(Pelegrín con Julia Juárez)

Saludo a Don Cristóbal, el andaluz, primo del Bululú gallego y cuñado de la Tía Norica de Cádiz, hermano de MonsieurGuignol de París, y tío de Don Arlequín de Bérgamo, como a uno de los personajes donde sigue pura la vieja esencia del teatro.

 Federico García Lorca

Para Teatro Arbolé hablar de Pelegrín es hablar de nuestra historia, son más de 4.000 las representaciones que este personaje popular ha protagonizado con la compañía, ha viajado por medio mundo y sigue siendo un personaje vivo.

Pelegrín manjando la cachiporra.

Sabemos que son más de 800.000 los espectadores que lo han visto en los escenarios durante estos 35 años que lleva con nosotros.

Pelegrín con Iñaki Juárez.

Las Aventuras de Pelegrín continúan. Esta es su historia:

Pelegrín con Pablo Girón.

Desde la primavera de 1983 Pelegrín comparte andanzas con nuestra Compañía.

Pelegrín con Javier Aranda.

Él ha protagonizado una buena parte de los espectáculos que Arbolé ha dirigido a los niños, que han correspondido a esta dedicación con lo mejor que podían hacer: salvándolo del olvido.

Pelegrín con Alicia Juárez.

La recuperación de Pelegrín como personaje tradicional del teatro de títeres es más obra suya que nuestra. Nosotros supimos de él hace ya unos años en un pueblo de la Navarra oriental. Quién nos lo “presentó”, dijo haberlo conocido por los vecinos valles aragoneses. El lugar de su aparición, y su propio nombre, Pelegrín, nos hace suponer que fue en el trazado aragonés del Camino de Santiago donde nació o, al menos, donde se quedó.

Pelegrín con Esteban Villarrocha Ardisa.

Muchos miles de niños de ahora conocen ya a este personaje, al que muchos conocieron en el pasado, y esperamos que en el futuro también muchos niños sigan disfrutando de las aventuras, las desventuras, el ingenio, la torpeza, el valor, el miedo, las verdades y las mentiras de este viejo héroe del teatro de títeres más popular. Ahora que Pelegrín ha vuelto queremos que se quede.

SU HISTORIA

No existe unanimidad en cuanto a los orígenes de este popular personaje. Si para algunos estudiosos el linaje de Pelegrín procede del legendario rey Peleo, otros asocian el nombre con peregrino, el que va de un lado a otro, o con tener ideas «pelegrinas».Pelegrín en una cueva levantina del Neolítico.

Aunque existen antiguas representaciones del intrépido Pelegrín que nos lo sitúan en los albores de la Historia, no tenemos noticia escrita de este personaje hasta el siglo XVII. En la famosa crónica del Ingenioso Hidalgo Don Quijote aparece en una representación de títeres de un tal Maese Pedro, dando cuenta de los amores de Melisendra, hija de Carlomagno, en la ciudad que ahora se llama Zaragoza entonces Sansueña.

Pelegrín naipe.

Pelegrín viaja en esa época por toda Europa, compartiendo escenario con Polichinela en Italia, Guiñol en París y con Punch y Judy en Londres, donde conocerá al mismísimo Shakespeare, que le hará un homenaje en El sueño de una noche de verano con su personaje Puck (diminutivo de Pelegrín).

Pelegrín en compañía de Punch and Judy.

La popularidad de Pelegrín llega a la corte en el siglo XIX. Carlos IV encargó un cuadro de nuestro personaje a su pintor de cámara Goya, aficionado a los juegos de feria y a los títeres.

Pelegrín pintado por Goya como el Pelele.

Por entonces, Pelegrín ya era conocido en toda Europa por sus obras o por las aportaciones de sus familiares: el fabricante de colonias P. Legrain, el famoso cuentista Pelle (uno de los hermanos Grimm). Grandes músicos le dedicarán sus obras como el Peer Gynt de Grieg.

Pelegrín con Lorca y Buñuel.

Comparte tertulias y cafés con los escritores e intelectuales de principios del siglo XX. Con Lorca viajará hasta la Argentina para divulgar el teatro de cachiporra en aquel país. Allí conoce a Javier Villafañe el célebre titiritero, fundador de La Andariega y autor de La calle de los fantasmas.

Pelegrín y Javier Villafañe.

Unos años más tarde viaja a Nueva York donde conoce a Jim Henson, creador de los Teleñecos, de Epi, Blas, Coco, Peggy y la rana Gustavo a la que le unirá una gran amistad.

Pelegrín y la Rana Gustavo.

Pelegrín conocerá a los titiriteros del Teatro Arbolé en los años ochenta. La proximidad de puntos de vista y carácter con este grupo será el principio de una relación profesional y de amistad que llegará hasta nuestros días y de la que surgirán numerosas obras para muñecos y donde Pelegrín hará y deshará mil y un entuertos.

Guiñol presenta la función en la Plaza de los Sitios de Zaragoza.

La popularidad de Pelegrín ha conseguido que algunos colectivos ciudadanos lo hayan propuesto incorporar a los celebres cabezudos zaragozanos junto al «Morico», «La Pilara», el Robaculeros» y otros entrañables personajes.

Pelegrín como cabezudo.

“La cachiporra golpea en la mente, y ésta se aclara. Desaparecen las nubes que enturbian la consciencia, despeja el flujo interseccionista de la percepción, excita las hormonas del deseo, despierta viejos lenguajes olvidados de comunicación. Puede golpear a estacazo limpio, y puede hacerlo a golpecitos cual varita mágica provista de electricidad telúrica. Los efectos serán diferentes, pero notorios, interesantes y duraderos. Cuando golpea, todo vuelve a su sitio, las distancias se reducen al mínimo, lo separado se junta, las máscaras caen, el tiempo abandona sus abstracciones de presente, pasado y futuro, y se hace carne viva, piedra quieta, rama movida por el viento. El conocimiento amanece con la luz natural del día. A cada estacazo, se ilumina una nueva bombilla”

Toni Rumbau

Blasón de Pelegrín.