(Fachada del Teatro Alkázar de Plasencia. Foto Ayuntamiento)

Ha tenido lugar en la ciudad extremeña de Plasencia, en la provincia de Cáceres, los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre de 2025, el 24º Congreso anual de Unima Federación España, el segundo convocado por la nueva Junta elegida hace dos años, con las siguientes personas: presidente Paco Paricio, secretaria Ana Morcillo, tesorera Patri Toral y secretaria técnica Pilar Abal. Se ha encargado de la organización Unima Extremadura, en las personas de Damiana Puglia Padilla y Fernanda Cáceres, de la compañía Soldenoche.

Hay que decir que el trabajo de Fernanda y Damiana ha sido más que impecable, con una entrega total a los compañeros llegados de toda España, y habiendo planificado una logística del encuentro donde prácticamente todo estaba previsto y bien preparado. Hubo encuentros, los programados y los fortuitos, comidas memorables, paseos por la ciudad, visita a lugares emblemáticos, y un largo etcétera que satisfizo enormemente a los participantes de Congreso.

En esta primera crónica hablaremos de Plasencia, del Centro Cultural Las Claras y de los espectáculos vistos en el Teatro Alkázar: Pinocho y El Prínci-Pato. En la segunda crónica hablaremos de la Asamblea, del Homenaje a Julia Gimaré y de la compañía Soldenoche.

El Centro Cultural Las Claras

Este fue el lugar elegido para los encuentros y las reuniones de Unima Federación.

Sala noble donde se celebró el Congreso. En la mesa, de izquierda a derecha: Pilar Abal, Patri Toral, Ana Morcillo y Paco Paricio. Foto T.R.

Se trata de un antiguo convento ubicado entre la calle Santa Clara, al sur y la de Trujillo, al norte. Tras los procesos desamortizadores, producida la exclaustración de sus religiosas en 1836, no pudo reanudarse la vida conventual al no contar con número suficiente de monjas. La estructura básica de su planta se conserva, prácticamente, en su totalidad. Fue fundado en 1475 por el bachiller Alonso Ruiz de Camargo y su primera mujer, Sevilla López de Carvajal. Sostenido económicamente por los Reyes Católicos desde 1488, recibió en 1495 una casa contigua al convento que perteneció a judíos.

La sala donde se desarrolló el Congreso está situada en la planta baja del edificio, un elegante espacio con techumbre en forma de alfarje, cubriendo un espacio rectangular de 12 x 60. Supimos también que en la planta superior había otra sala, que no se utilizó, con una gran cubierta de madera en forma de artesa sobre un espacio de 20 x 6m.

Comidas y paseos

El restaurante donde los participantes al Congreso hemos comido y cenado cada día ha sido el Restaurante Mercado Bar, situado en la misma calle Santa Clara a dos pasos del Centro Cultural Las Claras. Un lugar especializado en cocina extremeña, y con fama de ser uno de los mejores de la ciudad.

Fachada de la Catedral Vieja, inconclusa. Foto T.R.

Plasencia asombró a quienes no la conocían, como es mi caso, pues nunca había estado en ella. Ideal para un encuentro de este tipo, al disponer de una parte histórica que podía recorrerse a pie en poco tiempo, con lo que las distancias eran cortas y muy agradables de transitar.

Fachada plateresca de la Catedral Nueva, también inclonclusa. Foto T.R.

La razón es la permanencia en el tiempo de su estructura básica medieval, con una organización de tipo radial pues las calles principales parten todas del centro ocupado por la bonita Plaza Mayor, allí donde se encuentra el Ayuntamiento y multitud de bares y restaurantes presentes para satisfacer las necesidades de los ciudadanos, siempre ansiosos de satisfacer gulas y apetitos, mediante profusión de elixires líquidos y culinarios.  

Tres elegantes trajes típicos extremenos. Museo Etnográfico Textil de Plasencia. Foto T.R.

En cuanto a las dos representaciones que pudimos ver, ambas se produjeron en el elegante Teatro Alkázar de Plasencia. Consiste este en un teatro de corte clásico de finales del siglo XIX dividido en plateas laterales, patio de butaca, anfiteatro y gallinero o paraíso, superando en total las 740 butacas.

Interior del Teatro Alkázar. Foto Ayuntamiento

Su programación oferta una amplia variedad de espectáculos de artes escénicas divididas en dos temporadas, de enero a junio y de septiembre a diciembre. Gracias a la profunda reforma realizada por el Ayuntamiento entre 1995 y 1999, el Alkázar de Plasencia es hoy uno de los mejores espacios escénicos de la región.

El Abuelo Mayorga

Allí sigue en su puesto junto a la campana que corona la torre renacentista del Ayuntamiento, sito en la Plaza Mayor. Consiste en una figura de un señor de unos dos metros de alto con un peso de 85 kilos que, a modo de autómata, se encarga de marcar las horas golpeando la campana cuando así lo manda el mecanismo de relojería que mueve su brazo.

