(Imagen de ‘A Pasos Largos’, de Coriolis Teatro. Foto compañía)
Terminamos nuestras crónicas del Parque de las Marionetas 2025, que tuvieron lugar del 9 al 13 de octubre, durante las Fiestas del Pilar, en el Parque Grande José Antonio Labordeta, de Zaragoza. Y lo haremos mencionando a los siguientes espectáculos: Trapos y Pasos Largos, de Coriolis Teatro, de Uruguay; Los Tropezantes, de la cía Almozandia, de Aragón; Los Duendes de Azul, de Caleidoscopio, también de Aragón; y la instalación de juegos Apikipala, de Cataluña.
Trapos y Pasos Largos, de Coriolis Teatro
La compañía Coriolis Teatro, de Uruguay, aunque ya hace un tiempo que gusta quedarse en España, donde sus espectáculos han sido muy bien recibidos por el público y los programadores, presentó en la Carpa Bagdad dos títulos: Trapos y A Pasos Largos.
Trapos
Creada por Maru Fernández y Gerardo Martínez, Trapos es una obra sin palabras sustentada por una banda sonora a cargo de Leandro Sabino y Maia Prieto que marca los ritmos y las diferentes secuencias de la acción. Música unas veces original y otras un collage de conocidos tangos y milongas que se ajustan como anillo al dedo a las vicisitudes de los personajes.

Foto compañía
Como nos indica el programa de mano: Tres ancianos y un perro luchan con la Muerte cruzando las cuatro estaciones. Tal es lo que vemos en el escenario, con unos títeres hechos en efecto de trapo y una manipulación cien por cien titiritera en el mejor sentido de la palabra.
En efecto, el mérito de Manu y Gerardo es haber combinado varias tradiciones titiriteras en esos simples muñecos que se mueve con varillas: las del títere de gran vitalidad de los guaratelle napolitanos, por centrarnos en el más conocido de los títeres de velocidad, y la tradición de la exquisita gestualidad expresiva de los títeres argentinos de los Di Mauro o los Chonchón, para citar solo a unos pocos. De estas tradiciones han extraído su sustancia y su espíritu, sin usar palabra alguna, basándolo en la gestualidad, el ritmo y la música, lo que todavía las hace más sintéticas.

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Como ya dije en una ocasión, la gracia y la soltura de la manipulación son extraordinarias, y todo rezuma un humor tierno, sencillo y popular, de los que van directamente al corazón del espectador, mientras la mente va procesando los distintos signos que nos sitúan en los ritmos del año y de la vejez, sin olvidarse del ‘amigo del hombre’ por excelencia, el perro, cuya fresca espontaneidad supera siempre los intereses egoístas de los humanos, a pesar de que su egoísmo, quizá por estar sustentado solo por el instinto sin que intervengan razones, reviste perfiles más absolutos, como el de los niños, y por ello más inocentes y entrañables, aunque seguramente más dañinos y crueles.
No sé si los espectadores captaron estas sutilezas, pero la respuesta del público fue unánime en el entusiasmo mostrado durante los aplausos, que fueron sinceros y prolongados.
Pasos Largos
No pude ver esta obra en la Carpa Bagdad, título que ya conocía por haberlo visto en varias ocasiones, y que fue con el que los de Coriolis aterrizaron en España, maravillando al público allí donde se presentaron (cliquen aquí).
Un trabajo solista de la actriz Maru Fernández que también firma la autoría, y con dirección de Gerardo Martínez. Dije en el artículo que publiqué sobre su actuación en el Festival de Ovar, en Portugal, en julio de 2019:

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Con música original de Leandro Sabino, Maru Fernández atrapó al público desde el primer minuto, cuando, metida en un vestido hueco, dejó salir del mismo sus pies. Una irrupción que estableció ya desde el primer momento la temática a la vez que nos indicaba que todo lo que allí ocurriera no tenía que ver con una persona en concreto sino con la especie humana en general. Los pies unen a todos los humanos, pues por muy diferentes que sean, no nos distinguimos a través de ellos. Y cuando es un pie el que habla, lo hace un denominador común del conjunto.
Un inicio importante en una obra que nos habla de la intimidad de una mujer, o quizás de tres mujeres escalonadas en el tiempo. Pero además de la calidad del texto, impactó en Ovar la interpretación de Maru Fernández, provista de una presencia poderosa e inquietante, con un sabio estilo de emociones contenidas y dotada de un registro de voces espectacular.
Una de las obras que más ha impactado en los últimos años en el panorama titiritero español.
Los Tropezantes, de la cía Almozandia
Se presentó Tropezantes de la compañía aragonesa Almozandia en el escenario infantil al aire libre del Parque de las Marionetas, con el público puesto en círculo para crear una zona libre de sillas donde niños y mayores pudieran participar en los juegos propuestos por Almozandia.

Foto T.R.
Porque esta es la clave del espectáculo: crear juegos participativos que permitan a los actores mezclarse con los espectadores, bajando del escenario los objetos perdidos u olvidados que las personas dejan por el camino, pensando que ya no tienen ningún valor. Dice el programa:
A través de unos tubos interconectados, por todo el planeta, estos objetos son recogidos por los tropezantes que, con alegría, imaginación, bailes y juegos, volverán a reutilizar y a darles la importancia que merecen. El público presente deberá ayudar a estos traviesos, pero bondadosos personajes a devolverles el sentido a estos objetos que ya nadie quiere, pero que, con una pizca de locura e imaginación, volverán a ser queridos por todos ellos.

