Barriga Verde es quizá uno de los vástagos más jóvenes de Pulcinella, descendiente en línea directa nacido dentro de la tradición de la escuela de la calle. Fue creado por José Silvent Martínez (1890-1970) en Galicia a principios del siglo XX. Su origen está en los años en los que José anduvo por la ciudad portuguesa de Oporto, donde aprendió el oficio de los fantocheiros de Dom Roberto, que más tarde adaptaría a la realidad de su Galicia adoptiva con el personaje de Barriga Verde.

Los detalles de la genealogía de Barriga Verde, así como de la historia de la familia Silvent, centran el documental Morreu o Demo, acabou-se a peseta, dirigido por el realizador Pedro Solla a partir de una idea original de Marcelo Martínez y con guión de ambos. Aunque la película fue presentada en la pasada edición del FIMFA de Lisboa, en mayo (ver este artículo), en aquel momento el propio director expresó su decisión de rehacer el montaje para crear una línea narrativa más clara. En agosto, la versión definitiva del documental ha quedado lista y se ha presentado públicamente el teaser.

José Silvent nació en Extremadura pero desarrolló toda su actividad como titiritero en Galicia tras su paso por Oporto. Alcanzó una enorme popularidad, primero actuando tras una simple cortina en las esquinas de las plazas, luego con el Pabellón de la Risa y más tarde con una barraca llamada Teatro Melodías de España. Barriga Verde recorrió prácticamente todo el territorio gallego siguiendo el típico esquema dramático de los títeres de guante y cachiporra de su familia: el encuentro del protagonista con varios personajes, entre ellos algunos representantes de la autoridad, como el cura, con los cuales Barriga Verde termina por enfrentarse a bastonazos y salir vencedor. El último de ellos era el demonio. Muerto éste, se acababa “la peseta”, que era lo que costó la función durante algún tiempo; de ahí la frase con la que Silvent cerraba el espectáculo, “Morreu o Demo, acabou-se a peseta” (“Murió el Demonio, se acabó la peseta”), que da título al documental.

José Silvent

Llamando la atención del púbico frente al Pabellón de la Risa, en la posguerra.

Parece ser que la dictadura no condujo Barriga Verde a una inevitable infantilización del espectáculo. La censura no se metió demasado con él, salvo en la supresión de algunas escenas como la del cura. De todas formas, el director del filme, Pedro Solla, contaba una anécdota que le fue reportada por uno de los hijos de Silvent fuera de cámara: en algún pueblo, los guardias civiles se habían hecho presentar una función particular en la que se incluyera la escena del cura para reírse en privado con ella. De ahí surge la especulación de que la compañía tuviera escenas como aquélla preparadas y que, de vez en cuando, en sitios muy remotos sin la presencia de autoridades, pudiera representarlas, ya que, por otra parte, se sabe que el espectáculo de José Silvent cambiaba a menudo según la localidad en la que se encontraban e incluía elementos de la actualidad. Ello a pesar de que la cultura gallega, bajo el franquismo, sufriera una fuerte marginalización por tener que enfrentarse a la prohibición de expresarse en ámbitos oficiales y a una ridiculización capaz de retroalimentarse. Pero Barriga Verde se presentaba como un espectáculo “culto y moral” y, con las salvedades que hiciera al caso, contaba con una especie de confianza de las autoridades al ser visto como algo popular, un entretenimiento que no atacaba realmente los fundamentos de la dictadura.

Barriga Verde dejó los caminos y la vida errante hacia finales de la década de 1960. Recientemente, un grupo de titiriteros gallegos se puso manos a la obra para recuperar el material que pudiera quedar de Barriga Verde. Tras el trabajo de información y recopilación, reconstruyeron el Pabellón da Risa para que Barriga Verde volviera a actuar por los pueblos y ciudades de Galicia. El teatro, la dramaturgia, los personajes…, todo está ahí, con la única diferencia —por el momento— que el Barriga de Silvent siempre actuó con lengüeta y el actual, no. Sea como fuere, éste es en realidad el punto de partida del documental, que sigue la ascendencia europea del popular títere gallego. Para ello, Solla ha querido entrevistar a algunos de los representantes más significativos de esta tradición: Bruno Leone, Salvatore Gatto, Rod Burnett, entre muchos otros. Esperamos pues poder ver pronto la versión definitiva de este documental que indaga en lo más universal de una tradición comprometida radicalmente con lo local.