(Interior Teatro Arbolé, de Zaragoza)
El día 28 de abril nuestro gobierno hizo público el Plan de desescalada, con expresa referencia a la actividad cultural. En ese momento todo el sector de las artes escénicas se preguntó que repercusión tendrá en los teatros. Parto del supuesto que hasta después del verano no abrirán de manera generaliza, es imposible a menos que sus gerentes quieran aumentar sus pérdidas, y aún después del verano con muchas dudas.
Sabemos, en una primera intuición, que trabajar en función de la taquilla será imposible hasta que no exista una normalidad real, es decir que no existan riesgos de contagio y que además se disponga de una vacuna. Así el público, ya sin ningún miedo volverá a comportarse con total libertad y sin cortapisas. Si las taquillas no van a permitir la reactivación de la actividad escénica, solo queda la vía de programación con ayudas y subvenciones públicas o directamente desde las administraciones. En cualquier caso hasta que no se pueda recuperar la actividad al 100% de su rendimiento, la situación deberá seguir siendo considerada como causa de fuerza mayor, de manera que las medidas de ayuda tanto laborales, sociales, como fiscales deben seguir siendo vigentes tal y como solicita el sector en su programa de las 52 medidas.
¿Cuál será el comportamiento del público en la reapertura?
Aquí la incertidumbre también es total, y tampoco es un aspecto que se esté estudiando, aún estamos valorando el posible impacto que ha supuesto el parón de la actividad para los “nanopresupuestos” del sector (estudios de impacto de FAETEDA y TitereDATA). Para hacer una aproximación al comportamiento del público únicamente podemos recurrir al conocimiento colectivo, y sobre este asunto la única experiencia conocida (por lo menos por mí) es la encuesta que Shugoll Research, (una prestigiosa compañía nacional de investigación en Bethesda, (EU), realizó con 2.762 espectadores del área de Washington DC, sobre su intención de regresar al teatro cuando se reabran después de la pandemia del coronavirus. Si aceptamos que no se puede extrapolar estos datos a nuestra realidad en España, si es cierto que son datos muy significativos, y la conclusión fundamental es que no lo harán de inmediato, sino de manera progresiva y lentamente.
Según Shugoll Research, solo aproximadamente 1 de cada 3 (31%) dice que es muy probable que regresen de inmediato, mientras que aproximadamente 1 de cada 5 (21%) dicen que es muy improbable que lo hagan. Alrededor de la mitad (49%) sugiere que probablemente esperarán más de unos meses antes de regresar, mientras que solo una cuarta parte (25%) piensa que asistirán de inmediato. Una buena noticia para los teatros es que los asistentes al teatro más frecuentes son más propensos a asistir de inmediato (41%), aunque esto todavía representa una minoría del total de asistentes al teatro.
Curiosamente, aquellos en la edad demográfica más vulnerable para el virus (65 años o más) no son los que demuestran menos probabilidades de regresar de inmediato que los menores de 65 años. Si bien serán más selectivos en lo que verán, aproximadamente dos tercios (65%) dependerán de las opiniones de amigos y colegas y aproximadamente un tercio (36%) lo harán en función de los críticos.
El estudio también muestra que no hay una diferencia significativa en los porcentajes a regresar en función del tamaño de los teatros o espacios. El porcentaje de probabilidades de regresar a los teatros más grandes (como el Centro Kennedy, National Theatre y Warner Theatre en el caso de Washington DC) es del 29%, a teatros medianos (como Arena Stage y Shakespeare Theatre) es 30% y para teatros más pequeños (como Studio Theatre, Signature Theatre, Round House Theater y Olney Theatre Center) son del 34%.
Los espectadores que asistieron a musicales en el último año probablemente regresarían (30%), porcentaje similar de media que a otros tipos de teatro (28%).
