Paco Ortega. Foto Mas Mastral
Se estreno el 4 de noviembre de 2025 en la sala pequeña de La Fàbrica, Teatres del Farró, en Barcelona, la obra La tarde que llegaron los Beatles, un texto escrito e interpretado por el conocido actor aragonés Paco Ortega, con dirección de Rafel Campos, y que estará en cartelera hasta el domingo 16 de noviembre. Una producción de Teatro del Espejo.
Una obra que por el título y la edad provecta del autor e intérprete ya de entrada toma tintes de autobiográfico, lo que siempre es de agradecer. En efecto, nada agrada tanto a los espectadores amantes y viciosos del teatro que ver a una persona del oficio teatral en el escenario contándonos lo que ha sido su vida, o algún aspecto de ella que lo ha marcado, a él y por ende a la generación que representa.

Pues qué duda cabe que la irrupción de los Beatles en las sociedades occidentales y de rebote en las mundiales, ha sido uno de los acontecimientos que introdujo toda una nueva manera de hacer, escuchar, sentir y bailar la música. No fueron los únicos, por supuesto, pero si uno de los que más notoriedad alcanzaron.
Hemos dicho autobiográfico, pero en realidad Paco Ortega interpone entre él y los Beatles la figura de Carlos Izquierdo, una especie de alter ego del autor-actor que le permite reflejarse con la libertad de todos los añadidos, máscaras y fabulaciones que han acudido como lapas para agarrarse a la piel del personaje ficticio pero real. Real porqué allí está en su interior Paco Ortega para afirmarlo y defenderlo. Una identificación entre ambos que debe ser también muy real, dada la cómoda naturalidad con la que el actor se hace con su doble.

Foto compañía
En verdad, el mismo personaje ya apareció en su anterior obra, Yo estuve allí, mi vida con George Harrison, estrenada en abril de 2021 en el Teatro de la Estaciónde Zaragoza, y que pudo verse en Barcelona en el Teatre La Gleva.
Y ya de entrada constatamos el enorme oficio teatral que desvela Ortega al presentarse en el escenario casi a palo seco: una silla, una maletita y una pelota. Y un mundo de detalles y objetos fetichistas, que vemos solo con la imaginación y con la palabra del actor, que permiten explicar una época y sus grandes cambios inherentes sin recurrir a frases desmedidas. Una humildad pues de partida en la misma forma de explicarnos una época y una vida, que creo es el gran logro de la obra.

Foto Mas Mastral
Así nos lo dice el uso de la pelota, el único objeto importante visible, a su vez insignificante y que, sin embargo, en la historia que se cuenta adquiere un protagonismo indirecto pero rotundo, pues por algo ella empieza y acaba la obra. Y dentro de la maleta algunos objetos fetiche, como determinados discos de vinilo, fotografías, recortes de periódico…
Es como si los Beatles fuera el espejo a través del cual vemos transcurrir la vida del protagonista en paralelo a la de los cuatro intérpretes del grupo británico, cuyas vicisitudes se confunden con las de Carlos Izquierdo. Los 25 años de paz de la España franquista y su represión, más las convulsiones sociales en Europa y el mundo: guerra del Vietnam, llegada del hombre a la luna, asesinato del presidente de los Estados Unidos… Y momentos clave de su vida, la irrupción de las chicas, la primera novia, la muerte de su abuela Carmen, …
Aquí los Beatles se ofrecen como un espejo colectivo en el que Carlos Izquierdo se siente pertenecer al mundo, un espejo-relato que le insufla entusiasmo, pasión, un cojín donde apoyar la cabeza y contemplar desde él las cosas extrañas que suceden en el mundo, tan lejanas a él y a los demás, y a su vez, tan cercanas…
Un monólogo trufado de diálogos con los distintos miembros de los Beatles, que se le van apareciendo en sueños a Carlos, y con los que mantiene largas conversaciones, pues se reconocen de haber soñado juntos miles de veces a lo largo de los años.

Foto compañía
Hasta llegar a la pandemia de la COVID’19, cuando el personaje entra en un hospital para acabar allí con su aventura vital. Siempre los Beatles acompañándolo, soñando con ellos, oyendo sus músicas, hurgando en todos los detalles de sus vidas…
De todo ello habla La tarde que llegaron los Beatles, un ejercicio de memoria colectiva de una generación desde la humildad de los objetos y los detalles a veces insignificantes pero trascendentes para el personaje, y por ello mismo profundamente emotivos, capaces de cruzar la cuarta pared del teatro y situar a los espectadores en parecida tesitura, tanto si son forofos de los Beatles como ajenos a su música. Un espejo que nos llegó a todos y a todos marcó.
Un trabajo impecable de Paco Ortega y el director Rafel Campos, que corona la trayectoria impresionante de una compañía, Teatro del Espejo, empeñada en hacer teatro del bueno con los mínimos elementos. No perdérselo.