Foto T.R.
Una excusa perfecta y altamente poética que da al espectáculo un sentido que va más allá del juego, y que permite a los actores encaramarse por las colinas mentales de la imaginación, haciendo partícipes a niños y mayores de sus ocurrencias e invenciones.
La gracia de todo ello no podría sustentarse sin unos muy buenos actores que son los encargados de hacer realidad estas jugarretas de la imaginación, todos ellos entregados a su trabajo, rompiendo todas las distancias existentes entre actuantes y público. Duchos actores a los que se les nota un enorme oficio y un quehacer de grandes cualidades, que fueron muy bien recibidos por los espectadores.
Los Duendes de Azul, de Caleidoscopio
Nos encontramos con otra compañía aragonesa de larga experiencia también dedicada al teatro de calle y de animación, con la peculiaridad de recurrir a grandes muñecos para representar a unos personajes que centran la historia del espectáculo: los duendes.

Foto compañía
La obra, cuyo autor es Roberto Barra, se inicia con estas palabras:
En el principio de los tiempos todo estaba guardado en baúles y cajas y, no existía nada… luego los pájaros fueron puestos en el cielo y los peces en el mar… hasta que un curioso abrió un baúl donde estaban guardados los duendes y se escaparon por todas partes. Desde entonces aparecen cada primavera, con juegos, bailes y músicas…
Cierra los ojos, cuenta hasta tres y a ver si los ves ….
Es bonito situar a estos personajes de la fantasía universal en una cosmogonía casera y de carácter popular, que sirve para urdir esta historia de juegos y participación del público.

Foto T.R.
Dice el programa del espectáculo:
De las tierras de Aragón vienen estos personajes de la tradición popular comunes a todas las culturas: duendes, hadas, elementales, enanitos, gigantes, cabezudos, máscaras, elementos de gran tamaño, música, danzas, palabras y actores traviesos, locos y bromista. Inspirados en la Naturaleza, la brisa, el agua, la tierra, el fuego, las plantas y los animales. Nos traen risas, bailes, juegos y músicas. Nos invitan a participar en sus travesuras y ocurrencias con la ayuda de las hadas, arañas juguetonas,… habitantes del bosque y la luna que salta y baila como ninguna.

Foto T.R.
Llegan y bailan con los niños y los mayores que han acudido esta mañana al Parque de las Marionetas, en un pequeño aquelarre infantil donde prevalece la inocencia, la alegría y la bondad de todos con todos. Muñecos de muchos tamaños diferentes encarnan a estos personajes mágicos que tanto agradan a los más pequeños.
Ambiente de fiesta, uno de los elementos principales que en estos días del Pilar las familias van buscando, y que compañías como Caleidoscopio o la anteriormente mencionada Almozandia han sabido crear con sus espectáculos vistosos, alegres y participativos. El público se lo pasó en grande y los más chicos gozaron de lo lindo.
APIKIPALA
Nos encontramos ante una compañía que acudió al Parque Grande y nos mostró sus preciosas instalaciones para jugar, niños y mayores.

Foto compañía
Así se presentan al público:
Apikipala es un proyecto de creación de Albert Mascuñano y Alfred Borràs, artesanos del hierro y de la madera, que quiere idear y construir instalaciones interactivas para todas las edades.
Mostraron un conjunto de pequeñas instalaciones que han titulado Pirene. Consiste en el primer trabajo de la compañía y en él también ha participado el artista de Navarra Unai Ruiz en la ilustración de la instalación.

Foto compañía
Pirene toma como inspiración las hipnóticas y complejas máquinas de canicas (conocidas como Marble Machines), replanteando su funcionamiento, Están hechas para interactuar con el público a través de elementos mecánicos, creando desafíos de ingenio y habilidad que simulan el camino de ascenso o descenso de una montaña del Pirineo.
Dice la compañía:
Pirene se presenta como una serie de caminos enigmáticos que solo se resuelven a través de la interacción. Como subir a una montaña, cada elemento de la instalación requiere el deseo de descubrimiento y el esfuerzo de ascender, ya sea a través de un juego o de la manipulación de elementos mecánicos.

Foto compañía
El objetivo final es generar una conexión con la obra artística, simulando el paralelismo con el entorno natural respectivo. Pirene no solo se centra en los picos del Pirineo, sino que también ofrece juegos que descienden a los valles, que sobrevuelan bosques de otoño, que entran en cuevas o que saltan sobre cascadas. Una parte de la colección está dirigida a los más pequeños, con juegos que buscan la complicidad familiar, de dificultad escalable, para ofrecer espacios de juego para todos.
Cada juego está totalmente ilustrado por el artista Unai Ruiz y en uno de sus laterales siempre cuenta con una pintura inspirada en el lugar que sirvió de inspiración para su creación.
Unas instalaciones llenas de creatividad que atraparon a todas las familias que se acercaron al lugar donde se exhibían.