Pero ¡ay!, nunca todo es perfecto: resulta que desde hace un tiempo la campana repica, pero el Abuelo Mayorga no se mueve, pues al parecer se le estropeó (o se le escamoteó) la mecánica interior de su quehacer diario. Habrá que esperar que los responsables municipales encuentren el tiempo en buscar un relojero restaurador capaz de volverlo a poner en marcha.

Fachada renacentista del Ayuntamiento de Plansecia, con el Abuelo Mayorga a la izquierda. Foto T.R.

Según indica el blog ‘Escapada Rural’ (ver aquí), en el artículo de Carmen López titulado ‘Plasencia, la ciudad medieval en la que el Abuelo da las campanadas’ (ver aquí):

No es una figura nueva, ni mucho menos. De hecho, es tan antigua que sus orígenes no se conocen a ciencia cierta como tampoco los de la máquina que regenta. Por primera vez, en el año 1573, Luis de Toro hizo referencia al reloj de la capital oficiosa de la parte superior de Extremadura en su escrito Descripción de la Ciudad y Obispado de Plasencia.

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Lo que sí se conoce es que el abuelo ha aparecido y desaparecido en varias ocasiones y por diversos motivos. Al fin y al cabo, ha visto pasar muchas cosas desde su atalaya: cuatro siglos dan para mucho.

El Abuelo Mayorga frente a la campana. Foto T.R.

En 1743 se sustituyó al original –el que no se sabe cuándo apareció– por otro nuevo, debido a su deterioro. Este sobrevivió hasta 1811, cuando la torre del Ayuntamiento fue derribada durante la Guerra de la Independencia. El abuelo fue colocado de nuevo en 1935, pero pesaba tanto que retrasaba el reloj, así que en 1936 ya le habían bajado de nuevo (y claro, la Guerra Civil también influyó).

Hace dos años (en 2018), se remozó la figura aplicándole una nueva capa de pintura, que hizo que la ropa representase mejor los colores de la bandera de Plasencia. Así, ahora el autómata “hace que toca” las campanas del Ayuntamiento con un ánimo más colorido. Y cuando estas suenan se puede ver a muchos (no solo niños) mirando atentamente la labor de ese abuelo que ha vivido tanto.

Nos gustaría pensar que en nuestra próxima visita a Plasencia, el Abuelo Mayorga haya despertado de su letargo y lo veamos activo con su martillo mecánico repicando las horas en la torre municipal de la Plaza Mayor.

Espectáculos en el Teatro Alkázar: Pinocho y el Princi-Pato.

Siempre es grato que en los Congresos de la Unima los participantes puedan ver algún espectáculo, ya sea programado directamente por la organización del Festival, ya sea aprovechando algunos de los que figuran en la programación municipal.

Así ocurrió en esta ocasión. Pudimos ver el viernes día 31 por la tarde la obra Pinocho de la compañía Maltravieso de Cáceres, una versión de la clásica historia de Collodi planteada como un pequeño musical, y representada con marionetas, máscaras y luz negra.

Fue interpretada por los actores Luís Prieto, Máximo leal y Ana Báez, y contó con la dirección de Isidro Timón y música de Lorenzo González. Un buen ejercicio de poner en formato de musical la historia del muñeco de madera que quiere ser un niño de verdad, y que lo consigue gracias a la Hada que lo amadrina. Las canciones, muy bien trabajadas, atraparon al público, que las acabaron coreando con palmas.

Escena de Pinocho. Foto compañía

La compañía cumplió con su función de entretener a los más pequeños y a sus acompañantes, que acogieron a los simpáticos actores con muchos aplausos.

Interesante el nombre de la compañía, que hace referencia a la Cueva de Maltravieso situada en la ciudad de Cáceres, donde se encuentran pinturas rupestres de más de 60.000 años de antigüedad, destacando las manos impresas en la roca de quienes se supone fueron Neandertales.

El domingo 2 de noviembre, a las 13h, el Teatro Alakrán acogió a la segunda compañía, Panduro/Marmore Producciones, de Portugal, aunque la mayoría de sus integrantes viven en Cáceres, que presentaron el espectáculo El Princi-Pato o el Príncipe Envidioso.

La actriz Ana García con dos marionetas. Foto compañía

Una obra que llegaba muy premiada, pues entre otros recibió en el 2019 el Premio al Mejor Espectáculo en el Parque de las Marionetas de Zaragoza. Con dirección de Ález Díaz, fue interpretado por las dos magníficas actrices Ana García y Sol Díaz.

Destacaron sus magníficas voces, con una dicción tan natural como impecable, sin los dejes que a veces usan los actores cuando se dirigen al público familiar e infantil. La historia, por otra parte, es perfecta para los niños y para los mayores, especialmente en esta época donde parece que la fuerza del más fuerte y del poderoso busca imponerse sin contrapoder alguno. Los espectadores aplaudieron con muchas ganas.