precariedad, habitaron el espacio baldío del antiguo convento. Iglesia, celdas, claustro, se transformaron progresivamente en un pequeño barrio dentro del barrio de Madragõa. En 1998, el Ayuntamiento adquiere el edificio e inicia un proyecto de rehabilitación total que se completa en 2001, año en el que se instaló aquí el Museu da Marioneta.

Interior del Museu. Sala de las marionetas europeas. Foto Museu

Entrevista a Isabel Barros y otras noticias

El NM 4 dedica la segunda parte de su contenido a una interesante entrevista a Isabel Barros, directora artística de la compañía Marionetas do Porto y del Museu das Marionetas do Porto. Isabel Barros, bailarina, coreógrafa y directora de teatro, conoce bien el mundo de los títeres al haber sido la compañera de vida y de teatro de João Paulo Cardoso.

Isabel Barros en el Museu das Marionetas do Porto. Fotografía de Filipa Camacho. Archivo Museu da Marioneta

En la entrevista, además de exponer su concepción del teatro de marionetas como un lenguaje abocado a la hibridación de las artes escénicas, se habla de la obra Na Floresta, producción de la cia. Marionetas do Porto, que en el mes de octubre se presentará en el Museu.

Para leer la entrevista entera y las demás noticias del NM 4, pueden bajarlo clicando aquí.