(Exposición sobre Luís Fontanet en el Marionetàrium. Foto Pilar Gálvez)

La compañía Herta Frankel, del Marionetàrium del Tibidabo de Barcelona, presenta este verano una nueva exposición y un nuevo espectáculo: la dedicada a Luis Fontanet, el gran constructor catalán de marionetas que fue el primero en entrar en contacto con Herta frankel y la compañía de los Vieneses, y la obra titulada Cabrioles de fil, que podríamos traducir por Piruetas de Hilo.

Cabrioles de Fil, un festín de marionetas

Quien quiera este verano disfrutar de un buen festín de marionetas, la especialidad titiritera del hilo, podrá deleitarse acudiendo al Tibidabo y presenciando una de las múltiples sesiones que ofrece el teatrillo del Marionetarium con la puesta en escena de algunas de las obras maestras de la marionetista Herta Frankel, que con tanto acierto dirigen Piar Gálvez y Ferran Gómez.

Harpo Marx, marioneta construída por Luís Fontanet. Foto Marionetàrium Herta Frankel

Los personajes que actúan en Cabrioles de Fil provienen la mayoría del legado histórico de Herta Frankel, restauradas y siempre listas para actuar a cargo de los dos maestros constructores de la compañía, Ferran Gómez y Oriol Pont, y movidas por el equipo del Marionetárium: el propio Oriol Pont, Litus Codina, Òscar Gallart, Germán Lamuedra y Candela Lloveras, el diseñador y escenógrafo Enrique Conde, mientras Pili Gálvez también manipula y controla las luces.

El presentador Julio Jaleo. Marioneta de Ferran Gómez. Foto Marionetàrium Herta Frankel

Son piezas que brillan por su preciosa factura y la riqueza de sus movimientos, siempre muy bien movidas por los titiriteros de la compañía.

Empieza la obra con la aparición de un conjunto de nueve bailarinas que van dando vueltas por el escenario con unas linternas de papel que crean una atmósfera de un vaporoso y refinado lirismo, mecidas por el sonido de una música oriental. Una apertura del espectáculo insólito y precioso, que nos sitúa en un universo que va más allá de las marionetas, y que, por ejemplo, nos traslada al teatrillo de autómatas que había -hoy creo que en permanente estado de restauración- en el propio Museo de Autómatas del Tibidabo, que está a pocos metros del Marionetàrium: aquel teatro con un conjunto de parejas bailando el chotis y que tanto entusiasmó a algunos de los personajes de la Generación del 27, como testificó el propio Luís Buñuel.

Imagen de las vaporosas bailarinas que abren el espectáculo. Foto T.R.

Sin embargo, aquí se suma la riqueza de unos movimientos que van girando y se van moviendo por el escenario, y que nos obliga a imaginar unos mecanismos suficientemente sofisticados para que esto sea posible a través de los movimientos transmitidos por los hilos.

Si se tiene la fortuna de ver la obra por detrás, uno descubre unas cruces giratorias de las que cuelgan tres marionetas, por lo que tres de estos artefactos son suficientes para mover las nueve bailarinas.

Si nos hemos extendido en este número es sólo para indicar la riqueza y la complejidad que se esconde detrás del espectáculo, que cuenta con un puente -la plataforma alzada y alargada desde donde se mueven las marionetas- ancho y de una gran comodidad, sólo posible cuando se dispone de un espacio estable de exhibición, como es el Marionetárium del Tibidabo.

Carles Codina ‘Litus’ moviendo el caballo desde el puente de marionetas, detrás del escenario. Foto T.R.

La amazona equilibrista que evoluciona sobre un caballo es sin duda otro de los números fuertes de la obra, por la gran belleza del caballo, todo él de talla de madera, y por la maestría de la mujer equilibrista.

También los payasos malabaristas nos sorprenden por sus intercambios de balones que vuelan por los aires y aterrizan en la nariz, la mano, el pie o una rodilla de los ejecutantes.

Marionetas colgadas detrás del puente, con el Pato Donald en medio, obra de Luís Fontanet. Foto T.R.

Impacta el Pato Donald de unos tamaños descomunales, así como la figura de Harpo Marx con su arpa actuando junto a la bailarina Anna Pavlova, unos clásicos de Herta Frankel.

Por otra parte, el espectador disfrutará con los chistes y los disparates del payaso Bròquil Samfaina y el presentador Julio Jaleo, dos marionetas creadas por Ferran Gómez y que desempeñan el papel de enlace entre las diferentes escenas en la mayoría de los espectáculos de hilo del Marionetárium. Y no nos olvidemos de la perrita Pruna, compañera de Bròquil Sanfaina, que recuerda al público el perrito televisivo Marilín, que Herta Frankel exhibió con tanto éxito en TVE.

