(Imagen de A Manos Libres. Foto Jesús M. Atienza)

Estuvimos el fin de semana en Barcelona, haciendo El Fado de Ulises en el Festival de Putxinel.lis en la Sala La Puntual. En la primera función tuvimos la agradable visita de Toni Rumbau.

Conocía a Toni por sus preciosos relatos de los muchos espectáculos de títeres que ve. Sus crónicas en Titeresante son un constante estímulo para llevar espectadores al teatro. Yo no las llamaría críticas, sino comentarios, siempre rescatando lo positivo. Al finalizar nuestra función, nos comentó que esa noche actuaria y no dudamos en ir a verlo.

Foto Jesús M. Atienza

Bella sorpresa. Asistimos a un espectáculo fino, sutil, delicado y al mismo tiempo profundo y con mucho sentido del humor. Sobre ejes temáticos fuertes, las relaciones humanas, la gestación, el aprendizaje, la vida y la muerte, Toni va desplegando un sinfín de recursos «titiriteros», con un toque tradicional y al mismo tiempo muy contemporáneo.

El espectáculo A Manos Libres se deja ver, saborear, disfrutar. Te invita a entrar en el mundo de los sueños de Toni, te sorprende por la plasticidad, belleza y efectividad de las imágenes. Toni alterna los títeres de guantes con sus propias manos y las sombras, crea universos oníricos sin dejar de contar historias que tocan el corazón.

Foto Jesús M. Atienza

Un espectáculo impactante por su síntesis, tremendamente poético, que deja una sensación de paz y alegría y convida a la reflexión.

Toni es un artista con muchos años de palco. Se nota. Su seguridad, su ritmo, la elección de los recursos, el juego de luz y sombra.

Foto Rebecca Simpson

Y al final, después de recibir los aplausos, abre las puertas de su teatrino para mostrar todos los recursos. Eso es un acto de entrega y humildad. Explica todo, como un maestro que no se quiere quedar con ningún secreto para él. Abre el corazón y su mundo que, sin perder la magia y el encanto, nos vuelve a sorprender. Todos agradecidos. Que suerte que vino a vernos, sino no hubiéramos sabido del espectáculo y no hubiéramos ido a ver esta maravilla.

¡Palmas también al director Eudald Ferré, que supo ordenar las manos inquietas de Toni Rumbau!