(Paco Paricio en ‘Antón Retaco’. Foto Ura Iturralde)
Casi todos los años tengo la costumbre de escribir algún comentario acerca de los espectáculos que veo en el Titirijai correspondiente. En principio pensé que este año no lo podría hacer dado que solamente han sido 4 las funciones que he podido ver ya que una ciática impertinente me ha impedido acudir a Tolosa.
Eso si, me he interesado por lo sucedido. Lectura de los programas, breves videos de los mismos, algunos comentarios que me llegaban. No mucha cosa. Bueno, pensé este año mejor no escribir nada.
Hasta que el sábado, dia de cierre del Festival, acudí a Tolosa, y en el escenario apareció Paco Paricio. Titiritero. Maestro. de Binéfar.

Foto Ura Iturralde
Antes de ese día, al leer los programas me iba dado cuenta de que en los últimos años, los espectáculos de títeres están evolucionando. En muchos de los programas de las funciones aparecía la palabra: sin palabras; en otros muchos la palabra objetos y eso indicaba, que una forma nueva de expresar con los títeres iba cambiando. Y sentí satisfacción porque evolucionar puede ser sinónimo de mejorar, pero a su vez una cierta nostalgia de que esta nueva forma desplazara, sin pretenderlo, los antiguos modos de ser titiritero.
Hasta que en el escenario llegó Paco, el de Binéfar. Y empezó a hablar a su manera, como si estuviera entre amigos (que lo estaba) como si no tuviera guión (que si lo tenía no lo parecía) y a utilizar un montón de títeres y máscaras que estaban colgados a la vista del retablillo y que si a la primera no se colocaban bien lo hacían a la segunda y nos contó la historia de ANTON RETACO llena de poesía, de antiguas canciones, de dichos maravillosos.

Foto Ura Iturralde
Paco, cojeaba, andaba de un lado para otro diciendo con sus títeres cosas que hacía que en el público emocionado fuera entrando ganas de ser buena gente.
Y entonces pensé que el mundo del títere, de la marioneta, del objeto, de la expresión, es tan antiguo, tan amplio que estará vivo siempre. Siempre que quien los maneje los estudie y utilice todas las técnicas posibles, pero sobre todo, ponga en marcha el corazón. Paco lo hace.
Y por eso le admiramos,
le hicimos en Tolosa un homenaje
y le queremos