Las preocupaciones por la salud son más importantes que las preocupaciones económicas sobre el regresar al teatro, es cierto que los factores económicos tienen un cierto impacto en la probabilidad de regresar, el 25% temen a la recesión, el 25% indica que sus ingresos disponibles han bajado, el 21% sufrió recortes salariales o perdió su trabajo, el 20% dice que su cartera de inversiones se redujo, pero son las preocupaciones de salud las que tiene mayor peso sobre volver a los teatros. Casi la mitad (46%) está preocupada por el posible impacto en su salud si asisten al teatro y el 42% se da cuenta de que una vacuna Covid-19 aún no estará disponible cuando los teatros vuelvan a abrir.
Lo que probablemente aumentaría su interés en regresar es si existiera una vacuna (67%). La única opción de los teatros para que sus públicos regresen más rápidamente es difundir y garantizar medidas de seguridad e higiene (limpiar y desinfectar antes de cada actuación (56%). Más de 4 de cada 10 reaccionan positivamente a cada uno de los siguientes aspectos en su influencia en el regreso: tener desinfectantes para manos disponibles en todo el teatro (43%) y distanciamiento social (43%), un factor que reduciría los ingresos pero podrían ser concebibles dado que las cifras de vuelta serán bajas. También es cierto que las actitudes hacia el regreso al teatro pueden variar conforme se generalicen las fechas de la reapertura, ya que los datos del estudio están afectados por el momento que se hizo. Un total de 2.762 encuestas completas entre el 8 y el 9 de abril de 2020. Los participantes debían asistir al menos a dos producciones profesionales de teatro en un año típico. Los datos de la encuesta tienen un margen de error de +/- 2% a un nivel de confianza del 95%. Se puede descargar el estudio completo (en inglés) aquí.
La encuesta de Shugoll Research nos puede ayudar para sacar conclusiones que aplicar en España, en nuestro caso la comunidad artística es muy resistente y proactiva, y creo que tanto muchas compañías como un importante número de teatros (privados y públicos) encontrarán una manera de salir adelante en la post pandemia, aplicando medidas, buen marketing y promoción, etc. pero tendrán que evitar caer en el error del victimismo, cuando toda la población lo pasa mal, esta actitud de “constante exigencia” de medidas excepcionales para el sector de las artes escénicas, al que ya se ve desde la sociedad como “sobreprotegidos”, que no digo que esto sea cierto, pero esta percepción puede ser un lastre para la vuelta del público a los teatros. Por el contrario, si el mensaje es optimista, creativo y cooperativo en sintonía con el conjunto de la sociedad, los resultados serán más óptimos y también más rápidos.
Si bien la encuesta americana relativiza el impacto de la situación económica para los impulsos de regresar a los teatros, pienso que en España los efectos serán mucho más importantes. Supuesto que se haga bien el proceso de normalización desde el punto de vista sanitario, seguirá faltando la seguridad económica y la disponibilidad de ingresos para gastar en cultura y asistencia a espectáculos. Tenemos la experiencia del comportamiento de la población en la pasada crisis que dejó de consumir cultura en un alto porcentaje, y la realidad nos demuestra que esta crisis será mucho más dura que la anterior, de modo que las artes escénicas no volverán a ver la luz hasta que no se den dos conjunciones: que exista una vacuna con distribución universal garantizada y que se haya consolidado una recuperación económica que llegue al conjunto de la población. Poner una fecha a ese momento es imposible pero es fácil intuir que no será antes de 2023.
En este contexto parece el momento de explorar nuevos modelos de políticas culturales. No pretendo comenzar en este artículo, pero si insisto en la necesidad de irlo haciendo. Un gran cambio se está produciendo y será más fácil sobrevivir si hacemos los deberes.
Comportamiento por edades de riesgo. Encuesta de Shugoll Research, en el área de Washington DC, (traducción propia)
José Luis Melendo
Equipo TitereDATA
Artículo publicado en Títeredata el 10 de mayo de 2020.
Referencias de la encuesta de Shugoll Research, en el área de Washington DC.