Un espectáculo que nos traslada al espíritu más puro de los históricos Parques de Atracciones europeos, capaces de conectar épocas así como generaciones diferentes entre sí, y que constituyen su médula secreta, con figuras animadas que guardan todo el misterio de aquellos muñecos hieráticos de la antigüedad y que las diversas culturas del mundo han dado movimiento mediante ingeniosos mecanismos del hilo y sus múltiples tecnologías artesanales asociadas.

Exposición dedicada a Luís Fontanet

En el vestíbulo del teatro, en un espacio donde la compañía Herta Frankel suele exhibir algunos de sus tesoros más preciados, se encuentra instalada una refinada exposición, magníficamente dispuesta por el Marionetàrium, con la intención de rendir homenaje a uno de los maestros constructores más importantes y entrañables que trabajaron para Herta Frankel y Artur Kaps, el jefe de los Vieneses: Luís Fontanet.

Luís Fontanet junta a Herta Frankel en el fondo y Lola Flores, con la marioneta que la representa. Fondo fotográfico del Marionetàrium Herta Frankel

No se trata de una exposición exhaustiva de todo el material perteneciente a Luís Fontanet que la compañía guarda en sus almacenes. No habría suficiente espacio para ello, aunque sería muy deseable que algún día se hiciera. Como decíamos al principio, es más bien un homenaje que quiere reconocer a esta figura clave en la carrera de Herta Frankel, el primer maestro que construyó marionetas para los Vieneses.

Cuatro marionetas de Luís Fontanet en la ‘exposición del Marionetàrium: Tonto, Pepito, Tía Cristina y Gruñón. Fueron las protagonistas de los primeros programas infantiles de TVE: ‘Fiesta con Nosotros’ y ‘Día de Fiesta’ (1962-1969). Foto T.R.

Fue en 1946 cuando Arthur Kaps asistió a la función inaugural del Teatro de Marionetas de Barcelona, dirigido por el gran maestro Harry V. Tozer en la Cúpula del Coliseum. Quedó tan entusiasmado con el espectáculo que inmediatamente ideó incorporar números de marionetas a las revistas de los Vieneses. Se lo propuso al maestro Tozer, pero este, al ver que necesitaría marionetas más grandes de escenario para actuar sin el clásico puente que él solía utilizar, lo derivó a su amigo y colaborador Luís Fontanet, quien aceptó entusiasmado el encargo de los Vieneses. Así, a partir de 1948 y durante muchos años, Luís Fontanet diseñó y construyó numerosas marionetas para Herta Frankel.

Danny Kaye, marioneta de Luís Fontanet (1950. Restaurada por el Marionetàrium en 2005). Foto T.R.

¿De dónde venía Fontanet?

Con estudios realizados en la Escuela Massana de Barcelona (Centro de Arte y Diseño), en 1939 fue decorador del Teatro Español de Barcelona. Socio del Foment de les Arts Decoratives (FAD), se encargó de organizar espectáculos infantiles. Así, en 1944, presentó en el FAD el Teatro de Marionetas de Harry Vernon Tozer, quien, a partir de este encuentro, creó y dirigió una sección de marionetas dentro del FAD. Luís Fontanet se convirtió así en un íntimo colaborador del marionetista inglés.

Detalle de la vitrina con los objetos de merchandising de la época. Exposición Marionetàrium. Foto T.R.

Su colaboración con Kaps y Herta Frankel fue muy fructífera, creando para la marionetista austríaca algunas de sus marionetas más conocidas y emblemáticas.

La exposición, con un vistoso mueble vitrina construido por el escenógrafo Ramón de los Heros, destaca no solo por las marionetas expuestas, sino también por el interesante muestrario del merchandising que en su época creó la compañía Herta Frankel para dar a conocer sus números, personajes y canciones. De alguna manera, con esta colección de postales, juguetes, banderines, libros infantiles, discos y otros objetos de recuerdo, la exposición nos muestra el perfume de la vida cotidiana de aquellos años.

Marlene Dietrich. Marioneta de Luís Fontanet (1949, restaurada en 2005). Foto T.R.

Una exposición que no solo nos traslada a otra época, sino que nos brinda un magnífico panorama de todo lo que se esconde detrás del Marionetàrium y de la aventura artística de Herta Frankel en Barcelona y en toda España. Un verdadero lujo para el público de la ciudad.